Un logotipo de autor

La estrella de La Caixa que fue un tapiz

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Restauración del tapiz de MIró propiedad de La Fundación 'la Caixa' en el 2022

Restauración del tapiz de MIró propiedad de La Fundación 'la Caixa' en el 2022 / RICARD CUGAT

Elena Hevia

Elena Hevia

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¿Cómo es que Joan Miró accedió en 1979 a realizar el conocido logotipo de la Caixa, esa estrella azul con dos pequeños planetas rojos y amarillos a su lado? Algunos no entendieron la decisión del artista a la que tildaron de puramente mercantilista. Miró y La Caixa, en un principio, podían parecer dos conceptos antagónicos si se tiene en cuenta que tiempo atrás el artista se había negado a que la firma Cartier adaptara sus viejos dibujos de orfebrería. Por entonces Miró, a sus 86 años, había sufrido una caída un año antes, lo que no frenó su espíritu crítico. Tuvo la rabia suficiente como para diseñar para el grupo La Claca los monigotes de ‘Mori el Merma’, una salvaje caricatura de Franco con el modelo de ‘Ubú, rey’, de Alfred Jarry.

Quizá por eso la petición de la entidad bancaria que buscaba modernizar su imagen debió ser estudiadamente esquinada para ser poder ser aceptada. La idea fue no pedirle al artista un logotipo comercial directamente, sino un tapiz, diseño del pintor y realización de Josep Royo, en el que entre otros motivos aparecería la famosa estrella. La empresa de márqueting norteamericana que había propuesto el así denominado ‘concepto Miró’ ya tenía pensado que entre los dibujos se encontrara una figura de ese tipo y para ello había propuesto una estrella de ocho puntas, con lo que se evitaba que se pudieran dar otros significados al diseño. La de Miró finalmente tuvo cinco puntas, pero para muchos su interpretación fue mucho más prosaica al querer ver en ella simplemente a una figura intentando meter unas monedas en una hucha.

El tapiz fue adquirido por La Caixa por 15 millones de pesetas (228.000 euros), con la condición contractual de que el propietario “podrá utilizarlo de la manera que crea conveniente”. Y eso es lo que hizo la entidad bancaria. Tal y como revela el biógrafo Josep Massot en su libro ‘Joan Miró sota el franquisme’, diez años después de la muerte de Miró, Joan Brossa en un dibujo encargado por ‘La Vanguardia’ transformó la estrella en una enorme boca que devoraba los puntos rojo y amarillo.  Fue una crítica explícita a su colega que el diario finalmente no llegó a publicar.

Contemplado en la distancia, suele decirse que Cobi, la mascota perruna de los Juegos Olímpicos del 92, fue absolutamente rompedora, sobre todo si se tiene en cuenta que 10 años antes el modelo fue el rechoncho Naranjito, hoy recordado por motivos más bien nostálgicos y kitsch. El logo de Miró mucho antes abrió un camino mucho más moderno e imperecedero.