CRÓNICA DE FESTIVAL

Tangerine Dream reavivan su magia en el MIRA

La última encarnación del mito alemán de los sintetizadores brilla en la muestra de artes digitales

Icult Concierto de Tangerine Dream

Icult Concierto de Tangerine Dream / periodico

Juan Manuel Freire

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Por una vez, el MIRA Festival no estaba poblado solo por estudiantes de diseño y sus hermanos mayores; también habían venido sus padres, atraídos por la presencia en el cartel del mito alemán de la electrónica progresiva Tangerine Dream. O la versión diluida que queda de aquellos. Tras la muerte de Edgar Froese en el 2015, no queda en el grupo un solo miembro de la formación original. Mantienen viva la llama Thorsten Quaeschning (en el proyecto desde el 2005), el artista de electrónica pop Ulrich Schnauss y la violinista japonesa Hoshiko Yamane.

Lo del viernes en Fabra i Coats no iba a ser, no podía ser, como ver al grupo original de los 70 tocando en una iglesia abandonada en la Selva Negra, como dice William Friedkin que los vio antes de ficharlos para la música de 'Carga maldita'. Pero empieza a sonar el tema principal de dicha película y se olvidan reparos: sonido carnoso, la misma tensión, la misma magia. Antes, el trío había ofrecido una visión de la suite 'Monolight' con la que recordó el posible carácter orgánico y vivo de la música electrónica.

Fue un concierto realmente disfrutable, aunque no fuera Tangerine Dream al 100%. La reciente 'It is time to leave when everyone is dancing' acaba sonando menos a ellos que a los (deliciosos) antiguos discos de electrónica pop planeadora de Ulrich Schnauss, en particular el revelador 'Far away trains passing by' del 2001. Para acallar quejas llegó 'Love on a real train', hipnótica obra maestra que puso música al sexo de Cruise y De Mornay en 'Risky business'.  

Futurismo tortuoso y sucio

Antes había pasado por el mismo escenario Carla Dal Forno, una Nico con fondos industriales, pospunk y dub. De su pop estoico pero emotivo pasamos a la propuesta pesadillesca de Aïsha Devi, en la que voces seráficas conviven con cuchilladas sintéticas y graves de los que masajean el esternón: ideal banda sonora para un 'anime' distópico. Coucou Chloe y The Bug abrazaron también la oscuridad futurista en sus (relativos) directos, house y electro la primera, dub y dancehall sucísimos el segundo.

Todo lo mencionado pasó en la Main Room, pero la amplia oferta del MIRA Festival, que sigue el sábado con Seefeel, Yves Tumor o Rival Consoles, incluye también los espectáculos de la 3D Sound Room (sala con sistema de sonido ultra-envolvente); las proyecciones en 360º del MIRA Dome; algunas sugerentes instalaciones artísticas, y, por primera vez, una exposición: 'THE SEARCH FOR (modern) PLEASURE', con piezas en torno a la noción de placer en la era digital.

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