Adiós a un humanista de referencia

El nonagenario indignado

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JUAN FERNÁNDEZ

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En este aniquilador 2013, que puesto a recortar nos está dejando hasta sin referentes, la noticia de lamuerte de José Luis SampedroJosé Luis Sampedroa escasos 40 días de la del diplomático y escritor franco-alemánStéphane Hesselparece encerrar un mensaje cifrado. Es como si los dos pensadores casi centenarios, ambos nacidos y fallecidos en el mismo año, hubieran decidido al unísono no quedarse a ver más este terrible siglo XXI que tan inhumano ha comenzado.

El destino gasta estas bromas: en menos de un mes y medio nos ha privado de dos de las voces que con más autoridad y predicamento se habían alzado en los últimos tiempos para denunciar la pérdida de dignidad a la que está siendo arrastrada la condición humana sin que nadie lo remedie. Sus biografías, discretamente paralelas a lo largo del siglo XX -los dos llegaron el año de la revolución rusa, los dos empuñaron armas en la guerra, los dos usaron la pluma para defender a los débiles contra el abuso de los poderosos-, se cruzaron hace dos años cuando la editorial Destino adquirió los derechos de 'Indignez-vous!', el opúsculo con el que Hessel había agitado a buena parte de la juventud europea.

Había que darle un plus local a la versión española y el editor Ramón Perelló no lo dudó ni un minuto: ¿quién mejor que Sampedro para prologar las palabras de su coetáneo del norte? Los dos nonagenarios se vieron las caras ante los flases en la presentación del libro, cuando aún faltaban dos meses para que alguien colara por primera vez en un tuit la expresión «15-M», y a partir de ese momento ambos se convirtieron en inspiración ysímbolo del movimientoque llenó las plazas de ciudadanos indignados en la primavera del 2011.

Ese mismo año, José Luis Sampedro participaría también en el ensayo 'Reacciona', en el que diversas figuras públicas trataban de aportar luz y ánimo frente a la devastación que está dejando por herencia la crisis, y desde entonces ha aprovechado cada ocasión que le han brindado para reivindicar los principios y valores que respira el espíritu de resistencia que en los últimos meses ha anidado en un importante sector de la sociedad: el que sufre pero no se rinde.

Convertirse en el abuelo de losindignadosera algo que a José Luis Sampedro le venía en el cargo. Su producción como ensayista, que ha corrido paralela a la de novelista, ha pendulado entre la perenne reclamación de un modelo económico de rostro humano, que por algo era economista y sabía de números, y la protesta más radical y directa contra la injusticia en el mundo.

En manifiestos, escritos y declaraciones, su voz siempre estuvo al servicio de los que nunca salen beneficiados en el reparto, algo que dada su edad y el brío y la claridad de ideas con los que se expresaba, acabó convirtiéndole en un referente, tan estimulante como entrañable, para la conciencia social de este país, así como en un símbolo del compromisointelectual. No en vano ayer, nada más conocerse la noticia de su fallecimiento, plataformas ciudadanas como Democracia Real Ya (promotora del 15-M), Juventud sin Futuro y la Plataforma de Afectados por la Hipoteca se sumaron con multitud de mensajes laudatorios al río de gestos de respeto y homenaje hacia su figura que inundó las redes sociales. Durante horas, su nombre fue uno de los más citados en Twitter a nivel mundial.

José Luis Sampedro era inspiración para el inconformista y alimento moral para el activista. Era un sabio que recibía en zapatillas y bata, y sin abandonar jamás su sonrisa de amplia quijada, lo mismo te animaba a desmontar el mito de los mercados que te soltaba: «El universo es una hoguera inmensa y cada uno, usted, yo, no somos más que las chispas que saltan en ella. Subimos, damos una vuelta en el aire, caemos, nos apagamos y fin de la historia». Así fue reducido su cuerpo a cenizas ayer en el crematorio del cementerio de la Almudena de Madrid.