Copas con plus

De copas en una piscina, un bus 'british' o una cueva de hielo: así son los bares temáticos más originales de Barcelona

Desde restaurantes de 'Dragon Ball' hasta bosques de hadas o clandestinos de los años 20. Te llevamos de ruta por los bares temáticos con más carisma de la ciudad

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Albert Fernández

Albert Fernández

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Si ir al bar ya es de por sí una forma de escapismo, dejarse llevar por el juego de un bar temático es una gloriosa huida de la realidad cotidiana. Esos locales donde cada elemento de decoración tiene como fin específico trasladarte a otra época o escenario de fantasía, rindiendo tributo a algún mito popular, son excepcionales. Te llevamos a esos locos mundos con inspiración The Beatles, Jules Verne, Dragon Ball, los cuentos de hadas, cruceros tropicales o parajes helados.  

1. Crucero con piscina

Verbena infinita

De birras en la piscina de Trikini.

De birras en la piscina de Trikini. /

Nada más sexi que vivir en un verano eterno. Trikini (Pujades, 226) es la nueva sensación de Poblenou para los fanáticos de la vida playera y la verbena sin fin. Este local de aires ochenteros fantasea con la nostalgia del star system español. Su imaginería de crucero tropical, con toallas y bañadores rematando un salón de bambú y cristal, son todo un viaje. Un paraíso rebosante de música animada y gente guapa, que se culmina escaleras abajo: su sótano recrea una piscina de reflejos noctámbulos, destinada al bailoteo dislocado. Y al ligoteo, claro. Que aquí todo es jarana. Apunta la receta ideal: Martinis, bikinis, una carta de street fusion abierta hasta la madrugada, más la más disparatada dolce vita a lo Jesús Gil. 


2. Bus submarino

Atípico y abisal

El Soda Bus tiene un autobús londinense en la entrada.

El Soda Bus tiene un autobús londinense en la entrada. / Instagram

Según entras, un selfi. Soda Bus (Aribau, 150) te recibe con un flamante autobús londinense que fascina de primeras. Es toda una sensación ver asomar al bartender por la ventanilla, desde ese vehículo iluminado con un interior repleto de copas y botellas. Este restobar de reflejos carmesí remata su estética british con guitarras y estrellas del pop. La diversión llega con sus burgers, los cócteles de autor, y esos torneos de BeerPong con premio que organizan. Pero eso no es todo, porque este local comunica por su interior con Verne Barcelona (Aribau, 150 bis), que nos sumerge en el Nautilus de 20.000 leguas de viaje submarino. Aquí cenas cocina de mercado, todo muy Mediterráneo, mientras sobre tu cabeza flotan medusas y se anudan los tentáculos del Kraken.  


3. El cóctel oculto

Vida clandestina

Por esta barbería ‘vintage’ se accede con contraseña a la coctelería Bobby’s Free.

Por esta barbería ‘vintage’ se accede con contraseña a la coctelería Bobby’s Free. /

El clásico enigma de Bobby’s Free (Pau Claris, 85). A simple vista, una sobria barbería clásica. Pero no vienes a cortarte el pelo. Susurras la contraseña al peluquero y se abre una pared. Tras ella, una luz roja rompe la oscuridad. Descorre la cortina Eric, maestro de ceremonias de uno de los primeros speakeasys de la ciudad, recreaciones de los locales clandestinos de la época de la Ley Seca. Buscas tu rincón junto a la lámpara verde mientras se deslizan elixires luminosos por la barra. Acuden a noquearte una piña colada clarificada y una misteriosa campana que destapa nieblas de ron y mezcal. Su carta está inspirada en el mapa de EEUU y tiene maravillas como un cóctel escondido en un vaso de palomitas. Los pósters retro y los brindis cómplices completan el éxtasis de autenticidad. Bobby’s Free te traslada a los furiosos años 20 y te hace sentir un ladrón de guante blanco. Ojo, porque pronto abrirán un nuevo local muy exclusivo, Bar Back, inspirado en los reservados que frecuentaban Al Capone y Corleone. 


4. Pócimas épicas

Fantasía Tinder

Un clásico lleno siempre de turistas: El Bosc de les Fades.

Un clásico lleno siempre de turistas: El Bosc de les Fades. /

Dos trucos para vivir y gozar en Barcelona: sentirte de vez en cuando como un turista en tu ciudad y usar las aplicaciones de citas precisamente para conocer gente de otros países. Tanto si buscas el momento mágico ideal para robar un beso escandinavo, como si prefieres mezclarte con trasgos, ninfas, gnomos y otras criaturas fantásticas antes que con catalanes, El Bosc de les Fades (Passatge de la Banca, 7) es tu refugio. Volver a este clásico romántico con atrezo de los universos de Tolkien o Ursula K. Le Guin es siempre arrebatador. El último escenario del Museo de Cera mantiene vivos todos los sueños. Pero no todo es candor: el 25 de marzo organizan un survival zombie por todo el museo. Si propones eso en tu primera cita, vas fuerte. 


5. American Graffiti

Regreso al pasado

Rock & Boom: hamburguesería con aura de 'dinner' americano de los años 60.

Rock & Boom: hamburguesería con aura de 'dinner' americano de los años 60. / Instagram

Chasquido de dedos. Tupé para el lado. Peine en el bolsillo. Tres ágiles pasos, un aullido carismático y, auanbabulubabalambambú: estás en un dinner americano de los años 60. Rock & Boom (Bonavista, 21) es una experiencia inmersiva a lo Grease que te hace sentir Sandy Olsson, Danny Zuko o Betty Rizzo. No dejarás de mover las puntillas por el pulido suelo mientras degustas su gastronomía clásica estadounidense, a tope de burgers, nachos y batidos. Esta hamburguesería de temática rockabilly, con sus baldosas blancas y negras, los mullidos sofás de franjas rojas, más sus insospechados escaparates de tesoros musicales, desprende el ritmo y entusiasmo de otros tiempos. Hay quien ha visto incluso al agente Cooper de Twin Peaks pidiendo su clásico café con donuts.  


6. Ardores helados

On the rocks

De copas a -5º en Ice Barcelona.

De copas a -5º en Ice Barcelona. / Instagram

Un bar de hielo. Aquí te imaginas a Kurt Russell en 'The Thing' tomándose una copa mientras mira de soslayo cada esquina, esperando el horror. Pero no, en Ice Barcelona (Ramon Trias Fargas, 2) lo que predomina es el amor y las buenas vibraciones. Te ponen un abrigo térmico, te sirven un cóctel maravilloso en un vaso gélido y disparan láseres y músicas eufóricas para que te enamores en su cubículo a -5 grados centígrados. Después de la pandemia, unos arquitectos catalanes remodelaron el bar para darle escarchadas formas románticas, como unas manos en forma de corazón y dos siluetas abrazadas. Tal vez su pack romántico de cava y bombones pueda compensar lo que le hizo Kate Winslet al pobre Leo en Titanic.


7. El gran estribillo

Love me do

La Garrafa dels Beatles es un templo de culto a los 4 de Liverpool. 

La Garrafa dels Beatles es un templo de culto a los 4 de Liverpool.  /

Entras tarareando Can’t buy me love. Atraviesas las puertas adustas de viejo pub y te topas con un submarino amarillo, más unas estampas de Paul y John en la nieve que te dibujan una sonrisa gigante. El idilio con este coqueto local con aires de refinado club social británico es inmediato. La Garrafa dels Beatles (Joan Güell, 150) es un templo de culto a los 4 de Liverpool que lleva abierto desde 1976. Tienen música en vivo un par de veces por semana. Pero no todo son Beatles: el domingo, 5, rinden homenaje al músico argentino Gustavo Cerati. Esta pequeña caverna de madera oscura, similar a los garitos donde empezó a tocar la banda, te sumerge en la obsesión. Tanto su zona de barra marcada por los marcos y vitrinas, como la sala con escenario interior, desbordan imaginería beatlemaniaca, desde portadas de discos a entradas de conciertos, sin olvidar el certificado de matrimonio de John Lennon y Yoko Ono. Un Magical Mystery Tour inolvidable, pero muy, muy repetible


8. Viñetas selectas

Universo carajillo

Bareto Olímpic: nostalgia con coctelería de lujo.

Bareto Olímpic: nostalgia con coctelería de lujo. /

Camarero con pajarita, baldosas de los años 70 y una barra de las de toda la vida. Bareto Olímpic (Joaquín Costa, 25) refunda el Bar Olímpic para pronunciar a la enésima sus atributos de bareto clásico insobornable. Podría ser el escenario de las correrías de los perlas del barrio que cada día echan una al dominó, pero si se gastaran el refinado gusto de James Bond. Resulta que los artífices de esta refundación del garito carajillero en coctelería de lujo son ni más ni menos que Edir Malpartida y Adal Márquez (ex Boadas) y Antonio Naranjo (Dr Stravinsky, Especiarium). Un letrero inmortal, ambientación de tebeo de Bruguera y cócteles hechos con brandy y Licor 43 a gogó.


9. Fideos anime

Kame Hame Ha

Mutenroshi Ramen está ambientado en ‘Dragon Ball’.

Mutenroshi Ramen está ambientado en ‘Dragon Ball’. / Instagram

No hace falta tener nivel 10 de súper guerrero para pegarse un banquete en Mutenroshi Ramen (Sant Agustí, 10), pero ayuda ser un poco freak. En los confines del sur de Gràcia, este templo dedicado al universo de Dragon Ball es el destino final ideal para los fans del anime y las viñetas que estos días se arremolinan en la recién abierta librería de ECC Cómics Bonavista (Bonavista, 30). Su menú del mediodía es bien barato y te da para un entrante y un ramen o poke. Masticas contemplando los originales de Vegeta, Bulma y Freezer entre sintonías de dibujos animados. Pero lo que más te gusta es acercarte a esa barra que parece la casa de la playa del Duende Tortuga y dislocarte el cuello pasando la mirada por el gigantesco dragón del techo, buscando cada una de las bolas mágicas en su regazo. Para cuando acabas los fideos, sorbiendo como Goku, te sientes tan fuerte que exclamas ¡Kame Hame Ha! 


10. Otros mundos

Tutti Frutti

Aunque la pandemia, la inflación o vete a saber qué otro demonio del capitalismo se ha llevado por delante enclaves míticos, como aquellos locales dedicados a Harry Potter, el universo de la serie 'Perdidos', el Macondo de Gabriel García Márquez, el personaje Jesús del film 'El Gran Lebowski', o incluso una crepería de aires galos en honor a los menhires de Obélix, todavía existen otros muchos lugares hechos de pasiones concentradas.

No tienen desperdicio templos de la adoración concreta como The Bollocks (Ample, 46), ideal para pasar una juerga junto a Axl Rose y Slash de Guns'n'Roses, o La Cobra (Joaquín Costa, 47), bar victoriano y oscuro, trufado con grabados siniestros de niños licántropos y un rincón dedicado a Edgar Allan Poe. Tampoco olvidemos el clásico Bar Makinavaja (Carretes, 51), siempre nutrido de decibelios e historietas. Visita también Iôsif (Margarit, 27) garito totalitario de imaginería soviética, Tinta Roja (Creu dels Molers, 17), café teatro con aires de antiguo cabaret argentino y Somnia (Montserrat, 13), toda una carpa mágica que acaba de cumplir tres años de existencia coctelera. Si buscas tema, lo vas a tener.

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