Fallece el director teatral Josep Anton Codina

El director de teatro, gestor y pedagogo Josep Anton Codina (Barcelona, 1932) ha fallecido este sábado a los 88 años, según ha informado el Ayuntamiento de Tarragona en un comunicado. A lo largo de su trayectoria profesional, Codina fue uno de los fundadores y director de la Escola Municipal d'Art Dramàtic José Yxart de Tarragona y estuvo implicado en la organización y programación del Festival de Teatro de Tarragona, de 1971 a 1983 , y del Festival Grec entre 1984 y 1985. Fue el primero en traer a Catalunya la aclamados artistas como la compañía Living Theatre o a Vittorio Gassman en 1968. En 1988 entró como profesor en el Institut del teatre.

En 2018, el Consell Nacional de la Cultura y las Arts (Conca) de la Generalitat le otorgó el Premi Nacional de Cultura como reconocimiento de su carrera.

Empezó su carrera en el teatro independiente en la década de los 60 del siglo pasado. "Lo que te movía no era solo hacer buen teatro sino las ansias de libertad y de recuperar los derechos del hombre", solía explicar este veterano del mundo de las artes escénicas que dirigió tanto cabaret literario como obras de Aristófanes como de Molière, Shakespeare y García Lorca.

Ayudante de Salvat y Capmany

Estudió en la Escola d'Art Dramàtic Adrià Gual y formó parte de la Agrupació Teatral de Barcelona. En sus inicios trabajó como ayudante de dirección de Ricard Salvat en obras como 'Antígona' y 'Gent de Sinera', dede Salvador Espriu, y también trabajó como ayudante de dirección de Maria Aurèlia Capmany y Josep Maria de Segarra. Después amplió estudios en Italia y al regresar empezó a hacer sus propios montajes. Trabajó con diversas compañías, entre ellas La Roda a quien dirigió en 'Egmont', de Goethe en el Teatre Poliorama. También colaboró en proyectos de otras compañías como Alpha-63, de Hospitalet, el Teatre Exprimental Català (TEC) o la Escola de Teatre de l’Orfeó de Sants.

En una de sus últimas entrevistas, en la revista Entre Acte en el 2018, Codina reconocía: "Yo diría que el teatro, y es una lástima, no ha cambiado suficientemente. Todavía es demasiado aburrido. Para concluir, la solución pasa por recuperar el teatro de denuncia".