EFECTOS DEL TIJERETAZO PRESUPUESTARIO

La equidad, primera víctima de los recortes en la escuela

Manifestación de la comunidad educativa contra los recortes, el pasado octubre.

Manifestación de la comunidad educativa contra los recortes, el pasado octubre.

MARÍA JESÚS IBÁÑEZ / Barcelona

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Tres años de recortes y de restricciones presupuestarias han dejado una escuela catalana más huérfana de recursos, más dependiente del voluntarismo de maestros y familias y bastante menos equitativa. El modelo de enseñanza por el que se había trabajado en los últimos 35 años en Catalunya, la escuela inclusiva y defensora de la igualdad de oportunidades, encara un difícil 2014, con la amenaza añadida de tener que aplicar una reforma educativa, la LOMCE del ministro José Ignacio Wert, que ataca la base del modelo de inmersión lingüística, que tan buenos resultados ha dado en términos de integración. Los tijeretazos aplicados por la 'consellera' de Ensenyament, Irene Rigau (algunos, es cierto, por imperativo ministerial), no están teniendo por ahora un efecto directo sobre los resultados académicos de los estudiantes, ni han empeorado a priori las tradicionalmente deplorables tasas de fracaso escolar, pero sí han empezado a socavar la equidad entre alumnos.

"Las diferencias entre los que van bien y los que van mal son cada vez mayores", constata Jaume Aguilar, presidente de los Moviments de Renovació Pedagògica, citando al último Informe PISA, publicado el pasado diciembre. La brecha en el rendimiento de los alumnos españoles por razones socioeconómicas se ha ampliado en seis puntos desde el 2003 y el indicador de la equidad, del que las autoridades educativas presumían hasta hace poco, se situó por primera vez por debajo de la media de la OCDE.

A diferencia de lo que ocurre en otras áreas del Estado del bienestar, como la sanidad y los servicios sociales, donde las consecuencias de los recortes son prácticamente inmediatas, en educación los plazos para poder observar los resultados son más largos. Habrá que esperar una década para comprobar si la falta de recursos de estos últimos años se traduce en mayor fracaso escolar de los estudiantes con menos recursos o si las competencias adquiridas son, al menos, similares a las de sus compañeros con más poder adquisitivo.

1.300 euros menos por alumno

"Lo peor de los recortes que se han aplicado estos últimos años es que han sido lineales, que se han llevado a cabo utilizando el mismo rasero para todos los centros, sin tener en cuenta que a las escuelas con más dificultades se las tenía que haber eximido del tijeretazo", lamenta Ismael Palacín, analista educativo y director de la fundación Jaume Bofill. Las decisiones de la Generalitat en materia de financiación educativa han hecho que el gasto público por estudiante haya pasado en Catalunya de los 4.706 euros del 2010 a 3.370 euros en el 2012, lo que supone un descenso del 28,5%, agrega el director de la Jaume Bofill.

Será porque, como ha reconocido alguna vez la 'consellera' Rigau, ya no queda por dónde recortar, o porque no es momento de irritar a la comunidad educativa (integrada, en Catalunya, por más de 100.000 docentes y las familias de 1,3 millones de estudiantes), el caso es que este año no habrá más reducción presupuestaria y se ha prometido, incluso, la contratación de un millar de profesores interinos. Pero, ¿significa que los centros volverán a disponer de los recursos que tuvieron antaño?

Descenso de maestros

"Lamentablemente, no será así. Que el Govern haya decidido mitigar los recortes no significa que la situación sea reversible", avisa Montse Ros, secretaria de Educación en CCOO en Catalunya. Así, las escuelas tendrán que funcionar este nuevo año con una plantilla de unos 2.000 maestros menos que en el 2011 (cuando 65.700 docentes impartían clases en las aulas públicas) para atender a 100.000 estudiantes más que entonces.

Desde que en el 2012 se empezaron a aplicar medidas de contención, los docentes trabajan una hora más a la semana. Lo hacen, además, percibiendo un salario inferior (han sufrido los mismo recortes que el resto de funcionarios autonómicos) y soportando un mayor número de alumnos por aula, con lo que eso supone para la atención a la diversidad. Tampoco disponen de herramientas pedagógicas como las tabletas u ordenadores prometidos por el tripartito y restringidos con la llegada de CiU al Govern. Y cuando se ponen enfermos y causan baja laboral, sus sustitutos solo se incorporan al trabajo dos semanas después del primer parte médico del titular. Además, cuando entran a trabajar, estos sustitutos solo cobran el 85% del salario del titular, lo que supone que el resto de compañeros de claustro han de cubrir un 15% de la jornada del ausente.