Fin de temporada

Danza más allá de los cuerpos normativos en el Mercat de les Flors

Vero Cendoya estrena 'Kebo (mapa de la pell d'un cos) este viernes, primera parte de una trilogía sobre las cicatrices y la semana próxima semana Diana Niepce presenta 'The other side of the dance', su cuarta pieza desde que se quedó tetrapléjica y Unusual Symptoms, 'Harmonia'

El 15,8% de las personas con discapacidad afirman sentirse "aisladas"

Un momento de 'Harmonia', espectáculo de la compañía Unusual Symptoms.

Un momento de 'Harmonia', espectáculo de la compañía Unusual Symptoms. / Jörg Landsberg

Marta Cervera

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Hace tiempo que la danza ha dejado de ser sinónimo de perfección para convertirse en un instrumento de transmisión que desprende emociones, narra relatos o fabula con mundos abstractos o reales con personas de todo tipo en escena. Vero Cendoya, versátil coreógrafa e ilustradora, entre otros, estrena en el Mercat de les Flors 'Kebo (Mapa de la pell d’un cos)', una creación con intérpretes que hace medio siglo seguramente no hubiéramos visto en un escenario y que desprenden una pasión especial por su trabajo artístico. Cendoya, como otras dos compañías que vienen la próxima semana, trabajan con personas de cuerpos no normativos y capacidades diferentes.

Kebo es una palabra japonesa que se utiliza para definir el pincel que permite reparar fracturas de piezas cerámicas que cobran valor tras ser recompuestas, una metáfora que le sirve a Cendoya para poner en valor las cicatrices que visibles o no, todo ser humano adquiere a lo largo de la vida. 'Kebo' se estrena este viernes y estará en cartel hasta domingo. "Las cicatrices nos diferencian. Todos nacemos nuevos y nos vamos rompiendo, la vida nos va moldeando", apunta Cendoya, que en su compañía incluye bailarines con y sin capacidades diversas.

"Las cicatrices nos diferencian. Todos nacemos nuevos y nos vamos rompiendo, la vida nos va moldeando"

El espectáculo "es un homenaje a las cicatrices, a todas las experiencias vividas, aunque no sean buenas y nos hayan dejado marcas en la piel, literalmente", explica la creadora barcelonesa, que ha realizado la dramaturgia junto a Adele Mandau, una de las intérpretes y fiel colaboradora e Israel Solà, director de cabecera de La Calòrica, que se ha convertido en colaborador habitual en los últimos tiempos. En la obra hay referencias cinematográficas en la dramaturgia al manga japonés y a filmes tan diferentes como 'Memorias de una geisha' y 'Kill Bill'. "La banda sonora también trabaja con la idea de cortes y cicatrices", apunta Mandau.

Un momento de 'Kebo (mapa de la pell d'un cos) de la compañía de Vero Cendoya.

Un momento de 'Kebo (mapa de la pell d'un cos) de la compañía de Vero Cendoya. / Francesc Piñol

Ella lleva desde el principio en la compañía y se ocupa de la música pese a dos operaciones que le han dejado huella. Aran Vázquez, Antoine Normand, Hannah Zwaans y ya habían bailado antes con esta compañía de danza-teatro pero no tanto como Jem Prenafeta, un increíble chico con de 14 años con Síndrome de Down que debutó con 7 años en la compañía con 'Bogumer', ganadora del Derek Award a la mejor obra de Teatro Físico en el Fringe del Festival de Edimburgo. En 'Kebo' incorpora a Carla Ramos, una chica con Síndrome de Down de 19 años elegida en una audición y Luciana Croatto es una bailarina que viene del clásico con unas cicatrices que compartirá en escena.

"Nunca he buscado una misma tipología de de cuerpo o persona"

"Nunca he buscado una misma tipología de cuerpo o persona. Tengo a gente de edades y perfiles diferentes", recuerda Cendoya. "En este espectáculo los intérpretes son performers que comparten sus cicatrices en distintos idiomas pero esta obra es más bailada que otras. Esta vez hay menos texto", adelanta. Para Cendoya el arte es un gran elemento transformador. Desde que empezó a trabajar con personas con cuerpos no normativos no ha parado. "Tenemos siete espectáculos en gira", dice, sobre todo en el extranjero. Y, aunque han ido a muchos festivales de danza inclusiva, le gusta que su trabajo se vea en todo tipo de lugares, en circuitos regulares para "normalizar la discapacidad intelectual".

Humor

El humor forma parte de sus propuestas por más intensas y serias que sean en determinados momentos. En 'Kebo, utiliza la figura de un torero. "Es una metáfora. Por su profesión el torero es el que más cicatrices tiene y nos sirve para indagar en el mundo de las cicatrices y de los cuidados". Un obra para seguir abriendo miradas y eliminar prejuicios.

Un momento de 'Harmonia', espectáculo interpretado por la compañía  Unusual Symptoms

Un momento de 'Harmonia', espectáculo interpretado por la compañía Unusual Symptoms / Jörg Landsberg

En Europa las compañías que integran a personas con cuerpos no normativos, una movilidad reducida y diferentes grados de capacidad intelectual van a más. Prueba de ello es Unusual Symptoms, una compañía residente en el Teatro de Bremen (Alemania) con bailarines con y sin discapacidad que presentará en el Mercat 'Harmonia', una obra que la coreógrafa húngara Adrienn Hód ha creado para ellos. Recalará en el Mercat los días 30 y 31. "Es una obra que potencia la diversidad de cuerpos, tiene una mirada irónica, dejerarquiza los lenguajes de la danza clásica y contemporánea y acabaron con una energía creativa preciosa", ha destacado Àngels Margarit, directora del Mercat de les Flors.

Si para entonces uno no tiene claro lo mucho que ha avanzado la danza en inclusión o tiene ganas de experimentar emociones fuertes que no se pierda la propuesta de la valiente creadora portuguesa Diana Niepce 'The other side of the dance' (La otra cara de la danza). Es su cuarta pieza desde que un accidente la dejó tetrapléjica.

Un momento de 'The other side of the dance'.

Un momento de 'The other side of the dance', de Diana Niepce. / Eduardo Breda

La creadora, autora de diversos libros y coreografías que han girado por diversos países ha trabajado con compañías y creadores como Rosas, La Fura dels Baus y Jérôme Bel. Aunque quedó limitada de movimientos tras caer de un trapecio ella sigue explorando con su cuerpo. Y no lo hace como víctima: lo utiliza como arma revolucionaria. La artista, que estará en la Sala Pina Bausch el 29 y 30 de mayo, somete su cuerpo a una dura prueba en el espectáculo para explorar los principios jerárquicos que estimulan el movimiento.