CRÍTICA DE LIBROS

Crítica de 'Spanish Beauty', de Esther García Llovet: una oda a Benidorm, la capital de lo cutre

La autora malagueña cambia las calles de Madrid por la arena de la Costa Blanca

esther garcia llovet

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Marta Marne

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Michela McKay tiene un fuerte acento del este de Londres, un cockney imposible de pronunciar si no has nacido allí. Vive en un apartamento abandonado aderezado con muebles baratos de pino, vigila carreras ilegales de motos de agua, y está decidida a robarle a un ruso el mechero de los gemelos Kray, los mafiosos más temidos del crimen organizado londinense durante los años cincuenta y sesenta.

Si en sus novelas de la ‘Trilogía instantánea’ Esther García Llovet nos llevaba de la mano a recorrer los rincones más olvidados de Madrid, en ‘Spanish Beauty’ nos traslada al Benidorm más castizo y cutre. Casinos con palmeras de neón, estéreos de plástico que reproducen canciones de C. Tangana, chanclas con calcetines de tenis, olor a fritura y a aceite bronceador. Una ciudad que nunca duerme y en la que todos parecen disponer de todo el tiempo del mundo para poder perderlo a placer.

Con un estilo que nos recuerda más a ‘Mamut’ que a sus últimas obras, Llovet construye una historia oscura sobre soledad y redención. A través de continuos flashbacks y cambios de escenario recorreremos la vida de Michela a gruesas pinceladas, rememorando momentos que la han convertido en la mujer que es hoy en día. Estamos ante una policía nacional corrupta con aire de sheriff de western, pero con bermudas de bananas en lugar de espuelas. Lo mejor: lo sencillo -que no simple- del lenguaje de Llovet gracias al que consigue dibujar un ‘cielo color merluza hervida’ o unas ‘nubes dispuestas raras como faltas de ortografía’. Una prosa para paladear con calma que encubre una complejidad milimetrada.

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