Testamento audiovisual

Els Surfing Sirles: a su manera una vez más

El documental 'Material Sirles: un septenni', que se estrena el lunes en el festival In-Edit, retrata de manera atípica al grupo barcelonés

Els Surfing Sirles según tres camaradas

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lulu / Jordi Otix

Ramón Vendrell

Ramón Vendrell

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Difícilmente enrolará el documental ‘Material Sirles: un septenni’ miembros nuevos a la tripulación de Els Surfing Sirles, aunque ojalá. No sigue la película, que se estrena el 31 de octubre en el festival In-Edit, la fórmula de material de archivo más batería de declaraciones del entorno, ditirámbicas por regla general. "Me horripila este formato nostálgico y necrófilo -dice Martí Sales, cantante del grupo barcelonés mientras existió, hasta 2013-. Por coherencia con lo que fuimos había que hacer algo no convencional. Vamos a jugar y a divertirnos".

El filme, por el contrario y ya sin adverbio prudencial, provocará hipidos, lagrimones, carcajadas, alegría y raptos eléctricos entre la marinería fiel, ese inextirpable apéndice de la banda. "El documental empieza a saco y acaba a saco -señala Lulú Martorell, máxima responsable del "tria i remena", así figura su cometido en los créditos, en comandita con Sales y Roger La Puente-. No hay orden cronológico ni explicaciones ni subrayados sino solo momentos de vida. Hemos buscado la emoción". En el caso de Els Surfing Sirles, eso es mucho.    

Ventajas de no tener carnet de conducir

Vaya panda, Sales (voz), Uri Caballero (guitarra), Guillem Caballero (teclados) y Xavi García (batería). Ninguno de los cuatro tenía carnet de conducir. Fue una suerte, al menos para el documental. Laura Crehuet, pareja de García, sí tenía carnet de conducir y acabó convertida en una especie de ‘road manager’ del combo. Además, tenía la manía de hacer fotos y vídeos de la formación en cualquier momento. No solo eso: ¡los archivaba! Han sido oro las imágenes de Crehuet para ‘Material Sirles: un septenni’. A la llamada de "¿tienes mandanga audiovisual de Els Surfing Sirles?" también respondieron afirmativamente otros fieles.

Uri Caballero, Xavi García, Martí Sales y Guillem Caballero, Els Surfing Sirles, en una actuación en Sidecar.

Uri Caballero, Xavi García, Martí Sales y Guillem Caballero, Els Surfing Sirles, en una actuación en Sidecar. / Josep García

Martorell es tía putativa de Sales, vía haber sido la amiga del alma del poeta, músico y pintor Pepe Sales, fallecido en 1994. Vio prácticamente nacer a Els Surfing Sirles en un concierto en una okupa de la calle de Olzinelles, en el barrio de Sants, y le parecieron "espléndidos". Desde entonces no les perdió la pista. Tenía que ser ella, pues, la jefa del documental.

Momentos

Hay momentos divertidos en ‘Material Sirles: un septenni’. Como la defensa de bar de Uri Caballero de que hay ballenas en las aguas costeras de Barcelona (tenía razón, las hay). Como la trastienda de la grabación del videoclip de ‘Taxista’, ‘segurata’ aspaventoso llamando al orden incluido. Como la competición de bromazos rockanroleros: "I Don’t Maiden", "Jo Ni Cas" y así.

Hay momentos a los que no les iría mal el detestado subrayado. Como esa mujer que se acerca a la cámara y dispara con gracia un largo chiste sobre un "movimiento telúrico trepidatorio". Es la difunta Carmen Roa, la madre de Uri y Guillem Caballero, pillada al vuelo.

Hay momentos de paz y de mal rollo y de dónde nos hemos metido (Sílvia Coppulo entrevistándolos en Catalunya Ràdio).

Y hay momentos de fusión con el público como no se veían desde The Specials, o por ahí. "¡Socialdemócratas!", les insulta en broma un espectador no precisamente ‘facha’. Casi que no hay peor insulto en la nave Sirles. Vemos al grupo literalmente engullido por la parroquia de El Sucre, el espacio bestia y totalmente ‘off’ del Mercat de Música Viva de Vic, un escenario favorito de la banda. Vemos a tipos pasándoselo bomba y a Sales caminando sobre las aguas, léase suspendido sobre la concurrencia por brazos de camaradas.

Viva Budellam

"El hardcore de los 90 fue nuestra escuela y ahí el contacto físico era habitual -indica Sales-. Roger Peláez, de Budellam, me parece el mejor letrista que ha habido en Catalunya en tiempo. Junto con Albert Pla, claro".   

Al sustrato hardcore Els Surfing Sirles añadieron otras capas musicales, cortesía en buena medida de la amplia discoteca del padre de los Caballero. "Uri y Guillem habían mamado Velvet Underground o Love desde la cuna -recuerda Sales-. La colección de discos de Joan Caballero, su padre, fue fundamental". Para hacer que aquí sonara un guiño a Los Relámpagos y allí otro a Suicide. Para que el grupo hiciera tanto "canciones de un minuto y medio como de ocho minutos", en palabras de Sales. Siempre a contrapelo.

Solo faltaba un letrista a la altura de las circunstancias. Ese fue Sales, de cuyas letras insumisas, gamberras y poéticas bastan los títulos para echar la imaginación a volar: ‘El trineu’, ‘Saltamarges’, ‘Montseny’ (también conocida como ‘Romaní, semen i sang’), ‘Watusi ‘65’, ‘Poble d’stars’, ‘Pubilla’, ‘Festa amb morts’...

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Martí Sales y Lulú Martorell, en el solar bautizado como plaza de Uri Caballero. / Jordi Otix

Recordatorios

En el barrio barcelonés de Vallcarca hay al menos tres recordatorios de Uri Caballero: una placa en un solar, con pinta de oficial y en realidad ful y costeada por aportación popular, dedicada a un "patriota de Vallcarca"; una fotografía en el bar La Riera y un grafiti de su rostro en el ‘casal’ Can Carol. Grafiti que conserva rastros de la vandalización que sufrió recientemente. "Aquí hay una guerra seria entre quienes quieren impedir la gentrificación del barrio y quienes se frotan las manos con ella", informa Sales. Uri Caballero era okupa en la zona de conflicto, un okupa simbólico además, y no hay duda según Sales de que su efigie mural fue atacada por el otro bando.

Uri Caballero murió en julio de 2013 y con él murió una banda que afilaba en ese momento su potencial pop. "La vida siempre importó más que el arte en Els Surfing Sirles", resume Sales. Fallecido un miembro de un grupo basado en la amistad, era implanteable seguir adelante. Fin. "Intentábamos ser una banda cojonuda, pero la idea de profesionalidad siempre nos dio urticaria", reflexiona Sales. No obstante, Els Surfing Sirles ofrecieron una pequeña tanda de conciertos en 2018, con Joan Colomo, el quinto 'sirle', a la guitarra, y el 30 de diciembre renacerán para un único pase en Apolo.

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