RECOMENDACIONES

Libros para huir del planeta turismo

Diez propuestas poco convencionales para escapar del adocenamiento viajero

Un viajero contempla el paisaje.

Un viajero contempla el paisaje. / periodico

Elena Hevia

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"Mientras el turista se apresura por lo general a regresar a su casa al cabo de algunos meses o semanas, el viajero, que no pertenece más a un lugar que al siguiente, se desplaza con lentitud durante años de un punto a otro de la tierra". Esta reflexión fue escrita poco después de la segunda guerra mundial por el norteamericano Paul Bowles en su novela 'El cielo protector' una alegoría sobre la capacidad transformadora del viaje. La diferencia es hoy clara, aunque entonces no lo pareciera tanto.

Turista y viajero apenas tienen en común la idea del desplazamiento. En los años 40 nadie imaginaba, todavía, este turismo masificado y barato que una gran mayoría puede disfrutar y también sufrir. Aunque a algunos les gustaría ser viajeros, en el sentido más romántico de la palabra, lo cierto es que la mayoría debe conformarse con ser mero turista, repitiendo una y otra vez un camino trillado. Pero si no uno se conforma con el ‘todo incluido’ todavía es posible encontrar las huellas de los viajeros, los verdaderos viajeros, en los libros. Hemos preparado una selección de algunas novedades imprescindibles. Literatura de viajes que vale tanto como el viaje en sí mismo.

EL ÁRTICO La última frontera de la moralidad

EL ÁRTICO 

Biólogo y fotógrafo comprometido con el medio ambiente, el norteamericano Barry Lopez es uno de los autores de viajes más respetados en el ámbito anglosajón, pero sobre todo es un narrador profundo. Entre todos los paisajes posibles tiene una especial querencia por los desiertos. Y el Ártico, que exploró durante cinco años, es un concentrado helado de la dureza y la  belleza esquiva de esas tierras. Lo dice el también viajero Robert Macfarlane en el prólogo: «Su prosa (sacerdotal, intensa, dotada de elegancia) porta la callada insitencia del sermón, impulsada por el convencimiento de que  es posible vivir sabiamente sobre la tierra y vivir bien’».

Sueños árticos se publicó originalmente hace 30 años y desde entonces muchos que los peligros de los que habla Lopez no han hecho más que agudizarse tras convertido el Ártico   en el nuevo reservorio de energia mundial mientras las industrias se aprestan a perforar en su suelo y el hielo se derrite.  Para Lopez celebrar esas tierras todavía heladas, es un ejercicio supremo de moralidad. Encontrar tantos matices en el blanco sobre blanco del paisaje tiene su miga.

EUSKADIAsomada a los acantilados

EUSKADI

Autora de la excelente 'Peregrinos de la belleza' que reunía con mucha sensibilidad semblanzas de viajeros, como Patrick Leigh Fermor, por Italia y Grecia, María Belmonte se dedica ahora a recorrer la costa vasca con el sustrato de su propia experiencia, ya que nació en Bilbao aunque actualmente viva  en Catalunya. El recorrido, con una vocación intimista y más modesta, se convierte en el hilo conductor de pausadas reflexiones al ritmo de sus paseos a pie.  

Entrando por Bayona y Biarritz, siguiendo por los acantilados de Ondarribia, Jaizkivel, Deva y Zumaia, el viaje le sirve no solo para comprender lo que ve sino también para  convocar un buen número de fantasmas de la historia que han dejado su huella en esas tierras o en la imaginación literaria de la escritora.  El resultado es una celebración de la cultura, al estilo de los escritores románticos pero también un intento de impregnarse con la naturaleza considerada como un prodigio -a la manera de MacFarlane, por cierto- y recordar con Thoreau que lo más próximo puede ser extraordinario.

PAPÚALa búsqueda del exotismo virgen

PAPÚA

El británico Lawrence Osborne cree que el mundo entero es una instalación turística, de ahí que encontrar las verdadera tierras vírgenes, donde el hombre blanco jamás puso su huello, sea el sueño (casi imposible) sea en el siglo XXI una tarea imposible. Para llegar a encontrarlo, perdido en las selvas de guinea, el autor pasa primero por un via crucis de vulgaridad y adocenamiento por lugares como el parque temático de Dubai, la miseria de Calcuta o las islas Andaman tras el tsunami, constatando que el viejo sueño exótico, encontrar algo que no se parezca a nada de lo ya conocido, de acceder auna realidad que logre nuestra transformación personal, en estos tiempos de globalización, es un espejismo. 

El autor tiene muy buen ojo para el escenario insólito y el apunte crítico y particular interés tiene su visita a la capital del turismo hospitalario, Bangkok, donde te operan de cualquier cosa por cuatro perras. Finalmente y no sin penurias llegará a lo más profundo de Papúa  donde el placer de si saber si ha conseguido su objetivo se lo dejamos al lector. Muy, muy recomendable. 

PEKÍN Testigo directo de la revolución

PEKÍN

El norteamericano David Kidd vivió en China de 1946 a 1950, se casó allí con una rica aristócrata y fue testigo de excepción de la llegada del comunismo. No es exactamente un aventurero, pero este memorable relato de sus experiencias permite admirar las sutilezas de la antigua cultura del imperio enfrentada al empuje revolucionario.  'Histories de Pequín' (Asteroide lo publicó en castellano hace 10 años y ahora se recupera en catalán) es una crónica magistral de la pervivencia de  la sofisticación milenaria hasta límites inconcebibles en claro contraste con aquellos tiempos revueltos. 

Tras la huida a Estados Unidos con su mujer, Aimée Yu, Kidd, paradójicamente, no se libraría de la sospecha de filocomunismo, lo que le obligó a marcharse a Japón para convertirse en uno de los mayores expertos en arte oriental, divorciarse de su esposa -que por su lado acabaría siendo una destacada investigadora de la NASA-, salir del armario en lo sexual y acabar, entre otras cosas, como uno de los grandes amigos de David Bowie.  El libro tiene una coda de su visita a Pekín en los 80. 

BARCELONA Una nueva mirada sobre la ciudad

BARCELONA

Jorge Carrión era un dedicado escritor de viajes hasta que un buen día se encontró a sí mismo repitiendo la célebre frase de uno de los grandes, Bruce Chatwin:  ¿qué hago yo aquí?  Desde entonces se ha desmarcado un tanto de ese rumbo que sin embargo se ha seguido filtrando en sus libros y en especial en 'Barcelona, libro de los pasajes', una obra original y vigorosa con una voluntad muy ambiciosa que no solo establece un recorrido físico por las localizaciones del título sino también una lectura histórica y política de la ciudad .

Frente al turismo adocenado, que jamás se interesaría por los lugares marcados por el escritor,  es bueno pensar Barcelona como un espacio más profundo  con toda la complejidad de las capas históricas desenterradas por el autor, siguiendo el ejemplo de Walter Benjamin y su ‘Libro de los pasajes’.   En el futuro sería bonito ver a los turistas -un término del que no reniega el autor- con este libro  en las manos, todo un antídoto contra la  turismofobia.

TRIESTE Un autorretrato diferente

TRIESTE  

Jan Morris es una de los grandes pesos pesados de la literatura de viajes todavía en activo. Nació hombre y no actuó con un hombre cualquiera: oficial de caballería, escalador de las más altas cumbres, periodista aguerrido, llegó a acompañar como reportero a sir Edmund Hillary en su ascensión al Everest. Sin embargo en los años 70 se hizo una reasignación de sexo en Casablanca.

Este libro sobre Trieste, una ciudad en frontera en la encrucijada en la que nunca ha funcionado el nacionalismo porque nunca ha tenido un arraigo especial, sigue las vicisitudes de la ciudad como floreciente puerto comercial del  imperio austrohúngaro en el Mediterráneo, y su posterior pertenencia  a Italia -aunque en la actualidad muchos italianos no la sitúen su mapa- sin olvidar a los diversos escritores, James Joyce a la cabeza que se han paseado por sus calles.  Pero más allá de sus datos, lo más interesante de este libro es ver cómo la autora, que pasó muchos años exiliada en su sexo y se confiesa ahora exiliada de la realidad por sus  90 años se identifica totalmente con el espíritu esta ciudad de extranjeros.

ÁFRICA Río abajo con paz, vida y muerte

ÁFRICA 

 La mirada de Xavier Aldekoa es la del corresponsal. En su trayectoria como periodista ha podido visitar una treintena de paises africanos, su gran pasión, y cubrir algunos de sus conflictos. En los últimos años se ha dedicado a recorrer el Nilo, columna vertebral del continente, desde sus fuentes hasta la desembocadura como culminación a una serie de viajes previos.  Asegura que su intención en Hijos del Nilo no es mostrarse a sí mismo en la contemplación de una realidad, no quiere plasmar un periplo  personal por el río -aunque también lo haga- sino comprender como periodista a los pueblos que habitan sus riberas.

 «El Nilo es la paz del norte de Uganda, pero también la guerra de Sudán del Sur; es la vida de los valles de Etiopía y la muerte en los calabozos de Egipto y el Sudán. Es dictadura, desigualdad, progreso, esperanza y ansias de libertad. Es también el sueño de una revolución», escribe.  Más allá de los postales turísticas de Egipto, Aldekoa explora, descubre y sirve  imágnes de la realidad africana de ahora mismo. 

VENECIAPanfleto contra el adocenamiento

VENECIA

En tiempos, Venecia era el modelo de la belleza en la tierra y lo seguiría siendo si no fuera porque  en el siglo XXI las hordas turísticas han completado sin contemplaciones la transformación de la ciudad en un escenario teatral, un hermoso cadáver. Ya ningún veneciano se asoma a los balcones, nadie cuelta la ropa en sus ventanas y solo  queda la pura admiración ¿bobalicona? del visitante a golpe de banderín de guía. El filósofo e intelectual francés Regis Debray escribió en el 2011 un panfleto contra la serenísima ciudad de la que, asegura, ha perdido su autenticidad y la batalla frente a la bulliciosa, sucia, ordinaria y gritona Nápoles, que sin embargo sigue manteniendo la virtud de estar viva. Lo  que no es poco.

 Debray, viejo marxista y amigo del Che Guevara -aunque sobre él haya pesado siempre  la sospecha de que le delató a sus captores- se sitúa en el centro del agobio del viaje organizado, lanza acusaciones y se burla con humor negro del deterioro de nuestra percepción. ¿Hay posibilidades de encontrar todavía el corazón intacto de lo que fue Venecia entre tanto cliché y tanto consumismo? 

VARIOS LUGARESDiez trayectos poco habituales

VARIOS LUGARES

El británico Geoff Dyer, un autor que  ha situado los desplazamientos en el centro de sus novelas y  sus libros de  no ficción  reúne aquí sus experiencias viajeras, no siempre placenteras a diez lugares del planeta en unos textos a medio camino entre la ficción, el ensayo y la crónica. Muchos de estos textos respiran  la decepción que está invadiendo a los escritores de viajes en un mundo cada vez más homogéneo. ¿Merece la pena? ¿Qué es lo que en realidad estamos buscando? 

Dyeff intenta responder a ello a través de una curiosa visita a la ciudad prohibida de Pekín, en el  Campo de los relámpagos de Nuevo México donde 400 pararrayos recogen las tormentas eléctricas, en la Polinesa siguiendo las huellas de Gauguin o intentando localizar el domicilio de T. W. Adorno en Los Ángeles o recoger a un autoestopista en el desierto del título.  Se trata no de ver la maravilla sino lo que hay. Y todo eso aliñado por sus innumerables intereses como el jazz -y ahí está la magnífica Pero hermoso-, el tenis, la fotografía y el mundo del arte, sin olvidar su muy personal sentido del humor.  

LA HISTORIA Un 'pantone' sobre el arte de viajar

LA HISTORIA

Martín Casariego convoca aquí cincuenta perfiles breves y muy literarios de viajeros, aventureros y eruditos que aportan buenas dosis de pequeñas historias y curiosidades de esos hombres y mujeres que como Rimbaud tenían «las suelas al viento».

 Se convocan aquí concentradas las trayectorias, entre otros,  de Marco Polo, Ibn Battuta, Hernán Cortés, Domenech Badia -es decir Alí Bei-, Richard Burton -que pisó La Meca disfrazado de árabe y tradujo Las mil y una noches al inglés-, el doctor Livingston o Roald Amundsen, como representante de tantos exploradores polares. Pero también se rescatan las peripecias, mucho menos transitadas por la literatura, de viajeras como Mary Wortley Montagu, enamorada del imperio otomano;  la escritora de viajes Ella Maillart;  Freya Stark, capaz de viajar al Himalaya bien cumplidos los  80 años; Mary Kingsley, exploradora de tierras africanas; Gertrude Bell, autora  y espía, o la antropóloga Alexandra David-Néel que con 100 años cumplidos se renovó el pasaporte «por si acaso».