ESPACIOS ABIERTOS EN VERANO

Porta Ferrada atrae los focos

El festival de Sant Feliu de Guíxols, reconfigurado con imaginación y atención a los protocolos sanitarios, acoge este mes conciertos de artistas como Albert Pla, Amaral y Jethro Tull

La  nueva ubicación del escenario del festival de Porta Ferrada.

La nueva ubicación del escenario del festival de Porta Ferrada. / PERE CARRERAS

Jordi Bianciotto

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El de Porta Ferrada fue uno de los primerísimos festivales en anunciar que este verano, pese a todo, se las ingeniaría para mantener viva la música en directo. Y así ha sido. No ha habido suficiente con una pandemia planetaria para tumbar esta muestra decana en Catalunya, nacida en 1957, la única, entre las clásicas del Empordà, que este año sigue en pie, con una veintena de conciertos ajustados a la ‘nueva normalidad’: el escenario principal, el Guíxols Arena, con aforo para 8.000 asistentes, se ha adecuado para 800, distanciados y sujetos a medidas, desliza la organización, más minuciosas incluso que las que exige el Procicat.

Cultura segura, pues, en la cita de Sant Feliu de Guíxols, que comenzó a andar este domingo con Pablo López y que ofrece esta semana al grupo oficioso del confinamiento, Stay Homas (miércoles), así como a Albert Pla con su montaje de choque ‘Miedo’ (jueves), el doblete de Los Secretos y Coque Malla (viernes), Nil Moliner (sábado) y el dúo Arnau Griso (domingo). “Ha sido el año más difícil, sí, pero muy pronto vimos que valía la pena hacer el esfuerzo”, recapitula el entusiasta Albert Mallol, director artístico del festival desde hace más de tres décadas. La muestra es propiedad del ayuntamiento y la gestiona, vía concurso público, la promotora The Project. Los artistas se han tenido que adecuar a otras claves económicas: Amaral ha sustituido el bolo eléctrico por dos pases acústicos ‘mini’, el 15 y 16 de agosto. Y se espera, también en condiciones de excepción, a un tótem internacional del rock, Jethro Tull, para el día 12, que ofrecerá aquí su único concierto de este mes.

Muestra con espíritu

Porta Ferrada tiene experiencia en altas figuras, que suelen contagiarse de la serenidad del lugar en tiempo estival. Como Patti Smith, que en el 2010 pasó una semana en Sant Feliu, inauguró una exposición de fotos en la Fundació Thyssen y se escapó a Lloret para visitar a la viuda de su admirado Roberto Bolaño. O Kris Kristofferson, anti-estrella total, firmando autógrafos en sombreros de cowboy y durmiendo en una ‘roulotte’ con la que esquivaba los hoteles de lujo.

Bryan Ferry pidió ir a comer adonde iban los operarios de la organización y repostó en El Corsari, indispensable terraza en la que Diego el Cigala o Ainhoa Arteta han alargado las madrugadas cantando coplas y habaneras. Lou Reed relajó por una vez su rostro de granito y abrazó hondamente a Mallol al término de su visita con su esposa, Laurie Anderson. Y Noa regaló un concierto extra cuando la lluvia reventó los planes: las 700 personas se reubicaron en dos pases bajo cubierto, en el pequeño Teatre-Auditori. “Le propusimos esa solución por la tarde; se fue a pensarlo a la playa, volvió y dijo ‘it’s OK’. Solo pidió que pagáramos un poco más a los músicos, una tarifa de club, por el segundo concierto, nada más”, recuerda el director de Porta Ferrada.

Bendita playa motivadora, la de Sant Feliu, con propiedades para estimular la generosidad y la bonhomía. Este año, con más razones que nunca en un festival que no quiere dejar cabos sueltos: recitales en atención al ‘año Beethoven’ y al cincuentenario de la muerte de Robert Gerhard, propuestas más informales en el ‘village’ y, última hora, un homenaje a Pau Donés (a cuya memoria está dedicada esta edición) para el día 17, con los miembros de su banda, y otro a The Clash, el 20, con motivo del 40º aniversario de ‘London calling’. Música que continúa, valiéndose de la inventiva y la determinación, aun con tantas cosas en contra.

Suscríbete para seguir leyendo