Crítica de '¿Y qué tendrá que ver con el amor?': romanticismo sin fronteras

La pareja protagonista de la primera película que Shekhar Kapur dirige en más de una década y media opone dos formas distintas de entender el amor y el matrimonio. Ella es adicta a las apps de citas; él, de origen pakistaní, ha decidido encontrar a la mujer de su vida a través de una boda previamente pactada. Llevan años amándose mutuamente, pero no lo admiten porque, de lo contrario, aquí no habría nada que contar.  

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‘¿Y qué tendrá que ver el amor?’, pues, enfrenta entre sí la fórmula de los matrimonios concertados con la de las comedias románticas, y se trata de una confrontación descompensada; Kapur se muestra menos interesado en explorar tradiciones contrapuestas y choques culturales que en mantener separados durante el mayor tiempo de metraje posible a dos personajes obviamente predestinados a acabar juntos, y en tomar entretanto préstamos argumentales de títulos como ‘La boda de mi mejor amigo’ o ‘Cuando Harry encontró a Sally’. 

Mientras, la película trata de nadar y guardar la ropa. Por un lado, exhibe humor autoconsciente sobre los clichés propios del género al que pertenece con el fin de disculpar el flagrante uso que hace de ellos; por el otro, cae en el mismo tipo de simplificación de las diferencias culturales que trata de ridiculizar aunque, eso sí, al menos no da muestras de la superioridad moral que el cine ‘mainstream’ occidental suele exhibir frente a aquellas prácticas que no se adecúan a sus prejuicios.