'Ya te llegará', de Margo Glanz y Tamara Kamenszain: cartas de vida y literatura

“Me muero de ganas de saber cómo andan, cómo viven, ahora que ya el Fondo está en el ídem. Bueno, me entero de que la inflación está más o menos controlada, que cerraron una siderúrgica, que Menem es bajito y napoleónico como el nuestro, que la vida está maravillosa en el cono sur y que pronto el neoliberalismo hará de nuestros países varias jaujas”, le escribe Margo Glantz a Tamara Kamenszain el 16 de octubre de 1991. Glantz escribe desde México. Kamenszain reside en Buenos Aires, ciudad a la que volvió junto con su por entonces marido Héctor Libertella con el regreso de la democracia a Argentina. Es entonces cuando da comienzo un intercambio epistolar entre ambas que durará desde 1984 hasta 1997.

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Bajo el título de “Ya te llegará”, Eterna Cadencia reúne las cartas que se intercambiaron a lo largo de estos 13 años las dos escritoras y que son mucho más que el testimonio de una amistad y de una complicidad intelectual. Porque a través de ellas podemos recorrer, como se afirma en el prólogo, “un corto pero intenso período de fines del siglo XX marcado por las crisis políticas y económicas de América Latina”. Son años decisivos para ambas, puesto que no solo publican varios libros, sino que se asientan como autoras, siendo reconocidas a través de distintos premios y de la concesión de becas. Tal y como vemos en las cartas de Glantz, comienzan a llegar las traducciones y la participación a congresos a nivel internacional. “Las cartas muestran cuánto cada una de ellas se inspiró en los textos y conversaciones que mantuvieron durante esos años, la herencia judía de ambas, y además evidencian el modo en que enhebran vida y escritura”, leemos en el prólogo. Es en este enhebrarse de la vida y de la escritura donde reside el mayor interés de esta correspondencia, que se convierte así en una aproximación a la obra de estas dos autoras, permitiéndonos comprender el contexto de creación. Y cuando hablamos de contexto lo hacemos en términos amplios, desde la situación económica hasta la esfera más íntima, desde la situación política hasta los intercambios intelectuales, desde las amistades hasta las enemistades.

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“Hasta ahora fue imposible escribir cartas. La adaptación –aunque sea al propio país- fue lenta y penosa. Somatizaciones de todo tipo, histerias varias, y ahora ya reflotando favorablemente. En síntesis: estamos contentos, adoramos esta ciudad puta que provoca deseos interminables de caminar. La gente está bastante caída por el drama económico, pero de todos modos se divierte”, escribe Kamenszain el 24 de junio de 1984. Le cuenta a su amiga que Héctor Libertella ha encontrado trabajo como coordinador en la editorial Hachette y que ella dirige un laboratorio de escritura, sin embargo, añade “la inflación va tragándose todo lo que uno gana”. Por su parte Glantz, apenas un año después, también se lamenta de la situación política de México –“las cosas se están polarizando y empeorando mucho y uno empieza a sentirse en una ratonera”-, a la vez que les cuenta sobre su difícil separación. Son lectoras privilegiadas la una de la otra.: Glantz publica 'Las genealogías' y se enfrasca en un estudio de Sor Juana  y Kamenszain publica 'La casa grande' y 'Vida de living'. Se leen y siguen las respectivas trayectorias. En las cartas siempre hay espacio para los amigos: si Glantz le cuenta de 'Tono' Masoliver, Kamenszain le hace partícipe de la enfermedad de Enrique Linh: “Lamentablemente está gravísimo (…) Héctor y yo no hacemos más que llorar esta terrible noticia”. “Ya te llegará” es un libro sobre la amistad, sobre la literatura, sobre la escritura y su entremezclarse con la vida.