CRÍTICA DE CINE

'El juicio de los 7 de Chicago': el pasado en presente

El caso de 'los 7 de Chicago': una exhibición de abuso institucional

El filme de Aaron Sorkin, tan convulso como fluido, viaja a la agitada Norteamérica presidida por Nixon pero conecta con la actual arruinada por Trump

Estrenos de la semana. Tráiler de 'El juicio de los 7 de Chicago'

Estrenos de la semana. Tráiler de 'El juicio de los 7 de Chicago'. / periodico

Quim Casas

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Aaron Sorkin decía hace unos pocos días, en una charla 'online' celebrada en el festival de San Sebastián, que aún se siente un intruso en el mundo del cine. Él prefiere considerarse un dramaturgo, aunque fue la televisión, con 'El ala oeste de la Casa Blanca', la que le dio a conocer.

Desde entonces, todo lo que hace -dramas teatrales, series, guiones o realizaciones cinematográficas- es eminentemente político. La recreación del juicio a los conocidos como 'Los 7 de Chicago' no es más que la punta de lanza de un discurso político que podemos rastrear en su guion de 'La red social' en la realización de 'Molly's game' o en la serie 'The newsroom'. 

En todo caso, por el tema tratado, cierto, 'El juicio de los 7 de Chicago' es la pieza más política de su filmografía hasta el momento, sin olvidar que ya hurgó no solo en los entresijos de la Casa Blanca durante un mandato demócrata, sino que también buceó entre las conspiraciones de la ultraderecha estadounidense con el guion de 'La guerra de Charlie Wilson'.

No deja de ser curioso que en estos años de evocación constante del Nuevo Hollywood y los movimientos culturales de finales de los 60 en Estados Unidos, Sorkin eche la vista atrás hasta 1969, el año de 'Easy rider', Woodstock y el asesinato de Sharon Tate; la época, mes más, mes menos, de Vietnam, los asesinatos de Martin Luther King y Robert Kennedy o la violenta Convención Nacional Demócrata. Aquellos años reverberan permanentemente entre los liberales estadounidenses de hoy.

Porque 'El juicio de los 7 de Chicago' cita aquel tiempo para hablar igualmente del presente, de la Norteamérica agitada presidida por Nixon y de la actual arruinada por Trump. Precisamente el caso reconstruido por Sorkin surge de la mencionada Convención del Partido Demócrata en Chicago. Siete -inicialmente ocho- individuos fueron acusados de conspiración e incitación a la violencia durante su celebración, siendo juzgados en septiembre de 1969. Sorkin viaja visual, política y emocionalmente con esta historia a los tiempos de la contracultura y las libertades civiles. Su discurso es bastante claro, aunque él se considere un escritor en permanente bloqueo. Le gusta hablar de personajes contradictorios como Abbie Hoffman (Sacha Baron Cohen), después detenido por tráfico de cocaína, y Tom Hayden (Eddie Redmayne), futuro esposo de Jane Fonda y paladín de la izquierda. Son dos de los siete de Chicago en una película tan convulsa como fluida que se acoge consecuentemente a cierta estética del cine liberal de Hollywood en los 70, aunque con más fuste ideológico que algunos títulos de Alan J. Pakula y Sydney Pollack.