DESTINO PÚBLICO PARA EL ARCHIVO DE DOS IMPORTANTES CREADORES

El culebrón del legado Ràfols-Casamada llega a su fin

Aspecto de la parada de los Encants donde apareció parte de la biblioteca de Ràfols-Casamada y Maria Girona, en agosto tras el paso de algunos coleccionistas.biblioteca de Ràfols-Casamada y Maria Girona, tras la venta de algunos documentos.

Aspecto de la parada de los Encants donde apareció parte de la biblioteca de Ràfols-Casamada y Maria Girona, en agosto tras el paso de algunos coleccionistas.biblioteca de Ràfols-Casamada y Maria Girona, tras la venta de algunos documentos. / periodico

NATÀLIA FARRÉ / BARCELONA

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Con la presentación esta mañana de la donación a la Biblioteca de Catalunya del fondo documental de Albert Ràfols-Casamada y Maria Girona se ha puesto punto, está por ver si final o aparte, a uno de los episodios más desatinados y absurdos en cuanto a protección de legados artísticos se refiere: el que empezó este verano con lo que parecía ser la biblioteca del matrimonio de artistas tirada por el suelo de los Encants, y algunos coleccionistas pujando por ella. Libros y papeles que, tras un examen realizado in extremis por técnicos de la Generalitat, la propia biblioteca y el MNAC, fueron catalogados como material de escaso valor. Y su compra, desechada. 

Lo depositado ahora por las herederas del matrimonio de creadores (la donación se formalizará en breve) "sí es una selección que responde a una muestra representativa del archivo y la actividad creativa de Albert Ràfols-Casamada y Maria Girona" a juicio del 'conseller' de Cultura, Ferran Mascarell. Se trata de libros de arte y de bibliófilo, catálogos, dietarios, correspondencia, poemas, fotografías, dibujos y esbozos que abarcan desde los años 30 hasta el 2005. Y un material que nada tiene que ver con el que protagonizó el culebrón del verano.

Los documentos vendidos en el mercado de las Glòries salieron de uno de los inmuebles del matrimonio; los ahora donados se encontraban en los estudios de ambos creadores, en un trastero y otro piso. Aunque todo estaba en las mismas manos: las de Maria y Margarita Fuchs, sobrinas de Girona y depositarias del legado de ambos artistas. Lo que pasó para que parte del fondo apareciese en los Encants sigue sin explicación por parte de las herederas, que no han acudido al acto.

MATERIAL TIRADO EN LOS ENCANTS

La alarma, o escándalo, saltó el 31 de julio cuando el escritor Joan Pinyol se dio de bruces en el mercado con documentos de la pareja. La indignación por lo encontrado y su publicitación en las redes sociales alertaron a la Conselleria de Cultura. Y empezó una carrera casi cómica para parar el expolio que llevó a Mascarell a sacar de la cama a las ocho de la mañana a la directora de Biblioteca de Catalunya, Eugènia Serra, y a esta a perder un avión rumbo a las vacaciones. Las prisas permitieron parar parte de la venta y examinar todo el material expuesto. Básicamente, "bibliografía generalista sin ninguna singularidad", según Serra. Y establecer contactos con la familia que han fructificado con la donación actual.

La cesión pone punto final al problema del legado documental, pero aún queda por ver qué pasará con la fundación que el matrimonio creó en Capellades, gestionada por el sobrino del artista y desde hace años en punto muerto por falta de financiación. Y cuál será el destino final de los 158 óleos de Ràfols-Casamada heredaros por las sobrinas de Girona y cedidos por cinco años a la Fundación Perramon de Ventalló. De ahí el punto y aparte.