Golosina pop

Renaldo & Clara: "Me da pena que cantando en catalán toque poco por España"

El grupo de Lleida, comandado por Clara Viñals, publica su álbum más extrovertido, ‘La boca aigua’, que presentará este sábado en el Cruïlla 

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Clara Viñals, de Renaldo & Clara, el pasado 2 de mayo

Clara Viñals, de Renaldo & Clara, el pasado 2 de mayo / JOAN CORTADELLAS

Jordi Bianciotto

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Si bien de la pandemia ha salido un goteo de álbumes de tono recogido e introspectivo, a lo Taylor Swift, a Renaldo & Clara la situación vivida le ha producido un efecto contrario: lejos de las inflexiones melancólicas de sus primeros discos se sitúa el soleado, juguetón y extrovertido ‘La boca aigua’, que el grupo de Lleida presenta este sábado en el Cruïlla. Canciones que son “más gustosas de tocar, más bailables y divertidas de crear y de tocar en directo”, explica su autora, la cantante y guitarrista Clara Viñals.

No se trata de un giro brusco, hay que decir, ya que desarrolla el rumbo pop colorista señalado por el álbum precedente, ‘L’amor fa calor’ (2020), que fue el tercero de su historial. Ambas obras dialogan en sus mismas portadas, ilustradas con fotos del rostro incompleto de Viñals.

El sello de Renaldo & Clara siempre fueron “las melodías y las estructuras no convencionales”, y así sigue siendo, aunque ahora ella ya no compone tanto con la guitarra como con el ordenador, y se lanza como productora con la complicidad de Hugo Alarcón y de tres nuevas presencias, Innercut, Jordi Borràs (Oques Grasses) e Hidrogenesse. Con voz y mando, precisa. “Cuando una canción tiene dos productores, automáticamente se da por hecho que el trabajo lo ha hecho el hombre, y eso da rabia”.

Con ambición productiva

‘La boca aigua’ integra decididamente la electrónica, “buscando una sonoridad grande”, indica, con canciones “en las que van pasando cosas y van sonando ruiditos”, y donde se permite integrar cadencias de hip-hop o jamaicanas, o se recrea en un synth-pop de ocurrentes tonadas.

En comparación con sus primeros trabajos (que ya dieron que hablar en su día), transmite expansión vital, lo cual es lógico: entonces ella era la adolescente que cavilaba en su habitación y este disco nos habla de un contacto con el mundo y con la experiencia. “Cuando grabé el primer epé, en 2008, yo tenía 17 años”, hace notar. Entonces publicaba música en pequeñas entregas y poco a poco. “Pero ahora el proyecto se ha hecho más grande y tengo una ambición más productiva. Cuando termino un disco ya tengo ganas de hacer otro”.

Se respira cierta sensualidad en el mismo título del álbum, augurio de un manjar muy apetecible, y en los textos y la actitud con la que canta piezas como ‘S’està millor al carrer’. “Es verdad”, concede. “Yo sigo siendo muy tímida, ¿eh? Pero eso tiene que ver con haber ganado confianza y atreverme a escribir de forma más directa. La vergüenza y la confianza vienen a ser lo mismo”. Ese tema, con su base influida por el UK garage, representa “uno de los extremos del disco”. Al igual que ‘Encaix’, el único con coproducción de Hidrogenesse, un descarte de ‘L’amor fa calor’ con el que llegó a establecer una “relación de amor-odio”, confiesa. “No quería que quedara en el cajón, pero no me veía produciéndola. Por eso se la pasé a ellos, para que jugasen con ella y la convirtieran en algo más especial, aunque en algún momento la canción se volvía loca y le dimos algún tijeretazo”.

El arte de recortar

Recortar es uno de sus verbos, después de todo. “Mi estilo no es narrativo, de contar historias largas”, explica. Por eso, ninguna de las canciones alcanza los tres minutos. “Soy muy maniática con eso. Ya como oyente me gusta ser yo quien vuelva a poner la canción cuando termine, porque me ha gustado, y no pensar que se está repitiendo”, razona Viñals, cuyas fuentes bautismales en el pop fueron los grupos ‘indie’ del ‘Donosti Sound’ noventero (La Buena Vida, Le Mans, Family) y escoceses sensibles como Camera Obscura.

Con esos nuevos temas pop, llenos de inventiva, como ‘Globus’ o ‘El riu’, asalta de nuevo Renaldo & Clara los escenarios, circunscritos sobre todo a tierras catalanohablantes. “Me da un poco de pena que, cantando en catalán, toque poco por España. Ojalá pudiésemos tocar más. Nos escribe gente diciéndonos: ‘no entiendo nada, pero me gustan tus canciones’”, cuenta riendo. “¡‘No entiendo nada’, qué exagerados!”.