El autor catalán da un paso adelante siete años después de 'Les veus del Pamano'

Cabré regresa con una gran novela europea

'Jo confesso' recorre 700 años de maldad con la Inquisición, Auschwitz y el tráfico de arte

Jaume Cabré, ayer, en la sala Pompeu Fabra del Ateneu Barcelonès, contempla una reproducción de la cubierta de su última novela.

Jaume Cabré, ayer, en la sala Pompeu Fabra del Ateneu Barcelonès, contempla una reproducción de la cubierta de su última novela.

ERNEST ALÓS
BARCELONA

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Explicar cómo se puede cargar con una culpa durante toda una vida. Cómo se transmite de padres a hijos, se arrastra a lo largo de los siglos y las fronteras y contamina toda la historia de una cultura, y plantear si incluso tras confesarla es posible el perdón o la reparación. Todo esto y mucho más hace Jaume Cabré (Barcelona, 1946) en su esperada nueva novela, Jo confesso,que llegó ayer a las librerías, siete años después deLes veus del Pamano. Un libro monumental (200 personajes y 1.005 páginas, 859 en su traducción al castellano) en el que se cruzan la Inquisición y Auschwitz, la construcción de míticos violines en Cremona y la penuria de las humanidades en la universidad de hoy, el tráfico de antigüedades, la fuga de criminales nazis y las miserias de posguerra.

«Esta novela habla de Europa a partir de unos hechos que empiezan en el Eixample», explicó ayer Jaume Cabré durante la presentación del libro, en la que fue más bien poco explícito por el prurito de no reventar elementos del argumento («es patrimonio del lector», alegó). Y también por la dificultad de resumir un libro desbordante. «Estaré orgulloso si he conseguido hacer unas preguntas. Respuestas no tengo», sostuvo el autor en una inusualmente concurrida presentación.

SALTOS TEMPORALES / Por un lado, la historia de Europa («es una historia de maldad, que no es patrimonio del siglo XX», apunta Cabré) a través de una trama con intriga, en la que la historia del primer violín del luthier Lorenzo Storioni relaciona entre sí siete siglos: de la semilla en el bolsillo de un fraile asesinado por orden de un inquisidor nace un árbol con el que se construye un violín por el que matan un libertino en París y un SS en Auschwitz y que amarga la vida del personaje principal, Adrià Ardévol, un niño de la posguerra hijo de un anticuario sin escrúpulos. En la mente del narrador todos estos tiempos se mezclan y un párrafo, o incluso una frase, puede empezar en siglo XIV y continuar en el XX, hasta el punto que la figura del inquisidor Nicolau Aymeric se confunde con la de un médico de las SS que recuerda aldoctor muerte, Aribert Heim.

Pero por otro lado,Jo confessotambién exhibe la erudición de un niño prodigio y las frustraciones del virtuosismo musical, se asoma al ensayo y explora las relaciones entre padres e hijos, entre amigos del alma y entre amantes. «Va de la belleza y de la vejez», explicó ayer el escritor. Los lectores encontrarán temas de sus libros anteriores, como la historia de la música y la pintura, los secretos de familia, la confesión y las canalladas de posguerra, pero sobre todo de sus tres últimos libros, sin los que, según Cabré, «no podría haber escrito esta novela»:L'ombra de l'eunuc, Viatge d'hivernyLes veus del Pamano. Este último, éxito en Alemania tras la Feria de Fráncfort del 2007, fue según Cabré «un punto de inflexión» que ayudó a normalizar la presencia de la literatura catalana, «el mayor secreto de Estado» de España.

Cabré confesó que ha trabajado durante ocho años en esta novela. Cada vez tarda más en dar por «definitivamente inacabada» una obra, según él porque mientras escribe disfruta y «los problemas llegan a la hora de acabar». Así que es una incógnita saber cuándo llegará el próximo libro: en este momento aún no sabe si lo que está escribiendo «será una novela, un cuento o un intento».