Entrevista

La pandemia se cuela en la novela negra con Eugenio Fuentes

El escritor extremeño visita BCNegra con su nueva novela, 'Perros mirando al cielo', donde su bregado detective Ricardo Cupido investiga el asesinato de un médico en pleno covid

Fuentes

Fuentes / RICARD CUGAT

Anna Abella

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Asegura Eugenio Fuentes (Montehermoso, Cáceres, 1958) que los personajes de sus novelas son como los de las películas de los hermanos Coen: "Personas normales que se meten en una situación que no saben manejar y que, llevado al extremo, acaba en una espiral de violencia. Es gente corriente envuelta en un conflicto emocional que genera violencia. Es más apasionante que mostrar la historia de unos traficantes". Encaja también en el perfil de "tipo de lo más normal" su ya bregado detective, el alto y atractivo Ricardo Cupido, que vuelve a ser el protagonista de su nueva novela, ‘Perros mirando al cielo’ (Tusquets), que transcurre en los primeros meses de la pandemia de covid. Sobre ella habla con este diario poco antes de viajar a Barcelona para participar en BCNegra 

Aunque recalca que es "una novela con mucha luz", la pandemia, y el dolor y las emociones que desató, es un protagonista más. "Es fundamental. Condiciona la elección de la víctima, la manera de matarla…". Un médico que ha trabajado en primera línea contra el virus en un hospital de Madrid busca recuperarse del estrés alquilando una casa en el campo junto a su mujer y su hijo, en un pueblo de la España vaciada, el Breda ficticio donde vive Cupido. Pero alguien lo asesina. "La novela no nació con la ambición de escribir sobre la pandemia. Tenía miedo de hacerlo porque creo que aún nos falta perspectiva. Pero se coló, porque la escribía en ese marzo terrible [de 2020], de calles desiertas, donde salíamos al balcón para aplaudir a los sanitarios". Y a ellos quiso "rendirles homenaje". 

"La pandemia introduce un elemento moral y trascendente, porque muchos médicos se enfrentaron a la peor de las decisiones: decidir quién podía vivir y quién no. A quién podían salvar y a quién no. Cuando no había camas en las uci para todos, ni respiradores suficientes para todos los que se asfixiaban… -recuerda-. Son decisiones éticas que a muchos les han dejado secuelas psicológicas. Si muchos seguimos aquí es por estos sanitarios, algunos de los cuales murieron de covid luchando para protegernos, como el nefrólogo del Gregorio Marañón Alberto Tejedor". 

La pandemia introduce un elemento moral y trascendente, porque muchos médicos se enfrentaron a la peor de las decisiones: decidir quién podía vivir y quién no

No es el único homenaje, aunque en la novela se limite a un párrafo en el que no se permite "cargar la emotividad". La madre de Cupido muere por el coronavirus en un geriátrico. "Quería dar las gracias a una generación que hoy tiene 80 y 90 años, que no han tenido ningún reconocimiento. Gente que no participó en la Guerra Civil pero trabajaron como negros al margen de la política, que viniendo de unas costumbres e ideas antiguas supieron aceptar la modernidad. Gente que en gran parte murieron en las residencias de manera atroz sin que nadie les cogiera la mano"

No son estas las únicas muertes. Y sospechosos no faltan. Las novelas de Fuentes no son de gánsteres sino de tormentos interiores. "La mayor causa de muertes violentas en el mundo ya no son las guerras. Es la violencia individual, familiar, urbana, la agresividad causada por las relaciones humanas. El dolor por el daño que te han hecho, por sentirte abandonado, el despecho de gente que ha perdido el poder que tenía...", asegura el autor de ‘Piedras negras’, convencido de la especial capacidad de "la novela negra para abordar el conflicto, porque sin conflicto no hay daño, y si no hay daño, no hay novela negra".

La mayor causa de muerte no son las guerras sino la violencia individual, familiar

Flota en ‘Perros mirando al cielo’ la venganza. "Pero más el afán de justicia -destaca-. Cuando muere tu hijo porque crees que ha sido marginado en el hospital… Y si sufres un accidente de coche al chocar con una vaca buscas al responsable de que la vaca esté en la carretera". Algo que ocurre en el primer capítulo y cuya investigación la víctima encarga a Cupido, un detective que "adivina por lo que observa y escucha, que pregunta pero no saca la información a mamporros ni amedrentando a nadie". "Es alguien que no juzga, que se pone en el lugar del otro y comprende los motivos por los que la gente hace daño". Tiene una "mirada compasiva sobre las debilidades humanas", que Fuentes aprendió de Galdós. 

Dice el médico asesinado que "el pasado nunca termina de olvidarse". "Todos somos pasado. Somos como somos por lo que nos ha pasado antes. El presente es la unión del hoy con lo sucedido antes. Del futuro solo sabemos que ocurrirá. Del pasado necesitamos precisar qué ocurrió, cómo, los efectos en el presente. El pasado siempre está ahí".


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