Entrevista

Clara Peya: “Hay que hablar de las cosas que no se hablan”

La pianista publica ‘Perifèria’, un álbum que apunta a las emociones escondidas o no homologadas y que presenta este jueves en la sala Barts

La pianista y compositora Clara Peya.

La pianista y compositora Clara Peya. / Sílvia Poch

Jordi Bianciotto

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En ‘Perifèria’, que sale a la vente este viernes, Clara Peya afronta la misión de transformar en música sus percepciones sobre las formas de vida no canónicas, las emotividades contenidas y la vulnerabilidad que causa la diferencia. Zonas de sombra inspiradoras de once canciones en catalán y castellano que la pianista presenta este jueves en Barts, dentro del Guitar BCN (entradas agotadas).

¿Un disco sobre maneras no normativas de estar en el mundo?

Todas podemos sentirnos identificadas con el concepto del disco, desde las personas invisibilizadas y sin altavoz a las que viven en periferias emocionales. La sociedad no nos ayuda a mostrar esa parte emocional, que no compartimos porque nos cuesta aceptarla. Con la pandemia, la salud mental me tiene preocupada: soledad, depresión, miedo, obsesión… Debemos ser capaces de hablar de las cosas que no se hablan, de todas estas periferias.

Las canciones tienen un origen pre-pandémico. ¿Alguna excepción?

Hay dos que hice durante el confinamiento. Una es ‘Ni el mar’, reflejo de estar sin tu gente, sin los abrazos, aunque estés en un sitio idílico, como era mi caso, que estaba en la montaña, cuidando de los huertos, haciendo excursiones, comiendo bien y practicando deporte. La otra es ‘Ha mort l’amor’ y la hice cuando sentí que la gente estaba muy desanimada, como si el miedo hubiera arrasado al amor.

En ’Mujer frontera’ cuenta con Ana Tijoux y la actriz Alba Flores (hija de Antonio Flores). ¿En qué se inspira?

Tengo la sensación de que la fortaleza de las mujeres es mayor que la de los hombres, en el sentido de aguantar, sostener, mantener… Somos pilares invisibles: las cuidadoras, las que limpian… Pensé mucho en esas mujeres que no tienen ni tiempo para pensar, que están remando todo el día. Esta canción es una colaboración con Jornaleras de Huelva en Lucha. Se puede comprar en el ‘bandcamp’ de Vida Records y los beneficios van al colectivo.

Suele trabajar con cantantes femeninas, pero en este álbum la voz protagonista es la de Enric Verdaguer.

Yo venía de Magalí (Sare), una chica con una fuerza extrema, y Enric es un chico con una sensibilidad enorme, y me gusta ese contraste. Cuando canta en catalán, no sé por qué, no me lleva a Catalunya. Es como si viniese alguien con un bagaje musical que no es de aquí a cantarme en catalán, o en castellano, y me gusta esa mezcla.

Ha utilizado un piano de pared, menos vistoso que el de cola, y encima, con sordina.

En el disco hablamos de gente excluida, que no dispone de un altavoz, y de las cosas que no decimos, y el piano de pared con sordina es el más íntimo. Ese pedal se creó para que la gente pudiera estudiar piano sin molestar a los vecinos. Representa otra manera de tocar: más sónica, ambiental, conceptual, menos concreta.

Es inhabitual una figura como la suya, artista más o menos pop que es instrumentista y se vale de otras voces.

Ya me habría gustado saber cantar, pero si hay gente que lo hace mucho mejor que yo, pues esto ya sirve de plataforma para que otros cantantes puedan expresarse y darse a conocer.

En sus discos ha contado con Judit Neddermann, Alessio Arena, Sílvia Pérez Cruz, Elena Gadel, Nina, Névoa, Gemma Abrié, Bikimel…

Mis canciones, cantadas por mí, no funcionan, y en sus voces cobran vida. Los cantantes suelen decirme que mis temas son difíciles de cantar, pero yo, como no soy cantante, no entiendo de eso.

Antes de la pandemia se fue a vivir a una casa en el monte, pero eso no significa que haya reducido su actividad.

Estoy cerca de Montserrat, no muy lejos de Barcelona, pero se nota la diferencia. Y he constatado que se puede hacer el mismo trabajo sin ir todo el día acelerado, y no buscar la inspiración desde la obsesión, sino desde la tranquilidad.

De lo que está pasando estos días en las calles de Barcelona, ¿puede salir una obra enfadada, o todo lo contrario?

Espero que sea todo lo contrario. Soy una persona que siempre está enfadada e incómoda con el mundo, y creo que se nota, pero en los discos intento poner mucho amor, porque es lo único que me queda, y me conecta con la vida.