EN EL ROMEA

Lolita, de Colometa a Fedra

La artista ha debutado en la tragedia griega con una moderna versión aclamada por el público y la crítica en el Festival de Mérida

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Marta Cervera

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Tras emocionar con Colometa, la frágil protagonista de esa versión íntima y en castellano de la 'Plaça del Diamant' de Mercè Rodoreda, Lolita se enfrenta a otro enorme reto: Fedra. Si el primero supuso un antes y un después en su carrera, ahora ha consolidado su singular trayectoria con esta tragedia que llega al Romea con una versión contemporánea estrenada con éxito en el Festival de Mérida. Está firmada por un sólido tándem, Paco Bezerra (dramaturgia) y Luis Luque (dirección). El reparto cuenta con actores potentes como los veteranos Tina Sáinz (Enone, ama de cría y confidente de Fedra) y Juan Fernández (Teseo, esposo de Fedra) y los más jóvenes Eneko Sagardoy (Acamante, hijo de Fedra) y Críspulo Cabezas (Hipólito, hijastro de Fedra). 

Lolita interpreta Fedra desde las entrañas, con toda la pasión de una mujer casada que ha decidido asumir la irrefrenable pasión que siente por su hijastro y declararle su amor, sin importarle las consecuencias. "Hay que tener una mente abierta para poder vivir como uno quiera, sin hacer daño ni a segundas ni a terceras personas", ha confesado Lolita en la presentación del montaje que recala en Barcelona hasta el próximo día 20. Su primera función esta noche estará dedicada a su amigo, el actor y dramaturgo Manuel Veiga, recientemente fallecido. "Cada día se me va alguien y es una putada. Moncho, mi tio, amigo y confidente se me fue hace poco y ayer, Manuel Veiga. Sé que si estuviera entre nosotros estaría en primera fila como siempre ha estado y comprando la entrada, que es de agradecer", ha destacado emocionada. 

Esta Fedra no es nada clásica. Se trata de una moderna propuesta con escenografía minimalista. El texto de Paco Bezerra se queda con la esencia del conflicto y elimina toda referencia a los Dioses. En este montaje los personajes son responsable de sus propias acciones.  "No es un clásico al uso, está lleno de poesía y de cotidianidad", señala Lolita. El lenguaje es actual. "Todo lo que se dice se entiende y llega". Para la actriz, el amor prohibido de Fedra es en realidad "algo que le podría pasar a cualquiera".

Su Fedra, asegura, sale de dentro. "¿Quién no ha estado no correspondido en el amor? ¿Quién no ha tenido esa soledad y obsesión por querer alguien y que esa persona te quiera de otra manera?". Esos sentimientos la han llevado a entender al personaje. Lo más difícil ha sido representarlos porque "esta es una Fedra contenida, aunque tiene mucha fuerza y temperamento".

Luque y Bezerra apuestan una Fedra valiente y decidida. "Hemos sacado a Fedra de las garras de la culpa para que ame a quien quiera, en el momento que quiera", dice el director. "No muestra tanto una Fedra depresiva sino una mujer que se rebela, que sale de su letargo para defender el amor y llevarlo a cabo. No es está sumisa a dios, a su esposo o al poder del estado", afirma Luque. Aunque no había trabajado nunca con Lolita, está encantado del resultado. Al director le encantaría repetir con ella porque "es un grandísimo ser humano". Más que trabajar con grandes actores o actrices, prefiere "trabajar con buenas personas porque cuando alguien tiene un corazón grande puede desarrollarlo encima de un escenario y otorgar la magia y la poesía que necesita el espectador". 

Para Lolita Fedra podría ser una mujer de hoy. Y la pasión de una mujer madura hacia un joven, tampoco es algo que le sorprenda. Para hablar de ello rescata algo que siempe le decía su madre, la inimitable Lola Flores: "La edad no es algo biológico, es la que tú sientes y llevas dentro del corazón". Y, de su propia cosecha, añade: "Al llegar a determinada edad a veces las mujeres nos convertimos en vampiros: nos gusta la sangre fresca porque nos rejuvece".

De Colometa a Fedra, menudo cambio.