Estrena 'Séneca'

John Malkovich: "Antes acudíamos a los filósofos en busca de ideas, hoy a TikTok: el deterioro es evidente"

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El actor John Malkovich, que estrena un biopic sobre el filósofo Séneca este viernes.

El actor John Malkovich, que estrena un biopic sobre el filósofo Séneca este viernes. / Jordan Strauss / AP

Nando Salvà

Nando Salvà

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Está a punto de cumplir 70 años, y durante los últimos 40 ha protagonizado clásicos como ‘Las amistades peligrosas’ y ‘Cómo ser John Malkovich’, ha participado en ‘blockbusters’ como la saga ‘Transformers’ y actuado para grandes autores europeos como Manoel de Oliveira y Raúl Ruiz y, como todos en su profesión, ha trabajado en un buen puñado de medianías. En total ha interpretado un centenar de personajes en cine y televisión, casi siempre hombres excepcionalmente inteligentes y dotados de un lado oscuro más o menos amplio. En ‘Séneca’ encarna a otro de ellos: el filósofo del mismo nombre, que inicialmente fue mentor del despótico emperador Nerón y posteriormente se convirtió en su víctima. 

¿La mayor parte de las frases que usted pronuncia en ‘Séneca’ están extraídas de los textos que el filósofo escribió. Las películas con diálogos tan eruditos no son habituales.

De hecho, las palabras ya no son muy populares en el cine. El público ya no espera encontrar retórica elaborada en las películas, sino frases como “¡Que te jodan, te voy a volar los sesos!”. En ‘Séneca’, en cambio, las palabras están llena de significado. Hablan de la naturaleza incorregible de la humanidad. Nos recuerdan que la corrupción es consustancial a nuestras vidas, y que esa corrupción beneficia a unos y castiga a otros. Y de ahí surgen los totalitarismos. Siempre ha sido así y siempre lo será.

Séneca fue consejero del emperador Nerón. ¿Se plantearía usted entrar en política? 

La política no me interesa, porque el objetivo real de quienes la practican no es resolver los problemas de la gente sino la búsqueda del poder, y decirles a los demás cómo deben comportarse y qué deben creer. Esa actitud autoritaria contamina todas las áreas del espectro político. Además, la política se basa en la corrupción, el narcisismo, la incompetencia, la estupidez y, sobre todo, la falsedad; si los políticos tuvieran que dimitir en cuanto mintieran en algo, no quedaría ninguno en activo. 

Si los políticos tuvieran que dimitir en cuanto mintieran, no quedaría ninguno

¿Se identifica en algún aspecto con Séneca?

No. Tal y como lo retrata la película, Séneca es un corrupto y un engreído y, peor aún, es un hombre que se toma a sí mismo demasiado en serio; se considera esencial para la supervivencia de la civilización. Nadie es tan importante, y yo soy muy consciente de ello. Cuando me muera el mundo seguirá funcionando, y tal vez lo haga mejor sin mí. No me preocupa que me recuerden, ni tengo interés alguno en dejar un legado para la posteridad.

Ha participado en películas aclamadas, ha ganado el Oscar en dos ocasiones... ¿esas cosas no le importan?

He tenido éxito, sí, pero solo a causa de la suerte. Lo que nos pasa en la vida no es consecuencia de lo que merecemos o lo que es justo. Muchos de mis compañeros de profesión son gente de gran talento que no han logrado ningún reconocimiento, y una vez conocí a una pareja joven, dos personas maravillosas, cuya hija de tres años había muerto de leucemia. A diferencia de ellos, yo he tenido una suerte increíble, estúpida e inmerecida.

Desconfío de las religiones y las ideologías. Se supone que nos ayudan a entender las cosas, pero nos ciegan frente a todo lo que no se ajusta a sus preceptos

¿Considera que los actores suelen tomarse demasiado en serio a sí mismos?

La mayoría de ellos suelen olvidar que actuar es solo un trabajo, y no es especialmente difícil. En ese sentido yo me parezco más a Robert Mitchum. Él decía que su trabajo era llegar a tiempo al rodaje, recitar sus diálogos y seguir las órdenes del director, y que tenía dos formas de actuar: con caballo y sin caballo. Yo comparto esa actitud ante el trabajo. Me dejo llevar.

¿Es también esa su filosofía de vida?

Diría que no tengo una. Desconfío de los sistemas de creencias, las religiones y las ideologías. Se supone que nos ayudan a entender las cosas, pero al mismo tiempo nos ciegan frente a todo lo que no se ajusta a sus preceptos. Además, cuando llega el momento no solucionan los problemas reales. Mike Tyson dijo algo muy sensato una vez: todo el mundo tiene un plan hasta que recibe un puñetazo en la nariz. Vivir sin someterme a ese tipo de reglas y manuales de instrucciones me ayuda a mantenerme relajado y en calma.

¿Y qué tipo de cosas hacen que pierda esa calma?


Intento no perderla, más que nada porque enfadarse, o exteriorizar cualquier tipo de emoción intensa, es un desperdicio de energía. Evito las discusiones y trato de no ofender a nadie, aunque eso sea cada vez más difícil porque actualmente las personas se sienten atacadas con muchísima facilidad. Supongo que buena parte de la culpa de ello la tienen las redes sociales. Yo las llamo redes antisociales y, respondiendo a la pregunta, creo que están entre las pocas cosas que logran enfurecerme. Me preocupa que mi nieta crezca sometida a ellas, porque envenenan a la gente, la envilecen y, sobre todo, la idiotizan. Antes acudíamos a los filósofos en busca de ideas y hoy, en cambio, se acude a TikTok. Hay un deterioro evidente.