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Joan Vázquez recupera su homenaje a Stephen Sondheim, 'Something's coming'

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Eduardo de Vicente

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Stephen Sondheim es uno de los mejores y más prestigiosos compositores de teatro musical pero también de los más complejos, sus melodías no son previsibles, contienen numerosos giros, no acostumbran a tener estribillo y sus temas suelen ser un reto para cualquier intérprete. Quizás por todo ello es el autor favorito de Joan Vázquez (Paquito forever, Ciutat de gespa, <em>20 anys no son ná</em>) y con el que más se identifica. Para homenajearlo creó el espectáculo Something’s coming, que le llevó a actuar en Londres y Nueva York, y ahora recupera en el Maldà (¡solo hasta el 12 de enero!) para celebrar que en este 2020 cumplirá 90 años. Cualquier excusa es buena para volver a disfrutar de sus canciones.

El montaje transcurre en un escenario casi desnudo únicamente ocupado por el piano, con su correspondiente cuaderno de partituras, un micro y un montón de bombillas con diferentes formas estratégicamente repartidas que provocarán envolventes juegos luminosos. Vázquez aparece con su indumentaria habitual (no pueden faltar sus inseparables tirantes) y empieza combinando With so little to be sure (de Anyone can whistle) con el popular Something’s coming (de West Side Story, el musical de Leonard Bernstein en el que Sondheim tan solo se ocupó de la letra).

De 'Sweeney Todd' a 'Follies'

El hombre del piano (algo tiene Vázquez que parece evocar al protagonista de la canción de Billy Joel) reconoce que es su compositor favorito y nos avanza que, durante el espectáculo irá desgranando la personalidad de Sondheim y los puntos en común que cree que tiene con él con un “match” como si estuviera en Tinder. Sweeney Todd es su próximo destino con dos de sus temas más delicados y menos macabros (Johanna Pretty women) mientras recuerda que el propio autor aseguró que la versión que hizo en Barcelona Mario Gas fue la mejor que se representó en todo el mundo y quienes tuvimos el placer de verla asentimos con orgullo.

Broadway baby y la enérgica Could I leave you (de Follies) le sirven para explicar la satisfacción de Sondheim cuando descubrió que podría vivir de su sueño, escribir musicales, pese a que algunos de ellos fueron sonados fracasos ya que sus canciones eran difíciles, algo extravagantes, poco convencionales, pero estaba renovando el género hablando de gente neurótica con sus traumas y problemas.

Las tensiones y los fracasos

Company recibió muchas críticas al ser considerada una obra contra el matrimonio y lo escenifica cantando Marry me a little. Follies vuelve a ser protagonista con Too many mornings y la intensa Losing my mind con pausas dramáticas que arrancan la primera gran ovación de la noche. Vázquez también habla de las tensiones que le acompañaron en los estrenos de sus musicales, con los cambios de canciones durante las previas, sus nervios para entregar su trabajo a tiempo o su colaboración con directores como Harold Prince.

Volvemos a Company con Another hundred people mientras sigue salpicando las canciones con anécdotas sabrosas de su vida y su autobiográfica Sunday in the park with George de la que solo se hicieron 25 representaciones aunque luego fue considerada una pieza de culto y de ella escoge Finishing the hat. Algo parecido le ocurrió con Merrily we roll along, en la que se detiene para hacer un medley compuesto por cuatro de sus temas.

Los temas más conocidos

Pese a la belleza y la variedad de sus musicales, Vázquez admite que descubrió a Sondheim en el lugar más inesperado, en la película Dick Tracy donde Madonna interpretaba Sooner or later (con la que el compositor obtuvo un Oscar), un tema juguetón que nos transporta a un tugurio de los años 20 entre gánsteres y humo. El cantante recuerda con emoción cuando vio a Sondheim en el vestíbulo de un teatro neoyorquino y le sorprendió su sonrisa de niño pequeño, de alguien que disfrutaba con su trabajo y nos deleita con dos de sus grandes éxitos Loving you (de Passion) y la memorable Send in the clowns (de A little night music).

Ya en la recta final interpreta No more (Into the Woods), Take me to the world (del telefilme Evening primrose donde la cantaba… ¡Anthony Perkins!) para cerrar con la apoteósica Being alive (Company), un tema que no está al alcance de cualquiera, y So many people, con la que acaba el concierto aunque puede que haya algún bis o que, durante el recital, incorpore algún tema más o algún invitado sorpresa. El público le despide con un gran aplauso y, mientras la gente baja las escaleras del Maldà, es curioso comprobar como muchos de ellos siguen tarareando la canción que más les ha gustado, señal inequívoca de lo que han disfrutado. Gracias a Joan Vázquez podemos recordar una vez más que Sondheim’s coming.