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Emilie Pine: "Las personas autistas demuestran un gran coraje cada día"

La autora de la colección de ensayos autobiográficos 'Todo lo que no puedo decir' debuta en la novela con 'Ruth y Pen', premiada con el Kate O'Brien

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Emilie Pine, en Magaluf.

Emilie Pine, en Magaluf. / Miquel A Cañellas

Ramón Vendrell

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Emilie Pine ha creado en 'Ruth y Pen' (Random House), su primera novela, una heroína cercana y conmovedora. Se trata de la Pen del título, una adolescente con un trastorno del espectro autista (TEA) que es plenamente consciente de sus vulnerabilidades y que lucha por superarlas. "Quería que el personaje tuviera una relación especial con el mundo y empezó siendo una adolescente que chocaba con una barrera en su búsqueda del amor de su familia y de su amiga Alice y de algún tipo de aceptación -dice Pine en el Festival de Literatura Expandida de Magaluf (FLEM)- . Hasta que me di cuenta de que lo que estaba describiendo era autismo. Me parece un personaje valiente porque tiene mucho trabajo extra que hacer".

Como cualquier adolescente, Pen pelea por encontrar su propio espacio, pero a ella le cuesta más

Pine es madrina de un niño con TEA, hijo de una de sus mejores amigas. Conoce bien el "dolor emocional" de sus padres, pero quería sobre todo expresar a ese niño al que adora o a una proyección suya. "El diagnóstico, la medicación, la terapia, buscar una escuela adecuada, pensar sobre sus opciones en la vida... -enumera Pine-. De todo esto he hablado largo y tendido con mi amiga, pero quería poner el foco en el autista. Leí a autores con TEA, hice investigación académica, entré en muchos grupos de Facebook sobre TEA, escuché pódcasts sobre TEA. Y conozco a una autora teatral irlandesa [Jody O'Neill] que fue diagnosticada después de que lo fuera su hijo. Escribió una obra sobre el autismo y aceptó ser la lectora experta, más que la 'sensitivity reader', de mi libro. Es la voz del audiolibro que se ha hecho en inglés".

El espacio propio

Pen dice una frase de la que deberían tomar nota casi todos los progenitores: "Los padres siempre quieren que estemos bien". Lo cual le resulta agotador. "Pen es como cualquier otro adolescente: quiere romper las normas, tener una novia, salir de noche, ser popular... -comenta Pine-. Pelea por encontrar su propio espacio, pero a ella le cuesta más. Tiene una madre estupenda, pero es muy consciente de las expectativas de su madre para ella y de que la trata primero como autista y después como hija. Cuando ella quiere ser una persona de pleno derecho. Ser Pen era mi reto como escritora".

El primer libro de Pine fue la colección de ensayos autobiográficos 'Todo lo que no puedo decir'. Tras leerlo, el director del National Maternity Hospital de Dublín le propuso ser escritora residente del centro, que a efectos prácticos supuso tener acceso directo al personal y las pacientes. A historias. "Fue una experiencia impactante -explica-. Tuve que dejarlo. Mi sobrina murió en ese hospital y entre esto y las historias llegó un momento en que se me hizo demasiado duro".

A pesar de que muchas mujeres no pueden tener hijos, siempre te sientes como si fueras la única en el mundo

Pine narró en 'Todo lo que no puedo decir' su experiencia con los tratamientos contra la infertilidad. La Ruth de 'Ruth y Pen' tampoco logra quedarse embarazada y cuando lo logra sufre un aborto. Por estos motivos su relación de pareja se resquebraja. "Conozco bien los dos dolores de Ruth -señala la escritora-. Llega un momento en que tienes que decidir si quieres seguir con las alteraciones físicas y psicológicas que causan los tratamientos de fertilidad. Y cuando decides parar, tienes que afrontar otro dolor. A pesar de que muchas mujeres no pueden tener hijos, siempre te sientes como si fueras la única en el mundo. Ruth y Aiden [su pareja] hacen lo habitual: pasar el trago en solitario, no como una pareja. Se produce una pérdida de confianza entre ellos".

'Ruth y Pen' transcurre en Dublín durante un día. Sí, como 'Ulises'. Las dos protagonistas tienen un encuentro fugaz. "Son como movimientos opuestos -indica Pine-. Pen intenta ir hacia delante y Ruth está bloqueda y necesita el tipo de coraje que Pen y tantos autistas demuestran cada día. Creo que es una novela sobre los peligros de la soledad y el aislamiento. Por fin durante el covid se convirtieron en temas de conversación. También tiene que ver 'Ruth y Pen' con la apropiación de la ciudad, de su alegría, su belleza y sus posibilidades, por parte de las mujeres".

Testimonios

Después de publicar 'Todo lo que no puedo decir', Pine empezó a recibir correos con testimonios. Muchos. ""Es un libro de 2018 y todavía recibo testimonios cada semana -informa Pine-. 'Mi padre es alcohólico', 'no puedo tener hijos' y 'me violaron' son las principales historias que me cuentan. Y, ahora, 'soy autista, gracias por explicar mi historia'. Claro que lo que yo he escrito no es su vida, pero establecen una conexión emocional. Son estos testimonios el mejor comentario que puede recibir mi trabajo".

Cuando empieza el curso, les digo a los estudiantes: 'Si tenéis algún tipo de neurodivergencia, soy vuestra persona'. Funciona

¿No ha pensado en agrupar los testimonios y darles visibilidad? "Sí, es un poco la idea que tenía en el National Maternity Hospital, donde con una compañía de teatro montamos una obra a partir de historias de las pacientes. Pero no es para mí, me resulta abrumador. Además, la mayoría de la gente que me ha contactado no quiere que sus historias sean públicas, solo que alguien les escuche de manera privada".

Avance

Pine es profesora de Dramaturgia en el University College de Dublín. Cada vez tiene más alumnos con alguna neurodivergencia diagnosticada. "Y eso es muy positivo porque el diagnóstico temprano es clave para que personas inteligentes, creativas y brillantes pero neurodivergentes prosperen -indica-. De niña me diagnosticaron lo que entonces se llamaba síndrome del niño torpe y ahora dispraxia. Lo describo como una dislexia física. Cuando empieza el curso se lo explico a los estudiantes y les digo que es posible que se me caigan los apuntes o derrame el agua. Y después les digo: 'Si tenéis algún tipo de neurodivergencia, soy vuestra persona'. Funciona".

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