El 'kit' de supervivencia de los escritores en Sant Jordi: nueces, plátanos y caramelos

A primera hora de la mañana los escritores Andreu Claret, Gemma Ruiz Palà y Gemma Ventura, ganadores respectivamente del Premi Ramon Llull, el Sant Jordi y el Josep Pla, los tres más importantes de las letras catalanas, desayunaban con mantel en la Farga de Diagonal antes de encarar un Sant Jordi que se prevé histórico tras tres años deslucidos por culpa del confinamiento, las restricciones sanitarias y la granizada bíblica del año pasado.

Más calma y menos 'selfies'

Nueces, plátanos y caramelos para no quedarse sin voz. Ese es el kit de supervivencia de los autores para sobrellevar un día maratoniano a nivel físico y mental. Andreu Claret confesaba de buena mañana que no sabía si tendría tiempo para parar y comer. Los plátanos le ayudan a mantener la energía, explicaba mientras le regalaba un caramelo a Gemma Ruiz Palà, que lo aceptó gustosa. “Soy de las que se quedan sin voz enseguida”, explica la periodista, eufórica por el puro que se fumó con la mano izquierda ayer en el Saló de Cent en honor a Maria Aurèlia Capmany (en el pregón de Sant Jordi) y acostumbrada a vivir la Diada con el micrófono en la mano, haciendo directos desde paseo de Gràcia y Rambla Catalunya. “Siempre me ha encantado este día, aunque me tocase trabajar”, admite.

Claret confiesa que las prisas y las aglomeraciones pueden llegar a ser un poco “frustrantes” porque es difícil entablar una conversación real en un día tan concurrido donde todo sucede a gran velocidad. “Recuerdo un año que me tocó firmar junto a un autor que se llamaba Blue Jeans y que tenía una cola enorme”, explica el escritor, que reclama más calma y menos ‘selfies’.

Noche en vela por los nervios

Gemma Ventura estaba tan nerviosa que no ha conseguido dormir. “Como cuando era un niña y era la noche de Reyes”, confiesa. La escritora afronta la jornada con unos viejos botines todoterreno para evitar el dolor de pies y un vestido largo de color azul que resalta su melena pelirroja que decidió comprarse la víspera. "Llevo meses a base de nueces, el cuerpo me las pide", admite.

Es el primer Sant Jordi de Ventura, que publicó ‘Le llei de l’hivern’ hace tres meses y que sigue sorprendiéndose en cada firma de libros: “Es alucinante lo que la gente puede llegar a explicarte: sus problemas, sus amores, ¡la vida entera! Ya he cometido alguna novatada, como darle el número de teléfono a un lector que me lo pidió. Ahora solo doy el correo electrónico y es increíble los mails que me escriben”, confiesa.