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La inclusión de las plataformas en la nueva ley del cine provoca recelos en el sector

Los productores alertan de que ampliar la nómina de los beneficiarios de las ayudas en tiempos de crisis puede generar problemas

Fotograma de 'Un año una noche', de Isaki Lacuesta

Fotograma de 'Un año una noche', de Isaki Lacuesta / EPC

Beatriz Martínez

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El Anteproyecto de la Ley del Cine y la Cultura Audiovisual aprobado por el Consejo de ministros pasará ahora una nueva ronda de contactos con los representantes del sector antes de su tramitación parlamentaria como proyecto de ley.

En esta fase, buena parte de los agentes implicados hará sus aportaciones e intentará limar aquellos flecos que todavía generan incertidumbres. Uno de los puntos más comentados ha sido la inclusión dentro de las ayudas de las series y las películas producidas por plataformas, que hasta el momento no participaban de la convocatoria de subvenciones. El cambio de paradigma y el auge de la ficción audiovisual han contribuido a que las necesidades se modifiquen, pero como cuenta José Nevado, director general de PATE, Asociación de Productores Audiovisual Independientes (donde se integran El Deseo, Morena Films o MOD Producciones, entre otras), quizá no sea el mejor momento dada la crisis que atraviesa el sector cinematográfico tras la pérdida de espectadores en los últimos dos años.

“El cine está atravesando un momento crucial y nos preocupa que se amplíe el espectro al ámbito de las series, porque hasta el momento funcionaban a nivel independiente y meterlas en el bucle de los procesos administrativos del ICAA no sé hasta qué punto puede resultar contraproducente. Es como poner los cimientos antes que la estructura”, señala Nevado, que considera fundamental establecer ayudas a la exhibición, ya que en este momento es "el eslabón más débil de la cadena. Si desaparecieran las salas, ¿dónde veríamos las películas? ¿Quedaríamos a expensas de las plataformas? A partir de ahí, todo se vería afectado".

¿Quién es independiente?

La definición de lo que se considera un productor independiente es otro de los puntos de mayor controversia. Por una parte, María Luisa Gutiérrez, presidenta de AECine (Asociación Estatal de Cine), se muestra satisfecha con lo que propone la nueva ley. Precisamente es lo que llevan reivindicando desde hace tiempo tanto al Ministerio de Cultura como al de Economía, desde el que se ha impulsado una Ley de Comunicación Audiovisual que ahora mismo, se encuentra en trámite parlamentario. “No entendemos que en un país haya dos leyes del mismo rango y con dos definiciones contradictorias de lo que significa una producción independiente. Es una incoherencia que en la Ley de Comunicación Audiovisual un ‘encargo’ de un productor dependiente pueda ser considerada una ‘producción independiente’. Tenemos la sensación de que Economía y Cultura deberían hablar más”.

A José Nevado también le preocupa este término. Está claro, dice, que el ICAA tiene que proteger la parte más cultural del cine, pero "eso de andar con distintas definiciones genera conflictos legislativos". Pone algunos ejemplos. La película triunfadora de los últimos premios Goya, ‘El buen patrón’, no tuvo ayudas y también se quedó fuera Alberto Rodríguez con ‘Modelo 77’. “Cada vez es más difícil abordar este tipo de proyectos, porque están a medio camino entre la parte industrial y autoral y terminan quedándose fuera. En vez de arreglar ciertas líneas estratégicas, se abren frentes que no nos permiten trazar ningún tipo de plan”.

Consenso

Hay consenso, en cambio, en la necesidad de proteger la cuota femenina, así como las lenguas cooficiales. Se ha demostrado que la lengua no es una barrera. En España se ha convertido en un éxito ‘El juego del calamar’, hablada en coreano, y en el resto del mundo ha triunfado ‘La casa de papel’. “Estamos aquí, preparados para crear contenido y exportarlo”, continúa Nevado. “Hay que aprovechar esta coyuntura para seguir creciendo. Y el Hub Audiovisual, por el momento, se centra en los planes de infraestructura, en la mejora de recursos tecnológicos, la atracción de grandes rodajes estratégicos. Pero la ayuda a los creadores, no se contempla”.

Un ejemplo de sinergia sería la última película de Isaki Lacuesta, 'Un año, una noche', que se ha presentado en el Festival de Berlín, producida por Bambú. ¿Cine de autor con un soporte industrial? Para Nevado ese sería el quid de la cuestión.

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