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Joan Vázquez recupera a un entrañable artista olvidado en 'Paquito forever'

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Eduardo de Vicente

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Paco Alonso fue un artista polifacético: bailaor, cantaor, actor y transformista de origen andaluz que tuvo una vida apasionante de Barcelona a Nueva York pasando por Las Vegas y regresando a nuestra ciudad. Su periplo artístico y vital ha sido recogido en un espectáculo en forma de monólogo con canciones que descubre a este entrañable personaje. Uno de nuestros grandes cantantes de musicales, Joan Vázquez, se ha puesto la bata de cola para convertirse en él durante un rato los martes por la noche bajo la dirección de Víctor Álvaro. Le acompaña al piano Gerard Alonso, autor también de gran parte de la música del espectáculo.

El montaje, Paquito forever, ha llegado finalmente (tras una temporada de éxito en el Teatre Almería) al lugar donde siempre querría haber estado, el Paral.lel, cuna de sus inicios artísticos. Y allí permanecerá hasta el 13 de noviembre, únicamente los martes. Por cierto, que acaba de ser nominado a los premios Butaca en las categorías de mejor musical y actor de musical.

De la Barcelona de los años 50 a los EEUU

La excusa argumental que se utiliza para repasar su vida es un casting en el que Joan Lluís Bozzo (en off), uno de los creadores de Dagoll Dagom, le pide que le explique sus experiencias. El actor, hablando en castellano y combinándolo con un acento catalán aflamencado, nos traslada a la Barcelona de mitad de siglo. Desde el primer momento nos damos cuenta de que es un ser optimista, alegre, vital y muy tierno que va desgranando sus vivencias: sus recuerdos junto a estrellas cómicas como Mary Santpere o vedettes como Carmen de Lirio en el Paral.lel o su romance con un teniente durante la mili, que culmina con una canción al respecto.

El siguiente capítulo se centra en su experiencia norteamericana que ilustra musicalmente con el On Broadway que George Benson popularizó en el filme Empieza el espectáculo (All that jazz), pero también interpretando el Over the rainbow de El mago de Oz. Entre Nueva York y Las Vegas se codeó con figuras como Frank Sinatra, Eddie Fisher (uno de los maridos de Elizabeth Taylor y futuro padre de la princesa Leia, Carrie Fisher) o el mismísimo Leonard Bernstein, que le reclutó para una gira con West Side Story, momento que aprovecha para cantar I feel pretty con su peculiar estilo flamenco. Cabe mencionar que también emula a Lola Flores con su desopilante versión de América (“Tos los gitanos en América, por buleríah en América”). Más allá de la innegable calidad de la Faraona, vale la pena descubrirla y echarse unas risas.

Cuenta también su regreso a la España de los 60, que define como un país gris, llora la muerte de García Lorca y asegura que en aquel momento había muchos Federicos. Se le entiende todo. Recuerda que actuó con el bailarín Antonio y con el mítico guitarrista Paco de Lucía y rememora su última etapa artística con Dagoll Dagom (él pensaba que era una compañía que siempre llenaba los teatros porque entendió que se denominaba De Gom a Gom). Flor de Nit, de Vázquez Montalbán, supuso su consagración en la ciudad que le había abierto las puertas del espectáculo y fue una oportunidad para revivir aquellos años dorados del Paral.lel en el escenario. Sus experiencias televisivas con Oh, Europa Oh, España y sus bromas con los cotilleos en el mundo del teatro dan paso al emocionante desenlace en el que rinde homenaje a su madre.

Las noches festivas del Paral.lel durante la dictadura

Es un montaje que puede entusiasmar a quienes vivieron esa época en la vertiente más triste de la dictadura pero también en su mejor remedio, las noches festivas de la avenida barcelonesa donde se imponía la picardía, el erotismo subliminal y donde la homosexualidad no estaba tan mal vista. Joan Vázquez es un maestro de ceremonias ideal para este viaje nostálgico en el que utiliza el mismo vestuario del artista al que rinde tributo, ya que las piezas que exhibe pertenecían a su guardarropa personal.

Son 80 minutos que pasan volando por el talento del protagonista y el cariño que demuestra hacia la figura de Paquito, un ser humilde y sencillo que brilló como una estrella y consiguió vivir en el extranjero con una libertad que aquí le hubiera sido imposible. Conocer su historia es conocer nuestra propia historia, o la de nuestros padres o nuestros abuelos, la que nunca debemos olvidar para evitar que sus episodios más amargos vuelvan a repetirse. ¡Paquito forever!