EXPOSICIÓN EN FRANCIA

El universo despiadado de Joan Cornellà reconquista París

"Su humor negro en tecnicolor es como una caja de bombones que estalla al abrirla", dice el director de la galería que ofrece una exposición del dibujante barcelonés en la capital francesa

jmdiaz54219751 icult exposicion  artista dibujante joan cornell  en par s  200729131956

jmdiaz54219751 icult exposicion artista dibujante joan cornell en par s 200729131956 / periodico

Eva Cantón

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

“Los humanos son un virus”. Aunque su autor podría firmarlo en cualquier momento, el mensaje encaja bien en estos tiempos raros de pandemia y, además de recordar al visitante el protocolo sanitario, da una primera pista de lo que uno se va a encontrar en Arts Factory, la pequeña galería parisina a la que Joan Cornellà (Barcelona, 1981) vuelve con su disparatado y despiadado universo.

Ni el trazo claro, ni los colores amables amortiguan el impacto visual provocado por las situaciones surrealistas en las que el dibujante catalán coloca a unos personajes que sonríen con aire naif, como si la crueldad que hay detrás de un envoltorio inocente no fuera con ellos. La muestra ‘Paris solo show’ presenta hasta el próximo 29 de agosto una selección de obras recientes –pinturas, litografías y serigrafías- donde se pisotean sin contemplaciones los límites de lo políticamente correcto.

Las viñetas, algunas de gran tamaño, son una especie de chispazo que reflejan un mundo absurdo y grotesco, como la escena en la que un hombre se hace un selfie con un palo al final del cual en lugar de un teléfono móvil hay un revólver. Una metáfora macabra de las obsesiones contemporáneas.

Por las ilustraciones desfilan temas como el suicidio, el infanticidio, el racismo, la pobreza, las minusvalías y todo tipo de tullidos que interrogan sobre la desigualdad y la banalidad de la violencia. “Su humor negro en tecnicolor es como una caja de bombones que te estalla en la cara cuando la abres”, comenta a este diario Laurent Zorzin, cofundador de la galería junto a Effi Mild.

Es divertido porque es feroz y cínico y eso es eficaz. Además, al no tener texto, todo el mundo lo entiende”, agrega. El público, visiblemente joven, le da la razón porque de las salas se desprende cada poco una leve carcajada.

Premio Joseph Coll

Autor de cómics e ilustrador, Cornellà, esquivo para las entrevistas -no ha concedido ninguna con motivo de la exposición-, colaboró regularmente con la revista ‘El Jueves’ y diferentes diarios, entre ellos EL PERIÓDICO, antes de publicar en el 2009 su primer álbum, ‘Abulio’ (Glénat) galardonado con el premio Joseph Coll. En 2012 apareció ‘Fracasar mejor’, una compilación de viñetas en blanco y negro que prefigura la salida un año después de ‘Mox Nox’ (Bang Ediciones).

El éxito le llega al alejarse del barroquismo de sus inicios y encontrar su estilo en las historietas mudas que cuelga en Facebook y otras redes sociales, donde el artista se ha convertido en un fenómeno viral y tiene la friolera de 7 millones de seguidores.

Eso no le impide, paradójicamente, criticar duramente el narcisismo de nuestra sociedad digital. “La vanidad de las redes sociales le divierte mucho”, prosigue Zorzin.

A partir del 2015, Cornellà se convierte en su propio editor, de manera que solo el magnate de Facebook podría censurarle. ‘Zonzo’ y ‘Sot’ se difunden vía Fail Better Press, una estructura independiente creada en el contexto de la invasión tentacular de las redes sociales y en el 2019 reúne en ‘Everyone Dies Alone’ muchos dibujos inéditos creados para sus exposiciones.

25.000 visitantes

Como en el 2017, cuando en dos meses visitaron la exposición que hizo en París unas 25.000 personas, la gente sigue haciendo cola (ahora más porque el coronavirus obliga a limitar el aforo) para entrar en la galería. 

Sus historietas triunfan en Seúl y Hong Kong igual que en Nueva York o Londres y su éxito se traduce en una obra que cotiza al alza. Se necesitan 800 euros para hacerse con una edición limitada firmada por el autor y entre 8.000 y 16.000 para tener una obra original.

El célebre humorista francés Pierre de Desproges decía que uno se podía reír de todo, pero no de todos. Cornellà rompe ese límite. “Tiene una mirada muy dura sobre sus contemporáneos. Todo el mundo recibe hostias”, concluye el responsable de la galería.