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La Filmoteca programa los últimos títulos del ciclo de lo mejor del año

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Eduardo de Vicente

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La Filmoteca de Catalunya sigue adelante recuperando su ciclo, uno de los que más éxito tienen entre sus fieles por lo que ofrecen tres sesiones de cada una, de las mejores películas del año pasado, aplazado tras los últimos cierres y ¡atención! porque los títulos que programan para estas próximas semanas son de los más apetecibles. Algunas de ellas, probablemente ya las hayamos visto, pero son de aquellas que siempre apetece revisar y seguro que encontraremos detalles que no habíamos descubierto en un primer visionado.

El Hollywood de Tarantino

Para empezar hoy tenemos una cita con un clásico contemporáneo, Quentin Tarantino, de quien podemos ver Érase una vez en Hollywood (hoy, el sábado 22 y el miércoles 26) con Leonardo DiCaprio, Brad Pitt y Margot Robbie. Ambientada en 1969, sigue los pasos de un actor televisivo de cierta fama que va a todas partes con su doble para las escenas de acción, que también es su mejor amigo, su chófer y quien le soluciona todo tipo de problemas. Atraviesa un mal momento profesional, está encasillado en personajes de villano y se obligado a rodar spaghetti-westerns. Paralelamente descubre que en la mansión vecina se acaban de instalar el director de moda, Roman Polanski, y su esposa, la actriz Sharon Tate. Pero por la zona circulan también unos extraños hippies que han formado una misteriosa comunidad.

Es especialmente brillante por su recreación de la época, reconstrucción de escenarios, vestuario y peinados, así como resulta entrañable recuperar imágenes hoy ya desaparecidas (o casi) como los autocines, los magnetófonos, las marquesinas de los cines y los fotogramas de las películas, los coches antiguos, las cámaras de fotos con flash o los vinilos. Otro de los grandes alicientes del filme son los fragmentos de películas o series antiguas en los que se ha incrustado digitalmente a los actores actuales y su larga lista de secundarios famosos con papeles breves que contribuyen al espectáculo: Al Pacino, Kurt Russell, Bruce Dern o Michael Madsen. Tiene momentos muy divertidos y escenas ingeniosas aunque su duración es excesiva (dos horas y tres cuartos) y a mitad de metraje puede hacerse algo larga y la habitual ración de sangre habitual en el cine de Tarantino es aquí muy escasa y se concentra en el tramo final.

Mujeres en el siglo XVIII

Radicalmente distinta es Retrato de una mujer en llamas (miércoles 18, viernes 21 y miércoles 26), un drama de época de la francesa Céline Sciamma (Tomboy, Girlhood) protagonizado por Noémi Merlant (La profesora de historia), Adèle Haenel (La chica desconocida, Les combattants) y Valeria Golino (Rain man, La casa de verano). Nos traslada hasta el siglo XVIII, cuando una joven pintora es contratada para hacer un retrato de una chica que su madre enviará a un posible pretendiente para que se case con ella. Pero la muchacha, que acaba de salir de un convento para sustituir a su hermana que se suicidó, no accede a que la pinten por lo que deberá hacerse pasar por su dama de compañía y hacer el cuadro de memoria a escondidas. Pese a todo, entre ellas nacerá una sólida relación.

Como en sus anteriores filmes, la directora pretende denunciar la falta de libertades de las mujeres que debían casarse por conveniencia renunciando a sus sentimientos. Igualmente habla de las dificultades femeninas para triunfar en el mundo de la pintura. Es un filme íntimo, algo lento y muy detallista, que muestra paisajes espectaculares y se basa en la química entre las dos actrices. Obtuvo el premio al mejor guion en el último festival de Cannes y es una especie de juego de espejos, ya que Haenel es la pareja de la directora en la vida real, que es quien la retrata en este filme.

La película del año

Pero la película del año no hay ni la menor duda de que ha sido la surcoreana Parásitos (miércoles 19, martes 25 y viernes 28), de Bong Joon Ho (Memories of a murder, Snowpiercerganadora de la Palma de Oro de Cannes y sorprendente vencedora de los Oscar. Habla de un matrimonio que está sin trabajo y vive con sus dos hijos en unos míseros bajos desde los que ven la calle. Subsisten gracias a pequeños robos y empleos clandestinos. Todo cambia cuando el chico consigue casualmente un empleo como profesor de inglés de la hija de una familia rica y hace todo lo posible por colocar a su familia. Pero un hecho inesperado amenaza su nueva y privilegiada situación.

Es un inteligente y muy bien tejido filme que radiografía las clases sociales con ironía y astucia y que tiene dos partes claramente diferenciadas. Durante la primera es una comedia dramática sobre la manipulación de las personas, mientras que en la segunda se produce un giro y se convierte en un filme de intriga y casi de terror. Es inquietante pero tiene momentos extraños casi de comedia, visualmente es muy curiosa y el tramo final, muy metafórico, es muy sorprendente y violento. Los protagonistas son una familia de farsantes muy listos que saben representar muy bien sus respectivos papeles, tramar para conseguir sus fines y jugar con la voluntad de los amos. Otro acierto del filme es presentar a los señores de la casa no como una pareja tiránica sino como unas buenas personas a las que resulta sencillo tomar el pelo. Una obra maestra que ha ido labrándose el prestigio poco a poco en todo el mundo.

Un ‘remake’ amado y odiado

Más polémica fue la Suspiria (martes 25 y jueves 27) de Luca Guadagnino, un controvertido remake ahora protagonizado por un espléndido reparto femenino con Dakota Johnson, Tilda Swinton, Chloé Grace Moretz y Jessica Harper, entre otras. La protagonista es una joven norteamericana que ingresa en una escuela de danza en Berlín para perfeccionar su técnica. El mismo día de su llegada, una alumna que había sido expulsada del centro es asesinada y descubre que no se trata de un caso aislado. Terror gótico pasado por el tamiz del cine de autor del director de Call me by your name. Amada y odiada a partes iguales por su grandilocuencia y ambición. Un título sobre el que podemos discutir con nuestros amigos durante horas.

La antipelícula de supervillanos

Y, para acabar, la sorpresa del año, Joker (jueves 27, viernes 28 y domingo 30). Todd Phillips (realizador de las tres entregas de Resacón en Las Vegas) se sacó de la manga una inesperada lectura de las películas de los superhéroes (o, en este caso, un supervillano) con una brutal interpretación de Oscar de Joaquin Phoenix, que se convertía en una especie de Taxi Driver Es un hombre con trastornos mentales que trabaja exhibiendo anuncios disfrazado de payaso, cuida de su madre enferma y sueña convertirse en monologuista. Confunde la ficción con la realidad y vive oprimido por una sociedad agresiva que le lleva a tomar decisiones violentas.

No es la típica película de DC Comics. Prácticamente no tiene escenas de acción ni efectos especiales, ni sale Batman. Es más bien un drama de autor algo alargado y más lento de lo esperado sobre los orígenes del personaje. La ambientación, ya desde los títulos de crédito, muy vintage y con música de ragtime, pretende recordar a los filmes de finales de los 70 y parece que transcurra en esa época. Los delitos de Joker tienen como objetivo a los ricos y desafiar a la autoridad, por lo que la gente se identifica con él y luce una máscara mostrando su adhesión, al estilo de V de Vendetta o La casa de papel. Su risa característica se justifica como parte de su enfermedad, son unas carcajadas nerviosas que no quieren decir que se ría de algo y que provocan incomodidad a su alrededor. Un arriesgado intento de dar un giro al cine de supervillanos, más dramática que de aventuras, más realista que fantástica y un estupendo colofón a un ciclo que siempre da gusto ver.