¿Quién es el asombroso contorsionista de 'Messi10'?

A los 23 años, el contorsionista etíope Mearg Kidu Gebreslase asegura no poseer ningún don especial. Pero cuesta creer que solo a base de esfuerzo y entrenamiento constante haya logrado convertir su cuerpo en una especie de material hipermoldeable con el que formar las figuras más inverosímiles. Dice que horas de práctica a diario y la suerte de que uno de sus videos interesara al Cirque du Soleil le han permitido colocarse entre las estrellas de 'Messi10', el espectáculo de la compañía de  Montreal inspirado en el astro argentino del Barça'Messi10', que ha sido prorrogado hasta el 4 de enero y que ya han visto más de 100.000 espectadores.

«En el circo no puedes tener miedo», explica este ser de increíble cuerpo de goma, sin un gramo extra. De pura fibra. Desde los 16 años ha ido engrasando los músculos y articulaciones para sacarles el máximo partido. Solo así logra cada noche adopta posturas imposibles en el 'show' como la que muestra en la foto. Su número, lleno de humor, retrata el problema de las lesiones en el césped, algo que él no ha sufrido apenas. «Todo lo que hago es fruto del trabajo. Caliento y prepararo el cuerpo durante cuatro horas o más antes de cada función», cuenta en la zona de entrenamiento situada cerca de la pista principal, donde ya ensayan sus compañeros.

'Messi 10': espectacular oda circense al 'crack' del Barça

De pequeño, Mearg era un niño normal que nunca se dedicó a ningún deporte. «Solo iba del colegio a casa. No hacía nada más». Conocer a un contorsionista le cambió la vida. En su casa, sin embargo, no lo veían claro. «Mi madre no quería que me matriculara en una escuela de circo». Ella, que es policía,  prefería que su hijo mayor siguiera estudiando y llegara a ser profesor algún día. Al principio no le gustaba verle bajo una carpa pero ha cambiado de opinión. «Ahora dice que soy su héroe y me pide que la llame mañana y noche», explica, feliz, tras haber conquistado uno de sus sueños: triunfar con el Cirque du Soleil, multinacional del circo de Canadá. Con ella y Messi10 espera viajar por el mundo. Doha y Argentina serán los próximos destinos antes de seguir con la gira mundial de este show.

 El contorsionismo, dice Mearg, no es solo habilidad: «Requiere una gran confianza y valentía». Es difícil imaginar que solo a base de práctica uno pueda conseguir doblar y retorcer el cuerpo como él. ¿Y ese giro de 180 grados que hace con la cabeza también se podría hacer a base de entrenar? «Bueno, eso es más difícil», admite. Él mismo alucina cuando se ve cada noche al finalizar la actuación. Todos los miembros del espectáculo deben visionar la grabación para corregir, mejorar y perfeccionar los números. «¡A veces hasta yo siento dolor solo con verme!», dice medio en serio, medio en broma.

El joven artista, que también ha actuado en otros lugares como Portaventura,  disfruta con su personaje en Messi10. «En la vida real yo también soy bastante bromista y divertido», comenta el 'crack', que sueña con tener circo propio algún día. «Primero quiero convertirme en profesor de circo cuando deje de actuar, dentro de unos 10 años», calcula Mearg, que además de contorsionista también se formó como acróbata e icario.

Confiesa que cuando empezó en el mundo del circo había noches en las que le costaba dormir debido al dolor, pero ahora lleva años sin notar molestia alguna por más que se retuerza. «Mi cuerpo está acostumbrado», afirma. Puede dislocar partes del mismo y recolocarlas sin problema. «Ahora lo único que a veces me molesta, pero solo un poco, es el cuello cuando lo giro al máximo», cuenta el artista, que podría haber heredado el superpoder de Elastigirl, la mamá con cuerpo de goma de Los increíbles, esa familia de superhéroes. Él también tiene un hermano que aspira a transformar su cuerpo a placer. «Tiene 18 años y estudia circo en Etiopía», cuenta. Quien sabe, quizá él también lleve en sus genes ese don de la flexibilidad extrema o tenga otro superpoder aún por descubrir.