El Cruïlla 2023 abre triunfal con la delicadeza urbana de Sen Senra y Nicki Nicole

La jornada inaugural del Cruïlla busca desde hace años y con acierto al ansiado público joven que todos los festivales persiguen. Lo empezó a hacer en el 2019 a través del rap y lo mantiene a día de hoy con esa etiqueta difusa que engloba muchas otras cosas: música urbana. Alrededor de ella inauguró este miércoles, con un cielo amenazante pero compasivo (solo cayeron cuatro gotas poco antes del final del día), el festival ecléctico y festivo por excelencia su nueva edición, que se alargará hasta el sábado 8 en el parque del Fòrum de Barcelona.

La celebración de los primeros pasos de la cita la llevaron a su culmen dos voces sugerentes, delicadas y con un presente brillante, la de la argentina Nicki Nicole y la del gallego Sen Senra. La de Rosario, más poderosa que dulce sobre el escenario, cerró la fiesta de bienvenida con un 'show' de superestrella, con gran producción, carácter y abanico de canciones exitosas. Mostró parte de su nuevo disco, 'Alma', pero no renunció a sus temas perennes (ojo, para una artista de 22 años) como 'Wapo traketero', 'Mami chula' o 'Colocao'.

Al cierre se llegó de la mano de un seductor Sen Senra, que lució en el atardecer, llegando al enamoramiento profundo con el público del Cruïlla cuando cogió la guitarra para entonar un magnífico 'Ya no te hago falta'. El artista de Pontevedra, de voz íntima (constantemente juega con el falsete) y talento infinito, es una figura que se agiganta con el paso del tiempo a través de un pop ecléctico y vanguardista, como es su nuevo disco, 'PO2054AZ'. Como un duendecillo extraño que deambula por lo urbano, mostró algunas de las canciones con referentes de esa etiqueta, como 'Completamente loco', con el superproductor Tainy, o 'Uno de ese gatos', con Sky Rompiendo, otro superproductor de reggaeton. A Sen Senra le buscan desde lo más alto y desde todos los frentes, por algo será.

De todos los focos

Pero la primera jornada del Cruïlla ha crecido con los años y este año ha contado con una docena de propuestas bien tiradas. Por ejemplo, llevando a referentes de dos de los grandes focos de lo urbano ahora mismo (y de siempre): de Granada, Delaossa; de Canarias, Cruz Cafuné. El rapero de Tenerife presentó parte de su excelente nuevo disco, 'Me muevo con Dios', aupado (al igual que su concierto esta noche), más que por una fuerza desbordante, por una lírica ingeniosa que resume así en una de sus letras: "más códigos que el CNI". El tinerfeño, que anunció al principio de su actuación que también repasaría sus "canciones más viejas", fue el culpable con 'Mina El Hammani' de los primeros pogos multitudinarios del festival.

La nota combativa propia de la esencia del rap sobresalió con Las Ninyas del Corro, poderoso dúo catalán que disparó hacia arriba sin compasión, y la sabadellense Santa Salut. "No somos hip hop femenino, somos el hip hop. Y punto", reivindicaron las primeras. El talento local también estuvo representado por la emergente Lia Kali y Triquell (encargados ambos de la incómoda tarea de abrir el festival), ese concursante de 'Eufòria' que está en la posición para poder ser un ganador en la música aunque no lo hiciera en el programa de TV3.

Suscríbete para seguir leyendo