D'A Film Festival Barcelona

'Clara Sola': realismo mágico, feminismo y sensualidad

Religión, represión sexual y unas dosis de realismo mágico son los componentes esenciales de esta magnética y absorbente película de Nathalie Álvarez Mesén que se proyecta en el D’A Film Festival Barcelona

Un fotograma de 'Clara Sola', de Nathalie Álvarez Mesén

Un fotograma de 'Clara Sola', de Nathalie Álvarez Mesén / EPC

Beatriz Martínez

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Nathalie Álvarez Mesén nació en Estocolmo, pero pasó parte de su infancia y adolescencia en Costa Rica, de donde era su madre. Y aunque su educación sentimental fuera híbrida, tuvo la necesidad de regresar a sus raíces latinoamericanas para abordar su ópera prima, 'Clara Sola'

En ella configura un personaje fascinante, el de Clara, una mujer de mediana edad que vive con su madre, Fresia y su sobrina, María, en una granja en un entorno rural selvático. Dicen que ha sido bendecida por la Virgen, y son muchos los aldeanos los que se acercan a pedir ser curados por sus manos. Lo cierto es que Clara tiene unas atípicas facultades, es capaz de comunicarse con los animales, conoce sus nombres secretos y mantiene una estrecha relación con la naturaleza. En ella es libre, en contraposición con su entorno que la oprime. Así, el deseo sexual que comienza a sentir chocará con esa asfixia cotidiana a la que es sometida somatizándola a través de un cuerpo cuyos huesos se retuercen aplastándola.

Religión, represión sexual y unas dosis de realismo mágico son los componentes esenciales de esta magnética y absorbente película que participó en la Quincena de los Realizadores en el pasado Festival de Cannes y que ahora se proyecta en el D’A Film Festival

Recuerdos de Latinoamérica

“La película surge de mis recuerdos en Latinoamérica. Viví en un entorno rodeado de mujeres y eso me ha condicionado a la hora de formar mi personalidad. Así que para construir los personajes tiré de recuerdos y de imágenes de fotografías y de pinturas que me habían impactado”, contaba la directora sueca-costarricense durante su presentación en Cannes. 

Entre ellas, se encuentra una pintura de Carolina Benedicks-Bruce en la que una mujer empuña una escopeta a modo de terrateniente, de la que surge el personaje de la matriarca Fresia y una fotografía de Gregory Grewdson en la que una chica está encorvada y en ropa interior. “Podría parecer que es una víctima, pero ¿y si en realidad acaba de tener el mejor momento de su vida y la están juzgando por ello?”, continúa la autora. 

Trabajo corporal de Wendy Chinchilla

A Clara (Sola, su nombre secreto), la interpreta la bailarina y coreógrafa Wendy Chinchilla. Es su primera experiencia delante de una cámara, pero Nathalie Álvarez Mesén tuvo claro que tenía que ser ella la protagonista de la película. Se quedó impresionada con el trabajo corporal que transmitía, con su sensualidad y su capacidad para provocar emociones sin hablar, algo que también pone en práctica en su interpretación. 

“El personaje de Clara es como una niña atrapada en un cuerpo de mujer. Es honesta, no tiene filtro, pero no dejan que exprese su sexualidad, que al fin y al cabo, es una lacra de la herencia patriarcal”, continúa. Sus instintos primitivos se desatarán cuando aparezca un hombre en la finca que las ayuda a alquilar a los turistas a su caballo Yuca. Tanto María como Clara se sentirán atraídas por él, pero será la joven la que consiga acaparar el interés del hombre, a pesar de la fascinación que siente por las particulares capacidades de Clara. Poco a poco irá surgiendo en ella la necesidad de rebelarse ante todas las imposiciones que se la aprisionan, y comenzará su particular camino de liberación. 

La directora Nathalie Álvarez Mesén

La directora Nathalie Álvarez Mesén / Seminci

La directora compone un fascinante universo repleto de misterio, tan enigmático como sensitivo. La naturaleza se convierte en un personaje más, inundándolo todo, se puede sentir, tocar, acariciar, convirtiéndose Clara en el nexo de unión entre el espectador y ese entorno que, de alguna manera, hemos dejado de percibir. “El realismo mágico para mí siempre vino de la naturaleza, esa sensación de estar sola en ella, y experimentar algo telúrico que te invade. No tienes que jugar ningún papel porque la naturaleza no te pide nada, hay una comunicación horizontal con ella”. Cuenta la directora que trabajó con la protagonista a partir de porcentajes animales: 80% loba y 20% humana. "Hay algo muy físico y primitivo en ella, pero al mismo, tiempo, algo espiritual”. 

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