CRÍTICA DE LIBROS

'La nostalgia', de Barbara Cassin: todos somos exiliados

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La escritora francesa Barbara Cassin.

La escritora francesa Barbara Cassin.

Valèria Gaillard

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La filósofa francesa Barbara Cassin (París, 1947), teórica de la traducción y conocida por dirigir el proyecto del 'Diccionaire des intraduisibles', presenta un pequeño trabajo, 'La nostalgia' que es una pura delicia. Por su complejidad parece un artículo académico que Cassin ha reelaborado para el gran público añadiendo una introducción más personal. Es a partir de un viaje a Córcega, donde la pensadora —miembro de la Academia francesa desde 2018— tiene una casa, que desencadena una reflexión sobre la nostalgia, tomando primero las figuras ficcionales de Odiseo (Ulises) y de Eneas para después en la obra de la filósofa clave del siglo XX Hannah Arendt que Cassin ha traducido al francés. El ensayo se articula en tres tiempos, pero parece que los dos primeros son preparaciones para el último, para analizar de cerca las relaciones entre exilio y lengua materna, entre la filosofía y el pensarse en un mundo «lleno de 'parecidos' diferentes, como uno mismo no como uno mismo». 

La nostalgia —palabra acuñada en Suiza el 1678 por un médico, J.J. Harder, según el Dictionnaire historique de la langue française— que embriaga la autora cada vez que pone los pies en Córcega, sin tener raíces en esta isla del Mediterráneo, lleva a Cassin a inspeccionar de cerca la naturaleza de este sentimiento poliforme. Por ello acude al Odiseo, de Homero, y al Eneas, de Virgilio, personajes ligados a la errancia. En el primer caso, la filósofa señala que no se trata tanto de 'Heimweh', añoranza de la patria en alemán, sino de 'Sehnsucht', que se entendería como «nostalgia del otro», y muestra que, en realidad, Odiseo vuelve a Ítaca para partir "radicalmente" de nuevo, puesto que, si bien su lecho sobre un tronco de olivo está enraizado en el suelo, él no. Así pues, su nostalgia no es tanto del regreso, sino de volver a partir en busca de nuevos horizontes. En cuanto a Eneas, un exiliado que huye de Troya y que funda una ciudad en el Latium, se plantea la cuestión de la lengua y el papel de las mujeres en este exilio, puesto que, a través de ellas, opina Cassin, el exilio se convierte en emigración, y en refundación por mestizaje. Eneas sufre de un exilio forzado y hace de Italia su patria, una tierra antigua que es presentada a su vez como ligada originariamente a Grecia, puesto que en ella habitaron los héroes enotrios. 

Resulta interesante ver cómo en el caso de la 'Eneida', la fundación de Roma representa la fundación de una lengua: el latín. Eneas, que es descrito como "piadoso" (en el sentido moral/político) en lugar de "divino" como Ulises, abandona su griego natal para hablar latín, la lengua de los que viven allí donde se instala. "La nueva patria se hace con la lengua del otro", apunta Cassin. La pluralidad lingüística —el griego como lengua de cultura y el latín de un proyecto político— es un elemento esencial en el pensamiento de Cassin, puesto que da lugar a pensar la naturaleza de la alteridad a través del lenguaje. El "doble origen lingüístico de Roma", griego y latín, alteridad y mestizaje, se alza en "garante" de la paz. Es así como llegamos a Hannah Arendt, judía de habla alemana que, en su exilio americano, pensó largo y tendido sobre las relaciones entre patria, exilio y lengua materna. Ya sabemos que para Heidegger, el lenguaje es "la casa del ser" y para Arendt la lengua es directamente esa patria que añora. Si para Eneas el exilio supone la pérdida de la lengua materna, para Arendt lo único que le "queda" como patria es ese alemán, su "lengua materna", que desvincula totalmente de un territorio, de un pueblo, disociando así lengua y cultura. 

El ensayo de Cassin, reconocida helenista, es denso, erudito, pero está bien construido. No lo cierra con otro apunte personal y ello que, precisamente, en Córcega sabemos que existe una lengua y una cultura propias que los corsos intentan proteger ante el estado jacobino francés, conocido imperialista en materia de lengua. Quizás por ello Cassin termina con una reivindicación clara de un cierto universalismo: estamos en casa "cuando nos acogen a nosotros, a nuestra familia y a nuestra, a nuestras, lenguas." Al fin y al cabo, derraigamiento y arraigamiento van juntos: "El exilio es el modelo de nuestra condición de hombre contemporáneo, y todos somos exiliados".

'La nostalgia' / 'La nostàlgia'

Autora:

Barbara Cassin

Traducción:

Alicia Martorell Linares / Jordi Martin Lloret

Editorial:

Alianza / Grup 62

128 /144 páginas. 11,50 / 15,90 euros