Estrenos de cine

Crítica de 'Campanadas a muerto': Caín y Abel en el caserío

El 'thriller' rural de Imanol Rayo sumerge al espectador en los secretos y las rencillas de un linaje maldito

Estrenos de la semana. Tráiler de 'Campanadas a muerto'

Estrenos de la semana. Tráiler de 'Campanadas a muerto'. /

Beatriz Martínez

Beatriz Martínez

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Si en su ópera prima 'Dos hermanos' Imanol Rayo adaptó a Bernardo Atxaga para abordar las relaciones familiares, en su segunda película, 'Campanadas a muerto' se adentra en el territorio del 'thriller' rural con atmósfera lúgubre y mortuoria a partir de una novela de Miren Gorrotxategi.

Casi como si se tratara de una pieza gótica con ecos de fábula bíblica a lo Caín y Abel nos sumergimos en los secretos y las rencillas que han ido perpetuando en el tiempo dos hermanos y la herencia maldita que han trasmitido a los gemelos de uno de ellos y a su esposa. Todo un linaje maldito en el que parece palpitar la pulsión de muerte.

La película se articula alrededor de varias líneas temporales a través de las que iremos desentrañando poco a poco la tupida madeja de venganza, odios y pasiones que dominan a los personajes que parecen marcados por el pathos, por el destino cruel.

Imanol Rayo ofrece una obra poderosa, utiliza una puesta en escena de lo más rigurosa y un planteamiento estético en el que dominan los primeros planos, el estatismo de la cámara y el fuera de campo. En ocasiones su estilo se torna demasiado pretencioso y solemne (la música enfática resulta un escollo), pero al menos demuestra una firme voluntad para explorar territorios repletos de sugerencia telúrica, algo parecido a lo que hacía Julio Medem en 'Vacas', pero en versión sobria y sin surrealismo.