Conciertos Extraordinarios en el Palau

Jordi Savall triunfa en el Palau al frente de su Le Concert des Nations

El maestro llenó el auditorio modernista al frente de su Le Concert des Nations con un programa en el que revisó obras del siglo XVIII

Savall en un momento del concierto en el Palau.

Savall en un momento del concierto en el Palau. / EPC

Pablo Meléndez-Haddad

Pablo Meléndez-Haddad

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Una vez más se confirmó la fascinación que despierta en el público barcelonés la música barroca interpretada con criterios históricos por Jordi Savall y su orquesta Le Concert des Nations. Esta vez en el ciclo de Conciertos Extraordinarios en el Palau, el maestro catalán optó por un programa con dos nombres muy populares, Händel y Gluck, a quienes sumó el del poco divulgado compositor, violinista y clavecinista francés Jean-Féry Rebel (1666-1747), alumno de Lully, de quien se escuchó su música para el ballet ‘Les Éléments’, estrenado en 1737.

La partitura ha tenido cierta difusión sobre todo por su introducción, ‘Le Chaos’, en el que los elementos (agua, aire, tierra y fuego) nacen de unos sonidos completamente nuevos y poco a poco se ‘apoderan’ de cada una de las secciones de la orquesta, dando protagonismo a diferentes instrumentos, pero partiendo precisamente de un caos en el que el compositor aplica disonancias revolucionarias para la época. A modo de música programática, la obra sorprende por su modernidad, atrevimiento y madurez armónica, más que por la belleza melódica. Servida con especial delicadeza por los intérpretes, sirvió de pórtico ideal para el programa, aunque su formato, escrita para ilustrar determinados movimientos en escena, no acaba de funcionar como concierto. Savall, en todo caso, supo equilibrar el sonido de unas maderas que proyectan poco, pero que brillaron por su protagonismo.

Georg Friedrich Händel y su ‘Música acuática’ le han brindado un gran impulso divulgativo al género barroco, casi tanto como su oratorio 'El Mesías'. La obra, cuyas diferentes secciones han pasado a formar parte del imaginario popular en radio, cine y televisión, se estructura en diferentes partes y han dado lugar a tres ‘suites’, la primera de las cuales, en ‘Fa mayor, HWV 348’, es la que se interpretó anoche, clave incluido. Transparencia, elegancia, claridad en el fraseo, virtuosismo en las trompas y una acción de conjunto admirables fueron sus características.

En la segunda parte de la velada reinó Christoph Willibald Gluck, de quien se escuchó su fundamental ‘Don Juan ou Le Festin de Pierre, Wq. 52’, un ballet-pantomima de Gasparo Angiolini basado en Molière que se estrenó en Viena y que marcó todo un hito en la historia del género. En la velada de ayer Savall optó por la versión más completa que, más allá de su condición rítmica, en su caso sí que brinda la variedad suficiente como para transformar un ballet en una pieza sinfónica que prescinde de la coreografía.

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