Entrevista

Seanan McGuire: "'My Little Pony’ puede ser muy perverso”

La novelista y guionista de cómic de Marvel defiende que la literatura juvenil incluya más personajes que normalicen la diversidad de género

La escritora norteamericana Seanan McGuire

La escritora norteamericana Seanan McGuire / Ernest Alós

Avilés

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Seanan McGuire es una más que prolífica autora de novelas pandémicas, de zombis, y de viajes a mundos góticos, tanto con su propio nombre como con el pseudónimo de Mira Grant. Es también guionista de cómics para Marvel (Spider-Gwen). En su granja de la Costa Oeste colecciona películas de terror y casi 3000 figurillas de colores brillantes del mundo de My Little Pony. No es un mal resumen de su obra, en la que mundos con océanos de fanta de fresa se pueden convertir en algo muy siniestro y una niña puede ser feliz convirtiéndose en la pupila de un vampiro o la auxiliar de un médico carnicero.

Ese mundo es el de los Niños Descarriados. El de los alumnos de un internado para criaturas que han abierto un portal a otro mundo, han vuelto y anhelan regresar ante la incomprensión de sus familias y doctores. En España se han publicado los dos primeros, ‘Cada corazón un umbral’ y ‘Allí abajo, entre raíces y huesos’ (Runas). La segunda “podría ser una película de Vincent Price”, dice. En enero llegarán ‘’Beneath the sugar sky’  y ‘In an absent dream’. En EEUU pronto se publicará la séptima entrega. Con unicornios de colorines de My Little Pony. “My Little Pony puede ser muy violento. La idea original tenía una cara muy perversa. Bajo una apariencia cándida pueden suceder consecuencias siniestras que les pueden dañar mucho”, concluye. 

McGuire da un giro al subgénero de la ‘portal fantasy’, con referentes clásicos como ‘Alicia y el País de las Maravillas’, ‘El Mago de Oz’ o ‘Peter Pan’, “que se basa en la idea de que en cualquier momento puedes abrir un portal y encontrar un mundo fantástico donde todas las reglas son distintas”. La versión terrorífica de este planteamiento es un clásico también. McGuire da un giro más: lo más azucarado puede ser no menos terrible. Ni el mundo hecho literalmente de azúcar del tercer libro, ni el cuarto, “en un mercado goblin en el que todo tiene que ser justo”. 

En sus libros, los niños no son comprendidos por sus padres. A ver quién entiende que has viajado a un país de los muertos donde un Maestro te ha enseñado a vivir inmóvil como un cadáver, y que quieres volver allí, porque es donde realmente encajas. 

McGuire se ha definido como demisexual o bisexual. Y defiende que la literatura infantil y juvenil sea militante en el aspecto de la diversidad: “Psicológicamente aprendemos qué es una persona a través de lo que vemos en las historias que nos contamos. Si todas las historias que explicas, especialmente a los niños, tienen como protagonista solo a un tipo de personas, ellos acaban pensando que la gente ha de ser como esas personas”. 

Algo que en su obra evita: “La ficción ha definido durante muchos años como lo normal al hombre blanco hetero. Pero todas las personas son normales. Si eres gay, eres normal. Si eres hetero, eres normal. Porque si eres humano, eres normal. Yo a los 12 años sabía que era gay, y muchos niños también lo saben: es nuestra responsabilidad que se vean reflejados en las historias que leen. Si utilizamos como referentes personajes con discapacidad, que no sean cisgénero, que no sean heterosexuales, serán un espejo en que se vean reflejados y los otros niños vean el reflejo de otras personas que son distintos a ellos”. 

Como Mira Grant ha escrito la serie ‘Parasitology’ (con epidemias, y una tenia, sí, una tenia, como personaje) y ‘Feed’ (zombis). Mucho antes del covid ya se definía como una lectora voraz de cualquier texto que tuviese relación con las pandemias. Los virus en particular le fascinan: “Esa maravillosa paradoja del virus, algo que no está vivo pero se comporta como un organismo vivo, es algo que me encanta estudiar. Y cómo las pandemias han azotado a las sociedades a lo largo del tiempo. Escribir sobre ello es divertido. Y al comenzar esta pandemia me pareció fascinante ver cómo se podía descubrir e investigar un nuevo virus. Pero encontrarte dentro de una de ellas es otra cosa, es terrible”.

Trump, pandemia y mal

Después de haber imaginado mil y una variantes de qué sucede en una pandemia, la realidad ha acabado desbordando a la ficción. “Yo era demasiado optimista sobre cómo se comportaría la gente. Si te dijeran que llevar una máscara te protegería a ti y a tus amigos, aunque sea incómodo, no se me habría pasado por la cabeza que la gente se negase a hacerlo. Aunque me parece que la situación en Estados Unidos es mucho peor que en España por lo que estoy viendo aquí, porque en EEUU tenemos a uno de los grandes partidos políticos convirtiendo el llevar máscara o no en una cuestión de creencias, en una muestra de miedo ante un enemigo, cuando esto no es una guerra, es una cuestión de supervivencia”. Sí, el negacionismo republicano la tiene frita. Hasta el punto de que ve a Trump y a los suyos como una Hydra con un supervillano al frente que en cualquiera de sus novelas no hubiese tenido lugar por poco realista. Pero ha pasado lo que ha pasado. Su próxima novela ya la ha tenido que reescribir: “No creo que sea posible experimentar lo que ha sucedido y que no te influya”.

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