Lagartija Nick destapa un mágico homenaje a Buñuel y Lorca en el Altaveu de Sant Boi

Ahora que salen festivales de debajo de las piedras, hay que hacer notar la singularidad del Altaveu de Sant Boi, que, en esta 33ª edición, ahora bajo la dirección de Víctor Partido, realza su posición de plaza distinta, que no se limita a cazar al vuelo a los artistas en gira, sino que fomenta las propuestas exclusivas y los talentos en desarrollo. Sesión de altos vuelos, la de este viernes, en la que señoreó la puesta en escena, en la plaza del Ajuntament y con acceso libre, de Lagartija Nick a lomos de su ‘Homenaje a la generación del 27’ y de las primicias de su nuevo disco, ‘El perro andaluz’, cuya edición se prevé para el 16 de diciembre.

Concierto envuelto en un aura de severidad y magia, el del grupo granadino, en el que recorrió seis de las nuevas canciones, con textos rescatados de la poco prodigada obra poética de Luis Buñuel, acompañadas de imágenes de películas del realizador aragonés y del andaluz José Val del Omar. Material rock corpulento con pistas de vanguardia (el disco lo producen Marcel Bagés y David Soler), cuyo faro fue el tema, publicado este viernes, ‘Me gustaría para mí (las libélulas)’, con su surrealismo de primera hora en la voz mercurial de Antonio Arias. Integrados, temas de ‘Val del Omar’ (1997), y retrocediendo un poco más, de aquel ‘Omega’ (1995), entente con Enrique Morente, con las citas a Lorca de ‘Niña ahogada en el pozo’ o ‘Vuelta de paseo’. Lagartija Nick presentó en su día en el Altaveu aquel disco trascendental, como recordó Arias al terminar: “les decimos ‘adéu’ 25 años después”.

Hechizo y rock’n’roll

La ruta del festival aconsejaba acercarse a Can Massallera para constatar si Germán Salto podía trasladar al directo el sutil pop de autor de su elogiado álbum homónimo. Así fue, valiéndose de un pulcro quinteto con el que mimó los recovecos de ‘Solo el tiempo’ y fundió el hechizo con el brío rockero de ‘Cuando no tenías sed’ y una cita a ‘No matter what’, de Badfinger.

Y en el coqueto teatro de Cal Ninyo, dos proyectos que habrá que seguir. Gracià Pedro, de Bremen, crecido como cancionista sugerente, eléctrico y con algo de poso folk-rock, bien acompañado (Valen Nieto, Miquel Sospedra, Miguel Ballester) en el repaso al reciente epé ‘Avui és l’endemà’. Y la mallorquina Júlia Colom, dirigiendo su educación tradicional, con parada en las ‘tonades de segar’, hacia un repertorio propio tendente a una insinuante pureza celestial y al ingenio melódico, con las voces en primer plano, creciendo sin prisas camino de su esperado primer disco.