65º EDICIÓN DEL FESTIVAL

El buen ojo de la Berlinale

El festival, que hoy abre Isabel Coixet, se afianza como un gran escaparate del mejor cine de la temporada

'Every thing will be fine' 3 James Franco y Charlotte Gainsbourg protagonizan este largometraje de Wim Wenders, que se proyectará fuera de concurso.

'Every thing will be fine' 3 James Franco y Charlotte Gainsbourg protagonizan este largometraje de Wim Wenders, que se proyectará fuera de concurso.

NANDO SALVÀ / BERLÍN

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El Festival de Cine de Berlín afronta a partir de este jueves su 65ª edición sacando pecho. Dos de las películas que formaron parte de su palmarés el año pasado, Boyhood y El gran hotel Budapest, aspiran ahora al Oscar en las principales categorías. En otras palabras, los programadores de la Berlinale tienen buen ojo. Y el menú fílmico que han preparado para los próximos diez días incluye un poco de todo: autores de peso, compromiso político, mucho toque femenino y, como ya es habitual en los festivales de cine, un buen puñado de películas protagonizadas por James Franco -considerando el ritmo al que trabaja, diríase que le debe dinero al fisco--. Aquí van algunos de los platos cinematográficos más destacados.

Un cuarteto de hijos predilectos

Hay cineastas para quienes las puertas del certamen berlinés siempre están abiertas, bien porque caen en gracia bien porque fueron galardonados en el pasado. Este último es el caso de Terrence Malick, que obtuvo el Oso de Oro gracias a La delgada línea roja (1998) y que ahora, solo tres años después de estrenar To The Wonder -para sus estándares eso es darse prisa-, presenta Knight of Cups. No es probable que se deje ver por aquí; recuérdese que no da una entrevista desde 1973. Tampoco el iraní Jafar Panahi hará acto de presencia, pero en su caso el motivo no es la timidez sino la ley: en 2011 fue condenado a seis años de arresto domiciliario por el régimen de Ahmadinejad. Panahi ya tiene sendos Osos de Plata gracias a Offside (2006) y Pardé (2013), y quién sabe si volverá a pillar en el palmarés con su nueva película, Taxi.

Wim Wenders también tiene un Oso -de plata, en este caso- en su vitrina, y este año se le concede otro -de oro- en reconocimiento a su carrera. Asimismo el director alemán presenta -fuera de concurso- el drama Every thing will be fine, que nos ofrece a James Franco en modo atormentado. Y mencionemos por último a Isabel Coixet, que todavía no tiene osos pero que este año ha sido invitada por el certamen por sexta vez, y nada menos que para inaugurarlo esta tarde con la película Nadie quiere la noche.

Varios paseos por la memoria alemana

La Berlinale ha mostrado siempre interés por el cine con mensaje político, y en particular por películas dedicadas a explorar la memoria reciente de Alemania. Este año, por ejemplo, veremos 13 minutos, en la que el germano Olivier Hirschbiegel rememora el atentado fallido contra Hitler que Georg Elser llevó a cabo en el año 1939. Fuera de concurso se presenta Woman in Gold, la historia de una superviviente del Holocausto, a la que da vida Helen Mirren, que se enfrentó durante una década al gobierno austriaco para recuperar un cuadro de Gustav Klimt que los nazis habían robado a su familia. Y en As We Were Dreaming otro cineasta alemán, Andreas Dresen, retrata la vida en Leipzig tras la caída del muro de Berlín.

Una aumentada presencia de mujeres

Que, como decíamos, sea una mujer cineasta justamente la encargada de inaugurar la Berlinale -es solo la segunda vez que así sucede en sus 65 años de historia-, es solo una señal más del empeño mostrado por el certamen este año para ampliar la presencia femenina. En la competición hay más títulos dirigidos por mujeres -concretamente tres- de lo que es habitual, y también un buen número de películas consagradas al lucimiento de sus actrices protagonistas: precisamente en Nadie quiere la noche, la francesa Juliette Binoche se enfrenta a las fuerzas de la naturaleza más gélida en la piel de la escritora y exploradora Josephine Peary; Nicole Kidman, por su parte, se mete en la piel de la viajera Gertrude Bell -algo así como la versión femenina de Lawrence de Arabia— en el nuevo trabajo de Werner Herzog, Queen of the desert, que también protagonizan Robert Pattinson y, sí otra vez, James Franco; y Léa Seydoux es la heroína titular de la nueva versión de Diario de una camarera que el belga Benoit Jacquot ha tenido la osadía de dirigir a pesar de que ya existen sendas versiones de Jean Renoir y Luis Buñuel.

Un trío de artistas visionarios

Vince Gilligan, creador de la mítica teleserie Breaking Bad, se paseará por la muestra con un par de episodios del spin-off Better Call Saul bajo el brazo; y Matthew Weiner, creador de la no menos mítica teleserie Mad Men, hará lo propio con su nueva película, la comedia Are You Here, además de formar parte del jurado. Y si hablamos de mitos no podemos olvidarnos del mismísimo Brian Wilson, alma máter de los Beach Boys: visitará el certamen para promocionar el biopic Love & Mercy, que repasa su convulsa vida.

Nutrido pelotón de creadores hispanos

Isabel Coixet no es la única cineasta de la competición que habla español; también el guatemalteco Jayro Bustamante -la suya es una nacionalidad que debuta en la Berlinale en esta edición-, que presenta Ixcanul, y los chilenos Pablo Larraín y Patricio Guzmán, que estrenan, respectivamente, El club -sobre las miserias de la iglesia católica- y El botón de nácar --sobre los crímenes llevados a cabo por el dictador Augusto Pinochet-. También en las secciones paralelas se escuchará hablar el español: Cooking Up a Tribute es el nuevo documental gastronómico de los hermanos Roca, y Sueñan los androides es una relectura de Blade Runner dirigida por el cineasta vasco Ion de Sosa.