EN EL TEATRE AKADÈMIA

Projecte Ingenu transforma internet en Mefistófeles

Un anuncio en la red dispara la acción en esta versión del 'Fausto' de Goethe con dramaturgia de Anna Maria Ricart

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Marta Cervera

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La tentación demoníaca llega a través de la pantalla en la nueva versión de 'Fausto''del Projecte Ingenu. La compañía que se ha propuesto hacer de cada espectáculo un nuevo salto mortal, sigue rizando el rizo con 'inFaust', su moderna mirada sobre el clásico de Goethe del siglo XIX que este viernes estrenan en el Teatre Akadèmia.

‘InFaust’ refleja las tentaciones que ofrece el mundo digital a cambio de un clic. La propuesta sorprende escénicamente con toda la sala mapeada y un suelo líquido, un rectángulo con un palmo de agua donde pululan los actores. Ese espacio líquido simboliza la vida virtual. Las acciones que ocurren fuera de él representan el mundo físico, real en este montaje protagonizado por Toni Guillemat (Faust), Roser Tapias (Margarida), Neus Pàmies (Mefistòfel) y Martí Salvat Cristina Arenas, que encarnan a diablillos mutantes que van cambiando.

Tras su aplaudida revisión de 'Yerma', de García Lorca, y de ese soprendente 'Vaig ser Prosper o recordant La Tempesta'una versión sin diálogos de la obra de Shakespeare, en ‘inFaust’ continúan con su exploración teatral lejos de las convenciones, tanto desde el punto de vista escenográfico como desde el uso de la palabra. “Es una versión absolutamente libre”, dice Marc Chornet, que ha trabajado con la solicitada Anna Maria Ricart, responsable de la adaptación y la dramaturgia.

El texto mantiene versos del original pero la mayor parte de la novela de Goethe está destilada. En esta versión Faust deja de ser un sabio para convertirse en una persona corriente a quien Mefistófeles se aparece a través de internet y le tienta con todo tipo de ofertas. Los clics para adquirirlas le llevan a una especie de Matrix, un espacio virtual donde se cumplirán todos sus deseos. “Nuestro Faust no es consciente de las consecuencias de sus actos, como tampoco lo somos nosotros cuando compramos determinados productos”. 

Momentos únicos

El mito de Faust es el del hombre que vende su alma al diablo a cambio de conseguir lo que desea. Pero Goethe lo transforma en una apuesta para vivir eternamente el momento más bello. “La idea de sintetizar la felicidad en un instante es la base de nuestro montaje", señala el director. "En los últimos tiempos hemos vivido una aceleración de ese deseo. Hoy todos queremos comprar el instante perfecto: tener las vacaciones de nuestra vida o ver el Barça-Madrid del siglo. Queremos vivir días históricos, incluso en la vida política se ha instalado esta sensación de que todo ha de ser lo más importante del mundo”, apunta Chornet. Siguiendo con esta idea llega a la conclusión de que “todos somos Fausto porque todo está a nuestro alcance”.

A nivel interpretativo actuar con los pies en el agua ha sido un reto para los actores, pero no el único. “Intentamos decir las cosas de otra manera", explican. Huyen del naturalismo y exploran nuevos caminos interpretativos, tanto a través del lenguaje gestual y corporal, como del uso del texto. Todo ello con la idea de sumergir al espectador en un viaje que va más allá de la realidad cotidiana, con un punto poético y surrealista, en el que ha sido crucial la colaboración de sólidos aliados del projecte Ingenu como Laura Clos 'Closca' (escenografía),  Alfonso Ferri (videoproyección), David Bofarull (iluminación) y Marta Rafa (vestuario). 

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