CRÓNICA

Robin Guthrie, aquel sonido

El exguitarrista de Cocteau Twins desplegó sus texturas etéreas en Apolo

Un momento de la actuación de Robin Guthrie en La [2] de Apolo.

Un momento de la actuación de Robin Guthrie en La [2] de Apolo.

JORDI BIANCIOTTO
BARCELONA

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Robin Guthrie inventó un sonido en los años 80; un muro levantado con la guitarra que es a la vez robusto y vaporoso, y que, además de dar identidad a su grupo, Cocteau Twins, influyó en numerosos artistas y escenas: de My Bloody Valentine alshoegazingde Lush y Ride, y de ahí a ciertas texturas de guitarra de los populares The Cranberries. Desde que la banda se desmembró, en 1997, Guthrie ha tomado una única dirección: el desarrollo, con aspecto obsesivo, de su parquet flotante sonoro con una serie de discos instrumentales en solitario que ofrecen microscópicos matices diferenciales entre sí. Material minucioso y soñador que Guthrie desplegó el jueves en el cicloCaprichos de Apolo.

Una actuación breve (una hora de reloj, bis incluido), minuciosa y de puesta en escena severa y poco comunicativa en la sala pequeña, La [2]. A esossoundscapestan cinematográficos les habría ido bien un soporte visual para cubrir la ausencia de texto y llenar más el espacio. Pero Guthrie ni siquiera mandó instalar un micro para saludar o presentar las canciones. Austeridad integral en un pase en el que sus dos colaboradores, Steve Wheeler (bajo) y Antti Mäkkinen (batería), operaron en un segundo plano y toda la atención recayó en su guitarra, enchufada a un amplio surtido de pedales y a un ordenador. A través de ellos, Guthrie modificaba a placer el sonido de sus notas y acordes con reverberación, efectos corales y armónicos, y autosampleándosepara fabricarloops.

ACUARELAS Y ROCK CÓSMICO / Fue una bonita, esbelta y melancólica colección de texturas guitarrísticas que, en sus momentos más livianos, se emparentaron con las acuarelas del primer disco de The Durutti Column y, cuando crecía el grosor instrumental, apuntaban hacia un pos-rock de línea clara con guiños cósmicos: piezas como la corpulentaMonument o la majestuosa Imperial no sonaron tan lejanas al sinfonismo de Pink Floyd enDark side of the moon. Guthrie lució en ellas ese sonido al que ha consagrado su vida desde que lo inventó hace 30 años.