Opinión | PERIFÉRICOS Y CONSUMIBLES

Javier García Rodríguez

Escritor y profesor de Literatura Comparada en la Universidad de Oviedo

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Barthes y trece (o más)

Desde Barthes, más o menos, el autor parece muerto, pero quizá solo está de parranda como el muerto vivo de Peret

El escritor Philip Roth, durante una entrevista en el 2012.

El escritor Philip Roth, durante una entrevista en el 2012. / periodico

En 2012 Philip Roth leyó en la Wikipedia la entrada relativa a su novela 'La mancha humana'. Al comprobar que prácticamente todos los datos allí recogidos eran errores, chismes o directamente mentiras, exigió a través de sus representantes que se corrigieran todas las informaciones falsas. La respuesta del Wikipedia Administrator fue que el propio Roth no era una fuente del todo fiable. Más o menos: "Acepto su punto de partida de que el autor es la máxima autoridad sobre su propia obra, pero necesitamos fuentes secundarias". ¡Zasca en toda la boca! Este 'administréitor', como un ciborg sentimental, le soltó un "¡Sayonara, baby!" o un castizo "Que si quieres a Roth, Catalina". Solo le faltó aquello de Umberto Eco de que el autor "debería morirse después de haber escrito su obra. Para allanarle el camino al texto". Desde Barthes, más o menos, el autor parece muerto, pero quizá solo está de parranda como el muerto vivo de Peret. Y ya hemos pisado las arenas movedizas del texto (o no) de Foucault: "¿Qué es un autor?"

Desde Barthes, más o menos, el autor parece muerto, pero quizá solo está de parranda como el muerto vivo de Peret

El autor está y no está en Cervantes y en Avellaneda. En Borges, Fernández Mallo y Pierre Menard. En las 'Imposturas' de Banville. En la novela de David Lodge 'El autor, el autor', en autoficciones más o menos celebratorias, en diarios anodinos, en 'El móvil' de Cercas que el cineasta Martín Cuenca convirtió en la peli 'El autor'. En las novelas de Gilbert Adair y John Colapinto. Al autor lo aclaman en el teatro para que salude desde el escenario. Le hacen canciones como "Que salga el autor", de Chico Novarro (AKA Bernardo Mitnik). De ser autor sabe mucho Salinger. De ser autora sabe mucho Elena Ferrante. Y también Casas Ros, que es y no es un enigma. De ser autor de(con)struido sabe Woody Allen. De ser autora con espacio propio sabía Virginia Woolf a todas horas. Y Emily Dickinson.

Estudiosas de prestigio como Meri Torras y Cristina Gutiérrez Valencia han escrito páginas muy inteligentes sobre el autor y la autora, sobre la autoría y la autoridad. Su ser y no ser. Su estar. Su intención. Es una cuestión de identidad, presencia, voz, espacio. Y también de pasta. "Su autor, ya lo sabes; el precio del libro, no le ignoras", le dice Quevedo al lector en los preliminares del 'Buscón'. Así que, busque, compare, y si encuentra algo mejor, cómprelo. Es el huevo de Colón.

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