Estreno en salas y 'streaming'

'Cruella', la nueva heroína punk de Disney

Disney apuesta por el espíritu antisistema para abordar los orígenes de una de sus villanas más icónicas

Emma Stone y Emma Thompson protagonizan un duelo interpretativo tan divertido como repleto de bilis en esta película que se puede ver en Disney +

Emma Stone, en un fotograma de 'Cruella'

Emma Stone, en un fotograma de 'Cruella' / Disney

Beatriz Martínez

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Disney lleva años intentando sacar el máximo provecho a su catálogo clásico de animación a través de 'remakes', secuelas o versiones en acción real. Gracias a 'Maléfica' descubrieron una nueva fórmula, explotar a las villanas de sus cuentos dándoles su propia historia independiente.

Ahora es el turno de Cruella De Vil, la pérfida antagonista de ‘101 dálmatas’ obsesionada con los cachorros para hacerse abrigos de pieles que se caracterizaba, además de por su histrionismo demente, por tener el pelo mitad blanco, mitad negro. Hasta el momento su papel no había tenido demasiado recorrido, ni siquiera cuando Glenn Close se hizo cargo de él en dos películas poco memorables. Por eso, tocaba hacer borrón y cuenta nueva e inventar todo un relato alrededor del personaje. 

Si 'Maléfica' se ambientaba en un universo de fantasía, el de 'La bella durmiente', 'Cruella' se inserta en el mundo real, más concretamente en el Londres de los años setenta, una época de explosión de la contracultura, en la que la juventud se rebeló contra la dictadura de lo viejo y marcó una nueva estética marcada por la ruptura de los tabús. ¿El resultado? Que Cruella se ha convertido en una heroína punk. 

“Queríamos hacer algo completamente diferente, energético y vibrante”, nos cuenta Craig Gillespie, su director. “Que el personaje se llenara de todo el espíritu irreverente de esa época a la hora de trastocar el orden prestablecido”. 

'Cruella' cuenta la historia de Estella (Emma Stone), una niña con inquietudes artísticas que quedará huérfana en las calles de Londres. Convertida en vagabunda y ladronzuela, encontrará cobijo junto a otros dos niños sin hogar. Juntos se especializarán en los hurtos, aunque Estella crecerá con la esperanza de convertirse en diseñadora de moda. Su gran mito es la Duquesa (Emma Thompson), que simboliza el estatus y también la arrogancia. Comenzará a trabajar para ella, ascendiendo rápidamente gracias a su talento hasta convertirse en su ayudante. Será entonces cuando su identidad escondida comenzará a aflorar y se convertirá en Cruella. 

Mujer hecha a sí misma

Para Emma Stone esta dualidad siempre le resultó muy atractiva a la hora de interpretar el personaje. “Estella es dulce, y Cruella imprevisible”, cuenta la actriz. “Mentiría si dijera que no me interesa más el mundo de Cruella. Es más divertido y, además, tiene algo de empoderamiento, ya que toma las riendas de su vida”. 

En efecto, en esta ocasión se apuesta por un modelo de mujer que se hace así misma, que no necesita ningún interés romántico para realizarse, que es independiente, creativa y no teme a los retos. Además, tiene un punto kamikaze irresistible. Son muchos los que han querido comparar a Cruella con el Joker, pero su esencia es mucho menos oscura, menos psicópata. 

Craig Gillespie ya tenía experiencia, en el terreno indie, a la hora de abordar personajes inadaptados con un punto de locura como demostró en 'Lars y una chica de verdad' y 'Yo, Tonya'. Aquí consigue adentrarnos en las luces y las sombras del personaje, desde su niñez hasta su etapa adulta, descubriéndonos sus inquietudes, sus sueños, pero también sus heridas después de quedar huérfana. 

“Era importante que no fuera un personaje blanco o negro, como su pelo”, bromea. “Queríamos trabajar con las zonas grises a través de las que se pudiera empatizar con el personaje, añadir un poco de melancolía, por una parte, y por otro, buenas dosis de humor”. 

Emma Stone, en un fotograma de 'Cruella'.

Emma Stone, en un fotograma de 'Cruella' / El Periódico

En 'Cruella' conviven todas esas facetas: la más dolorosa, que corresponde a los recuerdos de su infancia, la más macarra, que incluye performances antisistema que erigen a Cruella como icono subversivo y la más divertida, gracias al dúo de pícaros que interpretan Gaspar (Joel Fry) y Horacio (Paul Walter Hauser) y su perrito chihuahua al que incluso disfraza de rata para algunos de sus rocambolescos planes. También encontramos a un personaje de género fluido con reminiscencias a David Bowie, Artie (John McCrea) y una Anita (futura mamá de Perdita) afroamericana (Kirby Howell- Baptiste). 

La malísima es la Baronesa

En realidad, la mala malísima de la función es la Baronesa, una mujer sin escrúpulos que Emma Thompson defiende sin necesidad de recurrir a la caricatura, con mucha elegancia y sentido del humor. “Estaba pidiendo a gritos hacer de auténtica villana”, cuenta la actriz. “He gastado décadas de mi vida en interpretar a mujeres decentes, así que ha sido una gozada interpretar a la Baronesa”. Lo que no ha llevado tan bien, es apretarse las fajas y los corsés de los suntuosos diseños que pasea en la película. La Baronesa representaría la distinción de Dior y Cruella se identifica con Vivianne Westwood, Alexander McQueen, John Galliano y Nina Hagen. 

Emma Thompson, en un fotograma de 'Cruella'

Emma Thompson, en un fotograma de 'Cruella' / El Periódico

Si el mundo de la moda está presente en Cruella, el de la música también. Además de la partitura de Nicholas Britell (y de la canción original junto a Florence + The Machine) la banda sonora no puede ser más apoteósica. T-Rex, The Doors, Supertramp, Deep Purple, The Clash, Electric Light Orchestra, David Bowie y Brian Eno, The Stooges o The Rolling Stones. 

Todos estos temas se integran de forma orgánica en la película, ya que el director orquestó algunas set-pièces alrededor de ellas, incluso las ponía en el set cuando estaban rodando. “Hay una coreografía interna a partir de la música, digamos que hemos diseñado la película a su alrededor, no al revés como suele ser habitual”. 

Emma Thompson cree que 'Cruella' se diferencia en muchos aspectos del producto Disney tradicional. “Es quizás la película más oscura que ha hecho Disney en mucho tiempo”. Irreverencia, glam-rock e incluso dálmatas asesinos. 

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