Indios de Barcelona

El libro que destapa la historia del guardia urbano que creó 1.500 monstruos y los guardó en una caja

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La editorial Fantagraphics publica la primera monografía dedicada al alucinante bestiario

Josep Baqué

Josep Baqué

Rafael Tapounet

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Entre 1932 y 1967, un agente de la Guardia Urbana de Barcelona llamado Josep Baqué Figueras creó 1.500 monstruos, los pintó con vivos colores, los clasificó en nueve categorías siguiendo un peculiar criterio taxonómico –“animales y bestias salvajes”, “hombres primitivos”, “murciélagos e insectos”, “arañas gigantes”, “serpientes”, “caracoles”, “pulpos y sepias”, “animales con plumas” y “peces diversos”- y los encerró en una caja para que no perturbaran los sueños de nadie que no fuera él mismo. Luego se murió.

Con él se fue la única persona que conocía la existencia de aquel delirante bestiario. Más allá de las obligaciones que le imponía su trabajo como guardia de tráfico, siempre apostado en la Rambla a la altura del Pla de l’Os, Josep Baqué tenía una vida social insignificante y apenas se relacionaba con nadie. No siempre había sido así. Nacido en 1895, Baqué se interesó por el arte por influencia de uno de sus tíos y recibió alguna formación básica en ese ámbito, pero a los 17 años decidió cortar lazos con la familia y marcharse a Francia, primero, y Alemania, después. El estallido de la Primera Guerra Mundial le obligó a regresar a Barcelona. En 1920 cruzó de nuevo la frontera rumbo al norte y trabajó como picapedrero, ayudante de cocina y grabador de lápidas funerarias. Volvió a su ciudad en 1928, consiguió un puesto en la Guardia Urbana gracias a la mediación de un pariente bien conectado y se instaló en casa de su madre. Ahí siguió hasta su muerte, el 13 de marzo de 1967.

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Carnet de agente de la Policia Urbana de Barcelona, de 1934. / Fantagraphics

Fue su sobrina la que encontró la caja. En la tapa, rotulada en color naranja, figuraba la leyenda “Animales y Fieras nunca vistos, 900 fenómenos raros, por José Baqué”. En dos de las cuatro esquinas, una bandera republicana y una senyera. Dentro, 450 láminas con 1.500 dibujos de otras tantas criaturas fantásticas. Un alucinante tratado de historia natural llegado desde una dimensión paralela que, al cabo de varias décadas, empezó a ser reivindicado en Francia por el colectivo patafísico y atrajo el interés de varias colecciones europeas de Art Brut.      

La obsesión de Brian Chidester

En 2017, año en el que se cumplía medio siglo del fallecimiento de Baqué, el historiador cultural estadounidense Brian Chidester conoció la existencia del ‘monstruario’ cuando fue invitado a participar en la organización de una exposición colectiva de “arte autodidacta” en el American Folk Art Museum de Nueva York. El hombre se obsesionó con la figura y la obra del policía municipal que imaginaba bestias fantásticas y, siguiendo su rastro, viajó a Amsterdam, Barcelona y París. Con la información que ha ido recopilando desde entonces, Chidester ha confeccionado ‘Out Of My Head: The Imaginary Creatures Of Josep Baqué’, la primera monografía que compila y repasa con ánimo crítico la producción del ignoto artista barcelonés (la publica el próximo 30 de mayo la editorial Fantagraphics, sello de referencia del cómic y la ilustración ‘underground’).

Libro sobre Josep Baqué

Libro sobre Josep Baqué / EPC

En el marco de sus pesquisas, Chidester se puso en contacto con Esteve Freixa Baqué, sobrino nieto del creador de monstruos y eminente psicólogo conductual, que le transmitió su convicción de que en algún momento de la segunda mitad de los años 20 su tío abuelo padeció algún tipo de brote psicótico que le empujó “a refugiarse en las sombras”. Ese apunte brinda una pista al autor de ‘Out of my head’ a la hora de buscar respuesta a “la pregunta del millón de dólares”: ¿Cuál era el propósito de todo esto? “Él no lo hacía por dinero ni buscando aprobación, porque, de hecho, nunca enseñó sus dibujos a nadie –señala Chidester-. Pienso que, de alguna manera, sus creaciones son un reflejo de las emociones que experimentaba, como si todo el conjunto fuera una especie de diario íntimo”. Si la explicación se acerca a la verdad, uno no puede más que compadecer al pobre Baqué.

Cuatro de las criaturas fantásticas de Josep Baqué.

Cuatro de las criaturas fantásticas de Josep Baqué. / EPC

Brian Chidester no es el único escritor que ha compartido su fascinación por el bestiario del guardia urbano. En 2014, el novelista inglés Jonathan Coe descubrió la obra de Josep Baqué durante una visita al museo L’Art Brut de Lausana. La impresión que le causaron aquellas grotescas criaturas de mirada triste la recogió en la magnífica novela ‘El número 11’ (Anagrama), en la que uno de los personajes se topa por azar con esa misma exposición temporal que tanto conmovió al autor. Cuando en 2017 Coe viajó a Barcelona para hacer promoción del libro, se quedó muy sorprendido al saber que prácticamente nadie en la ciudad había oído hablar de Baqué. Han pasado seis años y la situación no ha cambiado. Sería deseable que la publicación de ‘Out of my head’ avivara el interés por la figura de ese policía municipal de imaginación febril y los 1.500 monstruos que creó encontraran al fin un escaparate desde el que poderse dar a conocer a sus conciudadanos.

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