Instalación en Barcelona

266 km de sanguíneos hilos de muerte y memoria: el universo de Chiharu Shiota envuelve la Tàpies

La reconocida artista japonesa establece conexiones con el artista barcelonés en ‘Cada quien, un universo', donde reflexiona sobre sus sentimientos tras superar un cáncer

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El Big Bang de Shiota

Chiharu Shiota, ante su impactante instalación de hilos de lana, 'Cada quien, un universo, en la Fundació Tàpies.

Chiharu Shiota, ante su impactante instalación de hilos de lana, 'Cada quien, un universo, en la Fundació Tàpies. / EFE / ALEJANDRO GARCÍA

Anna Abella

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"Quiero conectarme con el universo. Después de mi diagnóstico de cáncer, pensé mucho en la muerte y me di cuenta de que la muerte no es el final sino un inicio, algo equivalente a la vida. Para mí es un nuevo estado de la existencia que te conecta a otro mundo. Así empecé a incorporar la muerte a mi obra, transformando el sufrimiento en algo nuevo que puedo compartir. Eso me da esperanza", confiesa la reconocida y tímida artista japonesa Chiharu Shiota (Osaka, 1972), rodeada del impactante y envolvente universo que ha tejido, literalmente, con 266 kilómetros de hilo de lana de color rojo utilizando 2.000 ovillos. Cual constelación o telaraña de vasos sanguíneos, simbolizan esa conexión del cuerpo del individuo con el resto de la humanidad, "unificando macro y microcosmos", entrelazándose por la gran sala de exposición temporal de la Fundació Tàpies (y ascendiendo por la escalera de acceso) y abrazándose a 43 sillas, todas distintas y compradas en mercadillos de segunda mano de Catalunya. 

"Las sillas nuevas no me gustan, no tienen memoria ni historia -señala-. En mis instalaciones, los objetos representan ‘la existencia en la ausencia’. Cuando miro las sillas vacías veo a gente sentada en ellas, cada individuo es un universo por sí mismo. Con mis hilos creo una conexión entre ellos y con ese universo".  

La instalación de Shiota 'Fuera de mi cuerpo', en la Fundació Tàpies.

La instalación de Shiota 'Fuera de mi cuerpo', en la Fundació Tàpies. / EFE / ALEJANDRO GARCÍA

Se trata de la instalación ‘Cada quien, un universo’, que da título al conjunto de piezas de omnipresente rojo sangre -dos instalaciones, dos pinturas sobre papel y cinco esculturas- que descubren conexiones entre la obra de la artista afincada en Berlín desde hace 25 años y la de Tàpies (1923-2012), siempre interesado por el japonismo. Lazos como la muerte, tema recurrente en las carreras de ambos por la enfermedad: en ella por cómo refleja la experiencia del cáncer, detectado en 2005, y en el barcelonés, por la tuberculosis que le impulsó a ser artista. O las sillas, con las que Shiota ya había trabajado y que enlaza, por ejemplo, con la que corona el edificio de la Fundació, ‘Núvol i cadira’, que ella vio hace una década cuando expuso en Casa Asia. 

Desde entonces Shiota ha tejido con sus simbólicos y poéticos hilos una trayectoria internacional que incluye representar a Japón en la 56ª Biennale de Venecia y exponer en Estados Unidos, Australia o Reino Unido. En Catalunya, dialogó con Schubert en el Liceu y expuso en 2015 en Lleida, en la Fundació Sorigué, que en su complejo Planta alberga desde 2021 una instalación permanente de la japonesa.

Esculturas 'Células', de Shiota, en la Tàpies.

Esculturas 'Células', de Shiota, en la Tàpies. / PEP HERRERO / TÀPIES

La muestra, que podrá transitarse hasta el 23 de junio y se enmarca en la conmemoración del centenario del nacimiento de Tàpies, "profundiza en la dicotomía vida-muerte" y se estructura sobre tres conceptos, apunta la comisaria y directora de la Fundació, Imma Prieto: "Memoria, objeto y cuerpo. Sin memoria no sabemos quiénes somos, perdemos nuestra identidad; ella incide en la importancia de la propia experiencia en el recuerdo. Los objetos, cotidianos y domésticos, que despiertan experiencias proustianas, como las sillas, que permiten preguntarnos de quiénes eran, quién se sentó en ellas, dónde estaba el bosque del que se taló la madera para construirlas… Y el cuerpo, donde se recogen los rastros de lo que provoca la presencia de memoria, o su ausencia, que provoca trauma". 

Chiharu Shiota, ante su impactante instalación de hilos de lana, 'Cada quien, un universo, en la Fundació Tàpies.

Chiharu Shiota, ante su impactante instalación de hilos de lana, 'Cada quien, un universo, en la Fundació Tàpies. / EFE / ALEJANDRO GARCÍA

La instalación ‘Fuera de mi cuerpo’ (hecha con tiras de cuero sobre el molde de sus pies en bronce) y las esculturas ‘Célula’ (que parecen órganos envueltos en alambre y frágil pero duradero vidrio) surgen de la reflexión durante el cáncer. "Con mi arte expreso el sentimiento de la fragilidad del cuerpo ante la experiencia de la muerte y el sufrimiento. Vivir comporta sufrimientos, forma parte de nuestra existencia", concluye.