Festival Aridane Criminal

Diego Ameixeiras, cita con la novela negra bajo el volcán de la Palma

El autor gallego presenta ‘El ciervo y la sombra’, Premio de la Crítica 2021, en el festival Aridane Criminal, comisariado por el escritor canario Alexis Ravelo

Diego Ameixeiras, este viernes en Los Llanos de Aridane, en el festival Aridane Criminal.

Diego Ameixeiras, este viernes en Los Llanos de Aridane, en el festival Aridane Criminal. / ANNA ABELLA

Anna Abella

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Entre la niebla, ahí está el volcán de Cumbre Vieja que el 19 de septiembre de 2021 sacudió la isla canaria de La Palma y la mantuvo en vilo durante 85 días. De su cráter sigue saliendo humo, en un amenazante recordatorio de que continúa vivo. A su falda, la ciudad de Los Llanos de Aridane, donde muchos de sus 20.000 habitantes perdieron sus casas bajo la colada de lava que llegó hasta el mar y que llenó las calles de una negra ceniza que todavía ahora cubre algunos descampados. Es aquí, bajo la sombra del volcán, donde hasta este sábado se ha congregado un buen puñado de escritores reunidos por uno de sus colegas, Alexis Ravelo, que entre libro y libro, se ha calzado por tercer año consecutivo el traje de comisario para impulsar el Festival Aridane Criminal de novela negra y policiaca. 

Han participado en las charlas, las argentinas Claudia Piñeiro (Premio Carvalho 2019, entre otros) y Valeria Correa, los vascos Jon Arretxe y Javier Díez Carmona, el barcelonés afincado en Navarra Carlos Bassas del Rey, la leonesa Marta Prieto, la catalana Núria Bendicho, el guineano Francisco Zamora Loboch… Y el gallego Diego Ameixeiras (1976), que como Piñeiro o Bassas, participará en BCNegra (del 6 al 12 de febrero próximos), y llega al archipiélago con la flamante publicación en castellano de ‘El ciervo y la sombra’ (en Alrevés) tras ganar el Premio de la Crítica 2021 de narrativa gallega. 

Cuando lo que cuenta es sobrevivir es muy fácil dar un paso hacia el lado oscuro

En ‘El ciervo y la sombra’, "una metáfora profunda sobre la vida" que el propio Ameixeiras define como "un ‘noir’ existencialista", no hay detectives ni policías al uso, ni asesinos en serie, ni enigmas por resolver. Porque cultiva, asume, una novela negra "de marginalidad y oscuridad, contada por voces que no se escuchan, como las de los pequeños delincuentes". 

Diego Ameixeiras, este viernes en Los Llanos de Aridane, en el festival Aridane Criminal. 

Diego Ameixeiras, este viernes en Los Llanos de Aridane, en el festival Aridane Criminal.  / ANNA ABELLA

Cuenta la historia de Mateo, un pequeño camello que también intenta ganarse la vida de manera legal, que salió del pozo gracias a un sacerdote al que ayuda en un banco de alimentos. "Me gustan las historias de delincuentes -explica Ameixeiras en entrevista-. Cuando lo que cuenta es sobrevivir es muy fácil dar un paso hacia el lado oscuro. A Mateo le gustaría no delinquir y llevar otro tipo de vida, pero las cárceles están llenas de gente con la que la vida se ha portado mal y la sociedad es muy severa con ellas. En cambio, hay gente con otro tipo de delitos que nunca va a la cárcel”.  

Hay una memoria que se borra cuando desaparece la gente que la cuenta. Como está pasando con la de la Guerra Civil

"La novela navega entre la crónica de redención y la caída definitiva del protagonista, quien intenta agarrarse a un clavo ardiendo, a una última oportunidad que le da la vida", detalla. "Mateo es un personaje en carne viva, de pasado turbulento, oscuro, tenebroso y lleno de sombras, traumas y excesos, con una gran herida abierta, una relación sentimental que no cerró bien y la reciente muerte de sus padres en accidente de coche". 

Autor de una docena de novelas (en gallego en Xerais, algunas traducidas al castellano en Akal), que en sus inicios creó al detective Horacio Dopico y flirteó con el humor, ahora Ameixeiras va al grano, apostando, admite, por "un tono más poético, conciso y oscuro" y creando una atmósfera de "fatalidad y pesimismo, pero a la vez con cierta luz y esperanza". 


Las heridas abiertas de la sociedad

Recuerda que la novela negra "siempre se ha asociado con la crítica social". "Al tratar este tipo de personajes marginales, que muestran sus contradicciones, que son las de la sociedad en que vivimos, la crítica social está ahí. Son historias contadas desde el otro lado, que inquietan más y dejan un sabor más amargo porque nos muestran que la sociedad tiene muchas heridas abiertas". 

Todo transcurre en Ourense, pero podría ser cualquier ciudad "donde se sobrevive, una especie de jungla de asfalto, un lugar que enferma a los personajes, del que quieren huir pero que les atrapa como una telaraña viscosa". Allí, Mateo se enfrenta a la memoria de sus padres, "recorre los lugares donde se enamoraron y vivieron una vida plena y la ilusión de un futuro luminoso, que contrasta con su presente de desgarro, sombras y desamor".

El dolor por los desaparecidos

Como metáfora, el bar que regentaban, El Paraíso, ahora a punto de ser derribado para construir pisos de lujo, espejo de cómo "hay una memoria que se borra cuando desaparece la gente que la cuenta. Como está pasando con la de la Guerra Civil". Episodio que el autor introduce con el personaje de una profesora jubilada, cuyo hermano desapareció en el frente. "Los ecos del pasado resuenan en el presente. Es una herida sin resolver y muchas familias aún arrastran el dolor de no saber dónde están enterrados los cuerpos de sus desaparecidos". Porque, como concluye Ameixeiras, en ‘El ciervo y la sombra’ planea "la presencia de la muerte y del paso del tiempo".