El 'place to be'

Comte Borrell: cómo disfrutar de la nueva calle de moda de Barcelona

Este eje verde, ahora pacificado, se ha convertido en el lugar de referencia para muchos barceloneses, que lo usan como punto de encuentro gracias a su oferta de ocio, restauración y cultura. Desde 'avocado toasts' para guiris hasta la casita del Ratoncito Pérez: estos son sus imperdibles.

El Bar Alegría, en la calle Borrell con Gran Vía, es uno de los 'places to be' del barrio de Sant Antoni

El Bar Alegría, en la calle Borrell con Gran Vía, es uno de los 'places to be' del barrio de Sant Antoni / Jordi Cotrina

Abel Cobos

Abel Cobos

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Paseando por su pacificado pavimento parece sorprendente que hace pocos meses estuviera llena de vehículos. Es la calle Comte Borrell, uno de los ejes verdes de la polémica Superilla del Eixample y una de las calles más de moda de la ciudad. El año pasado se coló en el número 30 del ranquin de las mejores calles del mundo, según Time Out Internacional. Sus nuevos espacios peatonales, mesas de pícnic, zonas recreativas y la paz que se respira en esta vía son un nuevo atractivo que la hacen aún más popular. ¿Quieres conocerla a fondo? Estos son sus imperdibles.

Si vas con ganas de llenarte el estómago a primera hora del día, estás cubierto. Por ejemplo, los planes favoritos de los ‘expats’, motor gentrificador del barrio: los ‘brunch’. Uno de los más famosos es La Desayunería (Borrell, 75), con raciones tan generosas que hasta Homer Simpson se dejaría restos en el plato. Otra opción, Paradero (107), con cafés de especialidad, ‘bowls’, açaí, aguacate y ese etcétera reglamentario que hace de dieta para los ‘instafoodies’ desde 2010. O, por último, los ‘influencers’ del café de The Coffee (70), cafetería brasileña de inspiración japonesa cuya marca, con más de 180.000 seguidores en Instagram, ya es famosa en todo el mundo.

Interior del bar La Desayunería, en la calle Borrell número 75 de Barcelona

Interior del bar La Desayunería, en la calle Borrell número 75 de Barcelona / Jordi Cotrina

Más recomendaciones culinarias. “No tenemos sushi, pero todos los platos son típicos de Japón”: así venden su menú en Mikasa (145), restaurante especializado en comida nipona tan auténtica que es bastante común encontrarse grupos de comensales hablando japonés. Justo en frente, Mescladís (122), fundación y restaurante con el objetivo de, además de servir menús copiosos, facilitar la inserción sociolaboral de personas en exclusión a través de su cocina y escuela. Y una opción más top, Slow&low (119), cuya propuesta de alta cocina ha sido reconocida por las guías Repsol y Michelin.

Para tomar algo, el Bar Alegría (133) es uno de los más transitados y con más vidilla: hasta tiene noches con música en directo. Y, también, la terraza a pie de calle del Hotel Market (68), que da al pasaje de Sant Antoni Abat, el rincón más tranquilo de este eje pacificado.

Interior del Bar Alegría, en la calle Borrell con Gran Vía

Interior del Bar Alegría, en la calle Borrell con Gran Vía / Jordi Cotrina

Negocios que resisten a la gentrificación

Pero entre restaurantes de lujo y locales de ‘brunch’ con sello ‘guiri’, esta calle todavía preserva espacios para los vecinos. Por ejemplo, la Farmàcia Madroñal (133), que fundada en el 1901 todavía preserva elementos estéticos del siglo pasado, como la cartelería o la luz de forja; o la mercería El Rellotge (89), que mantiene la esencia de tienda de barrio. Incluso un pequeño (y monísimo) detalle que a más de un viandante se le habrá pasado por alto: una casita del Ratoncito Pérez situada en la entrada del laboratorio de prótesis dentales Glassdent (118).

Casita del ratoncito Pérez en el escaparate de un dentista de la calle Borrell de Barcelona, que atrae muchos niños y niñas

Casita del ratoncito Pérez en el escaparate de un dentista de la calle Borrell de Barcelona, que atrae muchos niños y niñas / Jordi Cotrina

Para los culturetas, dos recomendaciones. La primera, Restory (133), tienda de libros y revistas de segunda mano, con un catálogo curado por sus propietarios que haría salivar a cualquier coleccionista. Y, segunda, La Prole (100), una librería donde sales con libros... y bragas nuevas. Esta ‘matrioshka’ comercial es un 3 en 1: una librería de izquierdas especializada en temas sociales, una tienda de música y sello discográfico -Discos Redondos- y una tienda de ropa interior con un reivindicativo mensaje feminista -Ecometas-. Un paseo por aquí fulminaría de golpe a Rouco Varela.

La selección de locales de este eje verde la coronan los dedicados al ocio, que los hay para todos los públicos. Como Mamo & Mimi (106), tienda dedicada a la infancia, con juegos dinámicos, libros y todo tipo de entretenimiento que va más allá de los catálogos de las tiendas ‘mainstream’. O el ‘laser tag’ Play Point (88), que promete más tiroteos que el nuevo ‘western’ de Almodóvar.

Por supuesto, no puede faltar la joya de la corona de Comte Borrell, el mercado de Sant Antoni. Más allá de su feria dominical de libros y coleccionismo, este fin de semana acogerá en sus alrededores e instalaciones varios eventos. Apúntalos: el Fleadonia de Sant Antoni (día 18), dedicado a ropa vintage y de segunda mano; el Pernil Festival (día 17), un evento con una decena de jamoneros cortando patas de cerdo; y el Gran Price (días 17 y 18), para los amantes de los vinilos. Una agenda repletita. 

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