TRIBUNA

Luchó, luchó y luchó

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ÁLVARO DE LUNA

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Estoy mal. Estoy triste. Tengo angustia. Así que no, no me encuentro nada bien. El miércoles por la noche estuve hablando conLucía, la hermana de mi amigo y la persona que me tenía al tanto de su enfermedad. Ayer recibí en el teléfono un mensaje suyo. Se ha ido una gran persona y un actor de primera. Y no por ser una muerte esperada duele menos.

Qué voz tenía. Qué estupendo actor era. Y cómo ha luchado toda su vida. También lo hizo contra su enfermedad. Luchó, luchó y luchó. Eso sí, sin traspasar a los demás sus neuras y sus dolores. Era una máquina de vitalidad. Lo era ahora y también siendo joven. Nosotros nos conocimos cuando teníamos poco más de 20 años. Ya entonces era tan divertido... Le gustaba vivir el minuto presente. Y ¿saben qué? Era muy solidario. Que se lo pregunten si no a los uruguayos. El se fue allí, a Uruguay, cuando era un crío. Emigró junto a su madre. Ahora se habla mucho de los emigrantes. Pues, bien, los emigrantes son héroes, nuestros héroes. Como él.

¿Qué puedo decir deSancho Gracia? Pues que hemos recorrido juntos el camino de la vida. He visto nacer a sus hijos. Y él, a las mías. Durante años y años nos hemos levantado a la misma hora, nos hemos entregado al trabajo y nos hemos acostado juntos. Cuánta cercanía, cuántas ilusiones, cuántas esperanzas. En los tiempos deCurro Jiménezya era incansable. Nunca tenía pereza ni para él ni para el equipo.

Era un hombre maravilloso que desbordaba vitalidad. No quiero perder nunca esa preciosa imagen. Él siempre estuvo decidido a crear cosas, empresas y, sobre todo, puestos de trabajo. Se esforzó y trabajó día a día. Y se convirtió en el ejemplo perfecto de artista que tiene el cariño del público. No solo fue actor. También dirigió. Hizo teatro, cine televisión... Vivió éxitos. Y también fracasos. Pero estos últimos se los guardaba para él. Era un tipo muy duro. No solo con el dolor sino también con los sentimientos.

Mucho se habla de lo mujeriego que era. Era cierto, pero déjenme que les diga que yo era tan mujeriego como él. El problema es que a ellas les gustaba él y no yo. ¿Cómo no iba a gustar a las mujeres? Era magnífico y desbordaba sensibilidad.

A mi amigo le definen muchas cosas. Entre ellas, la felicidad, la proximidad, la enorme memoria que tenía, su conocimiento del mundo...

Ayer me metí en un coche y viajé a Madrid para despedirle. Para decirle adiós al amigo con el he vivido tantas y tantas cosas. Estoy triste.