Magisterio ha perdido a propósito un 15% de alumnos en cinco años

Las facultades que imparten estudios de Educación en Catalunya han perdido un 15% de alumnos en solo cinco años. Pero lejos de preocuparse por una caída que, a priori y sin conocer los motivos, podría ser calificada de severa, los decanos responsables de esas facultades están satisfechos. Hay menos estudiantes matriculados, sí, pero el perfil y el nivel de preparación de quienes han ingresado estos años en los grados de Magisterio han mejorado sensiblemente. De eso se trataba.

Si en el curso 2012-2013, justo el anterior a la reforma emprendida en Catalunya en esta carrera universitaria, iniciaron estudios de Maestro de Educación Infantil y de Maestro de Educación Primaria un total de 3.024 personas, este curso 2016-2017 son 2.581 los inscritos en primer curso, según datos facilitados por la consultora educativa Unportal.cat.

La reducción de plazas ha sido intencionada y fue pactada entre las nueve universidades que ofrecen grados de Magisterio, con el fin de ajustarse mejor a la demanda del mercado laboral y, sobre todo, con el reconocido propósito de intentar dignificar unos estudios hasta entonces devaluados.

Desde que a partir del 2013 a los aspirantes a estudiar Magisterio se les exige un aprobado -una nota media de cinco puntos- en los exámenes de Lengua Castellana y de Lengua Catalana de la selectividad (y en el 2016, también en Matemáticas), el descenso ha sido más acusado en la universidad privada, donde este año hay un 22% de estudiantes menos que hace un lustro.

MÁS ALUMNOS DE BACHILLERATO

A partir del año próximo, todos aquellos que ingresen en estas carreras habrán tenido que superar una prueba de aptitud específica, que harán junto con los exámenes de acceso a la universidad. A esta nueva prueba, las facultades podrían añadir, en cursos venideros, criterios adicionales como la realización de entrevistas o la valoración del expediente académico en su conjunto. 

{"zeta-legacy-destacado":{"strong":"La mayor\u00eda de estudiantes\u00a0","text":"del doble grado de infantil y primaria llegan a la carrera desde el\u00a0bachillerato"}}

El mismo año 2013, el de la reforma, se creó también el doble grado de Infantil y Primaria, de cinco años de duración, “y en el que la gran mayoría de los alumnos actuales llegan procedentes del bachillerato”, destaca Jordi Casabella, director ejecutivo de Unportal.cat. “La presencia de matriculados que han cursado formación profesional en el doble grado es ínfima”, constata.

También en los estudios de Maestro de Educación Primaria es muy superior el número de alumnos que acceden desde el bachillerato. Representan casi un 75% de los inscritos en primer curso. Hasta hace poco, la relación entre bachilleres y titulados en formación profesional (FP) había llegado a ser en algunas facultades de casi el 50%, un reparto a partes casi iguales que había sido propiciado por el plan Bolonia, que flexibilizó las condiciones de entrada para los estudiantes procedentes de ciclos formativos superiores.

En Maestro de Educación Infantil en la Universitat de Barcelona, en la Autònoma y en Girona son aún mayoritarios los alumnos que ingresan después de haber hecho FP. 

DOMINAR LOS CONTENIDOS BÁSICOS

No podía ser, como venía ocurriendo antes de que se decidiera reformar la carrera, que hubiera estudiantes aspirantes a ser maestros “con un grado de conocimiento insuficiente en los contenidos básicos de las materias que luego tendrán que enseñar a sus alumnos”, clama el grupo de expertos del MIF, el programa para la Mejora e Innovación de la Formación de Maestros.

El equipo, que propone que los estudios para ser docente deberían durar cinco años, en lugar de los cuatro actuales, considera especialmente preocupante el déficit que presentan los estudiantes que llegan al primer curso en el área científica, “ya que solo un porcentaje muy pequeño de los futuros maestros ha cursado el bachillerato en la modalidad de Ciencias y Tecnología”, constatan.

“Muchos de ellos no tienen un dominio adecuado de las habilidades lingüísticas, tanto en la lengua oral como en la escrita, ni en catalán ni en castellano, y aún menos en lengua extranjera”, recoge el MIF en el documento de propuestas para diseñar un nuevo modelo formativo para los futuros profesores catalanes, que fue entregado la semana pasada a los decanos de las facultades implicadas.

Sin un buen dominio de los contenidos, afirman los autores del informe, “los maestros no podrán ayudar a sus alumnos en su proceso de aprendizaje” cuando llegue el momento de asumir la dirección de un aula. A eso, prosiguen, habría que añadir “una buena formación cultural, que les permita ayudar a disfrutar e interpretar a los alumnos creaciones artísticas, literarias o aportaciones científicas”. “También tendrían que estar preparados –defienden- para hablar de la actualidad y abrir el aula a lo que ocurre en el mundo”.

{"zeta-legacy-despiece-horizontal":{"title":"El pobre reciclaje de los maestros en activo","text":"FORMACI\u00d3N SIN RECURSOS Actualmente, la formaci\u00f3n permanente de los docentes no solo presenta problemas de financiaci\u00f3n (el recorte ha sido del 98% en los \u00faltimos a\u00f1os), sino que \u00abtampoco sigue un modelo claro y coherente\u00bb, constata el MIF. Tendr\u00eda que reconsiderarse el sistema para que los m\u00e9ritos no se tengan solo en cuenta en el momento de ganar unas oposiciones, sino que permitan mejorar a lo largo de toda la vida profesional."}}