Entrevista

Sebastià Alzamora, escritor: "Tenemos que distinguir al héroe del simple 'hooligan'"

"Dudo que cuando tenía veinte años yo hubiera ido a una presentación mía, otro trabajo tenía", confiesa el escritor mallorquín, que ambienta su última en la insurreción de dos mil hombres en la Bisbal d'Empordà en 1869 contra la corona española

Sebastià Alzamora, el pasado enero en Barcelona.

Sebastià Alzamora, el pasado enero en Barcelona. / JOAN CORTADELLAS

Albert Soler

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Sebastià Alzamora ha estado hace unos días a Girona para presentar su nuevo libro, 'El federal' (Proa) donde cuenta la insurreción de dos mil hombres en la Bisbal d'Empordà en 1869 contra la corona española. Los protagonistas son el revolucionario Pere Caimó y la primera sindicalista catalana, Isabel Vilà.

Cómo se interesa un mallorquín por lo que pasó en La Bisbal en el siglo XIX?

Me lo explicaron. A los novelistas nos suele pasar que alguien te dice "sé una historia que serviría para una novela".

Y suele ser una mierda de historia...

Exacto. Pero a veces merece la pena, y este fue el caso. Me lo explicó un descendiente directo de Pere Caimó. De entrada no me pareció que fuera una novela, pero un día me acompañó al archivo histórico de Sant Feliu de Guíxols, para ver la documentación que se guarda sobre estos hechos y personajes. Un archivo que me pareció una pequeña maravilla, por cierto.

Buen lugar para zambullirse.

Su director, muy amable, no solo me enseñó lo que guardaban, sino que más tarde me hizo enviar por email todo lo que tienen sobre Pere Caimó.

Le dieron la novela casi escrita, Alzamora.

El trabajo de documentación e investigación, que suele ser largo y pesado, la hice en una tarde. A medida que iba leyéndolo, iba viendo la novela.

¿Un gobierno siempre abusa del poder, y no me refiero solo en el siglo XIX?

Siempre tiene la tentación. De hecho, la cita que encabeza la novela dice: "¿Por qué medios podemos evitar que el gobierno abuse de sus potestades?".

Se puede evitar, esto?

Lo tenemos que evitar. No sé si se puede, pero no nos tenemos que resignar. Porque los gobiernos tienen maneras sutiles de abusar del poder. Y también tienen maneras brutales. La novela no deja de ser un enfrentamiento entre idealistas y reaccionarios. De hecho, toda la historia de la humanidad es esto.

¿Cuando es legítimo levantarse contra un gobierno?

Cuando el gobierno es injusto. El problema es que esto siempre es discutible, porque la acción que por unos es injusta, para otros es justa. Ahora bien, si alguien tiene la constatación que se le vulneran o pisan derechos, levantarse es legítimo. Después hay que ver cómo es este levantamiento.

¿Un estado tiene mucho poder: quién se levanta tiene que estar dispuesto al sacrificio?

Esta discusión aparece en la novela. Pere Caimó no tenía un espíritu belicoso sino negociador, e intenta disuadir a los sublevados. No lo consigue y se suma, pero advirtiéndoles que muchos no volverán. Al final, detrás de aquella revuelta había personajes con intereses particulares, que movían los hilos.

¿Pasa en todas las revueltas?

Suele pasar. Hay algunos que se ponen delante y a menudo se llevan los varapalos. Y otros especulan por detrás.

¿Quedan políticos de una pieza, que pongan el pueblo por delante suyo?

Probablemente sí. Pero hoy es muy difícil poner la mano en el fuego por la honestidad de nadie. Los personajes de la novela son honestos y de convicciones firmes porque está situada en el siglo XIX. Si estuviera en el siglo XXI, seguramente lo explicaría de otro modo (ríe).

Me hace pensar en el procés...

Son constantes que se producen en todas las revueltas. La discusión de fondo es la misma: la configuración del estado español. Y también la ensambladura de Cataluña dentro de este estado, si es que tiene que tener. La discusión era como la de ahora: el conflicto Cataluña-España y el conflicto de España con ella misma: el de la España progresista contra la retrógrada. Había debates plenamente vigentes hoy, si alguien busca paralelismos con nuestro tiempo, no tendrá que forzar mucho la lectura.

¿La diferencia es que hoy hay poca gente dispuesta al sacrificio?

Probablemente. Hoy vivimos mejor, pero yo no haría un reproche, en buena parte es gracias a aquellos revolucionarios. La historia de la humanidad es una historia de mejoras. Y después cuesta renunciar: cuando alguien vive bien, le cuesta desprenderse del bienestar. Yo el primero. Tenemos que distinguir al héroe del simple 'hooligan'. Iba a decir que es bueno que los jóvenes aprendan historia con novelas, pero en las presentaciones no hay jóvenes. Me consta que muy poco jóvenes leen. Otra cosa es que vengan a las presentaciones de autores que tenemos una edad y ellos perciben como viejos, por más que nos pese (ríe). Dudo que cuando tenía veinte años, yo hubiera ido a una presentación mía. Otro trabajo tenía (ríe).