Crítica de cine

'Oxígeno': un Alexandre Aja virtuoso y juguetón

El director francés firma su primera película para Netflix, un 'thriller' de supervivencia que se convierte en una metáfora sobre la pandemia, el aislamiento, y la necesidad de respirar

Melanie Laurent, en un fotograma de 'Oxígeno', de Alexandre Aja

Melanie Laurent, en un fotograma de 'Oxígeno', de Alexandre Aja / Netflix

Beatriz Martínez

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La pandemia de coronavirus seguramente se convierta a partir de ahora en el escenario de muchas ficciones, aunque será determinante la imaginación de los guionista y directores para que este escenario no termine cayendo en la repetición sistemática y el tópico. La nueva película de Alexandre Aja, 'Oxígeno', ya estaba escrita antes de que ocurriera todo esto, pero tras expandirse el virus adquirió un sentido diferente tanto físico como metafórico que se ve amplificado por su dimensión syfy. 

Así, la premisa, que podría remitirnos a 'Buried', adquiere un carácter independiente y conectado a los nuevos tiempos. La protagonista de 'Oxígeno' es una mujer que despierta en una cámara criogénica sin saber quién es, cómo ha llegado hasta ahí y con una cuenta atrás que le indica el poco nivel de oxígeno que le queda para terminar asfixiada. Su único interlocutor será un ordenador con conexión a Internet que utilizará para buscar pistas sobre su pasado. 

Un espacio cerrado, aislamiento, ansiedad y crisis de identidad. O lo que es lo mismo, una alegoría extrema del confinamiento

Aja siempre ha sido un director virtuoso y juguetón y en esta ocasión tiene la oportunidad de sacar partido a las restricciones de espacio y a la claustrofobia para orquestar todo un espectáculo visual a través de la puesta en escena que se encarga de dar consistencia a un guion no siempre a la altura de las circunstancias. Pero no está solo en este desafío, ya que en esta ocasión tiene una gran aliada en Mélanie Laurent, espléndida en uno de esos papeles que suponen un auténtico tour de force interpretativo. 

'Oxígeno' además de ser un estupendo thriller de supervivencia, tienen también un trasfondo poético-apocalíptico: la imposibilidad de volver a respirar, aunque se sienta la necesidad, en un mundo en el que el aire se ha vuelto nocivo.