FESTIVAL DE MÁLAGA

'L'ofrena', historia de una obsesión

El productor y documentalista Ventura Durall se inspira en el asesino de la ballesta para crear una ficción sobre las relaciones tóxicas, la culpa y el perdón

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Beatriz Martínez

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El productor y documentalista Ventura Durall regresa a la ficción doce años después de su ópera prima 'Las dos vidas de Andrés Ramadán', basada el caso del asesino de la ballesta. Comenzó a escribir el guion de 'L'ofrena' hace cinco años con la idea de exorcizar demonios interiores. Quería hablar sobre el perdón, la culpa y reflexionar sobre cómo nuestros actos pueden destruir la vida de las personas para siempre. A partir de esas ideas, montó un mecanismo de ficción alrededor de tres personajes: Jan (Alex Brendemühl), Violeta (Anna Alarcón) y Rita (Verónica Echegui). Los tres están marcados por la tragedia, rotos por dentro, y se enroscan en sus propias miserias, no saben cómo salir de ahí, generándose una nociva espiral de deseo, rencor y celos. "Son muy oscuros y de forma torpe intentan escapar de esta soledad en la que se encuentran sumergidos, buscando redimirse desesperadamente, aunque ni siquiera sepan cómo", cuenta Ventura Durall unos días antes de presentar la película en la sección Zonazine en la 23 edición del Festival de Málaga.

'L'ofrena' cuenta la historia de una obsesión, la de Jan por Violeta treinta años después de haberla dejado abandonada tras vivir un apasionado romance de juventud (que veremos a través de flashback). Durante todo este tiempo ha estado condicionado por el peso de los remordimientos y por el camino ha encontrado a otra mujer herida, Rita, que intentará ayudarlo a salir de ese pozo sin fondo que es la culpa. "Es una película muy metamórfica que va mutando a medida que vamos desvelando las capas de misterio que tiene en su interior. Al principio comienza como un triángulo amoroso, luego tiene una estructura odiséica a modo de regreso de Ulises, pero también juega al 'thriller' psicológico para terminar convirtiéndose en un viaje espiritual y trascendente", continúa Durall.

"Sexo muy áspero, muy incomodo"

El director plantea 'L'ofrena' desde el punto de vista de las dos mujeres, que se presentan de forma antitética: Rita utiliza el sexo como forma de expresión, mientras que Violeta es incapaz de sentir, tiene una relación frígida con su propio cuerpo porque está vacía por dentro. "Es una película muy sensorial y también muy sexual, es verdad, pero el sexo es muy áspero, muy incómodo", continúa Durall.

En el vértice del triángulo, encontramos a Jan, que ejerce de supranarrador, encarnado por Alex Brendemühl, con el que el director vuelve a trabajar después de 'Las dos vidas de Andrés Ramadán'. "Alex me aporta muchas cosas no solo como actor, con ese punto inquietante y profundo. Me ayudó a la hora de escoger al resto de los intérpretes y sirvió como nexo en común entre todos ellos. Formamos una familia y eso contribuyó a que al llegar al rodaje todos fueran más libres a la hora de abordar sus personajes, porque había vínculos muy fuertes entre ellos".

'L' ofrena' es un drama de intensidad 'in crescendo' que habla de las relaciones tóxicas, del vacío existencial y del dolor que va traspasándose como una maldición. "También habla de la incapacidad que tenemos los seres humanos para pedir perdón, para comunicarse entre sí".